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Сентябрь
2024

Expertos advierten: “Las campañas de odio contra migrantes o el colectivo LGTBI se usan como elemento geopolítico contra Europa”

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El año pasado se contabilizaron 2.655 publicaciones en redes sociales con contenidos de odio racista, xenófobo, antisemita, antigitano o islamófobo y, según datos del Observatorio Español del Racismo y la Xenofobia del Ministerio de Inclusión, la mayoría se produjeron contra inmigrantes procedentes del norte de África o población musulmana. Con estos datos encima de la mesa, el Departamento de Seguridad Nacional (DSN) y el Instituto de Derecho Parlamentario de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) han reunido este miércoles a varios expertos para analizar las campañas de desinformación y su impacto sobre los discursos de odio. 

Interferencia extranjera. Beatriz Marín, analista del Servicio Europeo de Acción Exterior y experta en desinformación, ha asegurado que muchas de estas campañas de odio en redes sociales son orquestadas y aprovechadas por actores extranjeros: “Las víctimas de esta desinformación que llamamos identitaria, dado que utiliza elementos de la identidad de las personas como su origen o su orientación sexual, son utilizadas por actores extranjeros como Rusia para atacar los valores democráticos o los sistemas occidentales”.

En este sentido, explicó que quienes diseñan estas campañas “no crean crisis nuevas” en la sociedad europea, sino que intentan “explotar aquellas vulnerabilidades o cuestiones polémicas ya existentes” para amplificar el enfrentamiento y “polarizar aún más a la sociedad”, sobre todo con cuestiones como la orientación sexual, la identidad de género o la inmigración. Es por eso que la citada analista considera que colectivos como el de los migrantes o las personas LGTBI son “doblemente victimizados”, ya que además del odio que reciben en redes sociales pueden ser “utilizados como un elemento geopolítico” a través de campañas coordinadas.

“Decadencia occidental”. Para otros expertos del Departamento de Seguridad Nacional —que piden no ser citados— el objetivo de centrar las campañas de odio en estos colectivos, además de explotar las controversias propias ya existentes, busca “un fin existencial”, dado que los países no democráticos pueden ver como “una amenaza” los sistemas occidentales y sus “valores” por suponer una “aspiración” para su propia población. De ahí, aseguran los especialistas, que muchas campañas de desinformación presenten los derechos LGTBI, el feminismo o la acogida a las personas migrantes como un supuesto síntoma de “decadencia occidental” con el fin de presentar a los países europeos como “sistemas fallidos”. 

Un ejemplo de este tipo de mensajes difundidos por actores extranjeros contra estos colectivos es un vídeo detectado por el Servicio Europeo de Acción Exterior que, según relató Beatriz Marín, presentaba a un hombre europeo que intenta buscar pareja a través de una aplicación de citas, pero que no consigue su objetivo porque todos los perfiles que encuentra corresponden a personas trans, homosexuales o queer. El spot acaba con el mismo hombre buscando pareja en Rusia con mujeres consideradas normativas.

El fiscal de delitos de odio: “Esto no se arregla solo con el Código Penal”

Otro de los expertos que ha intervenido en las jornadas organizadas por el DSN y la Universidad Complutense es el fiscal coordinador de la Unidad de Delitos de Odio de la Fiscalía General del Estado, Miguel Ángel Aguilar. Tras enumerar los posibles delitos en los que puede incurrir la desinformación cuando se trata de delitos de odio, pidió “que nadie piense que solo el Código Penal va a arreglar esto”, por lo que puso en valor otras estrategias más allá del ámbito de la justicia.

[¿Qué es un bulo? El reto de definir qué es desinformación]

En este sentido, apeló a las plataformas digitales —en particular a las redes sociales— y afeó que “a veces no retiran los contenidos” con discurso del odio, aunque valoró positivamente la nueva legislación europea contenida en la Digital Services Act (DSA) porque, a su juicio, da pasos para obligar a las plataformas a regular sus contenidos.

Asimismo, la directora del Observatorio Español del Racismo y la Xenofobia, Karoline Fernández, aseguró por su parte que “se está cosificando a sectores de la población de manera agresiva” a través de las redes sociales y que, en el caso de las personas migrantes, se “las vincula de forma sistemática con la inseguridad ciudadana”. Además, destacó que uno de cada cuatro mensajes de odio analizados por su observatorio incitan directa o indirectamente a la violencia.

Fuentes

Jornadas organizadas por el Instituto de Derecho Parlamentario de la UCM y el Departamento de Seguridad Nacional (DSN)