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Сентябрь
2024

Cerebro de derechas, cerebro de izquierdas: la estructura cerebral que difiere (ligeramente) según la ideología

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Dejemos una cosa clara antes de abordar ningún estudio sobre cerebro e ideología: “El cerebro es una máquina compleja y no existe una única zona responsable de cómo pensamos“. Este pliego de descargo corresponde el politólogo Matt Qvortrup (Universidad de Coventry) que, antes de doctorarse en Políticas, estudió neurociencias. Él ha seguido muchas de las investigaciones alrededor de cerebro e ideología y la llamada neuropolítica –más bien errática–. Y reconoce que “algunas áreas están asociadas con el pensamiento político”. Algo hay. Él hace un repaso de algunos de estos estudios en un artículo en The Conversation. Y a la literatura científica se suma uno nuevo.


Colin Firth participó en el estudio sobre cerebro e ideología de 2011 que ahora han revisado

El doctor Diamantis Petropoulos Petalas (American College de Grecia y Universidad de Ámsterdam) decidió someter a verificación un estudio clásico de 2011. Entonces, Ryota Kanai concluyó –junto al actor Colin Firth– en Current Biology Cell que quien es más conservador tiene más materia gris (conjuntos de células) en dos partes del cerebro: la región cingulada anterior y la amígdala. El estudio fue controvertido, entre otras cosas porque el número de participantes fue escaso.

Petropoulos iba dispuesto a desmontarlo, con una muestra de voluntarios diez veces mayor; pero se llevó una sorpresa. “Sinceramente, no esperábamos replicar ninguno de estos hallazgos”. Sus resultados, en iScience Cell:

  • No hay correlación significativa entre el tamaño de la región cingulada anterior del cerebro y la ideología. Esta parte se encarga, entre otras tareas, de la detección de errores, el control de impulsos y la regulación emocional.

  • Sí hay correlación entre la cantidad de materia gris en la amígdala y el conservadurismo. Cuanto más se autodefine la persona como de derechas, más grande es esta parte del lóbulo derecho. Aunque no hay una diferencia desmesurada –frente a los significativos datos del estudio de 2011–.

  • “El miedo. La amígdala controla la percepción y la comprensión de las amenazas y la incertidumbre del riesgo”. Es posible que “personas más sensibles a estos temas tengan mayores necesidades de seguridad, algo que generalmente se alinea con ideas más conservadoras en política”, interpreta Petropoulos. Pero el estudio, en verdad, no entra en esto. Aunque hay algún trabajo antiguo que vincula miedo con las derechas.

La polarización surge al procesar ciertas palabras por redes neuronales del cerebro según la ideología

Petropoulos hizo resonancias magnéticas a 928 personas de entre 19 y 26 años de la región neerlandesa de Holanda, donde es característico el multipartidismo con amplio espectro ideológico. Les preguntó por sus sentimientos respecto a temas políticos, económicos, sociales y autopercepción en cuanto a ideología, “más allá de ser simplemente de derechas o de izquierdas”.

Otra cosa es que personas con la misma ideología –independientemente de la morfología del cerebro– procesen la información de manera similar, tirando de los mismos circuitos o procesos neuronales. Un estudio de la Universidad de Brown en Scientific Advances vio que al exponerse a determinadas palabras clave (aborto, inmigración, policía…), a los republicanos se les encendía un determinado circuito y a los demócratas otro. “La polarización surge en el momento mismo en que el cerebro recibe y procesa nueva información”, dijeron en su presentación, en 2023.

  • Ni la ideología es algo fácilmente categorizable y vinculable a algo biológico como el cerebro, ni la anatomía puede explicar por sí sola la mente. Estructura del cerebro y el funcionamiento de sus redes son dos elementos que no se entienden separados. “Creo que en el futuro habrá que centrarse más en las redes de conectividad funcional y en los estudios de sincronía neuronal“: cómo se organizan y sincronizan las neuronas con diferentes ideologías políticas, concluye Petropoulos.