
El Gobierno deja en la calle a los traductores afganos que arriesgaron su vida por el Ejército español
Tiritan de frío a las puertas del Ministerio de Defensa. Hace unos años fueron indispensables para las tropas españolas destinadas en Afganistán y ahora observan como los funcionarios de la institución entran y salen del edificio sin casi percatarse de su presencia. "Éramos sus ojos, su lengua... Sin nosotros, allí no hacían nada".