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Декабрь
2025

Restaurante Solomillo: tratar la carne a la perfección

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Pongamos que a usted un día se le antoja comer un solomillo, el mejor solomillo posible. Usted está en cualquier parte del mundo, pero su destino tendrá que ser, por necesidad, un local situado en la calle Mallorca número 251 de Barcelona. Verá allí que hay un hotel, el Alexandra Barcelona Hotel, Curio Collection by Hilton, un cuatro estrellas superior, instalado en un elegante edificio del siglo XIX completamente renovado y con casi cuarenta años de trayectoria. Se trata de todo un clásico del Eixample, uno de los diez Hoteles Gastronómicos de Barcelona y un firme referente culinario de la ciudad condal.

En él, hay varios espacios con los que la gastronomía se convierte en un eje vertebrador de la experiencia. Una propuesta que reivindica la cocina mediterránea desde el respeto absoluto al producto, la proximidad y la autenticidad, y que se despliega en espacios con personalidad propia. El más emblemático de todos: el Restaurante Solomillo.

La honestidad del producto, al peso

Entrar en Solomillo es hacerlo en un bistró contemporáneo, amplio y cómodo, diseñado por el estudio barcelonés Borrell Jover Arquitectos, con música jazz de fondo y una atmósfera que invita a tomarse el tiempo. Aquí la carne es la protagonista absoluta, bajo una fórmula tan sencilla como irresistible: carne al peso.

Se trata de un concepto pionero en la ciudad que permite elegir raza, corte y gramaje, adaptándose tanto a los más comedidos como a los carnívoros sin complejos. Asturiana de los Valles, Rubia Gallega, Frisian o Cazurra conviven en carta con explicaciones claras y que pone en valor el origen, la crianza y el sabor. Desde los 125 gramos hasta los 500, cada opción tiene su lugar y su público, siempre acompañada de guarniciones que respetan el protagonismo del producto.

Esta temporada de invierno, Solomillo recupera platos de otoño que ya son clásicos de la casa, como el solomillo Wellington o el solomillo con foie poêlé y reducción de Pedro Ximénez. Vuelven también razas como la Salers, de kilómetro cero, ecológicas y regenerativas, y se incorporan nuevas guarniciones que afinan aún más la propuesta: cogollos a la brasa con refrito de ajos y guindilla, puré de boniato o setas de temporada.

Antes de llegar a la carne —o después, según el ánimo—, la carta invita a compartir. Quesos en diferentes formatos, desde el “Para mí” hasta el “Para todos”; embutidos ibéricos Joselito 100% bellota; cecina de Black Angus; mortadela di Bologna IGP o embutidos catalanes artesanos de Cal Tomàs. Sin olvidar guiños sencillos y bien ejecutados como la coca de cristal con tomate, el foie mi-cuit con tostadas o el tomate de temporada con burrata y albahaca. Platos sin pretensiones, pero con mucho sentido.

La Barra del Solomillo: el placer informal

La gran novedad del restaurante es La Barra del Solomillo, un espacio que nace del rediseño de la antigua charcutería y que reinterpreta su esencia en clave contemporánea. Aquí la experiencia se vuelve más informal, sin perder ni un gramo de identidad gastronómica. Tapas y conservas de autor conviven con platillos pensados para el picoteo elegante: dúo de brioche de steak tartar, tartar de salmón, anchoas del Cantábrico o la ya famosa ensaladilla de atún de la casa. También hay lugar para los platillos a base de solomillo y para las hamburguesas caseras de Rubia Gallega, que confirman que la calidad no entiende de formatos. La Barra es perfecta para un aperitivo, una comida ligera o una visita improvisada. Un punto de encuentro cercano, muy barcelonés, donde el producto sigue mandando y el ambiente invita a quedarse.

No es casualidad que el Restaurante Solomillo forme parte de la Guía de Restaurantes Sostenibles de Turisme de Barcelona y cuente con la calificación Biosphere Sustainable Tourism. Prácticas de ahorro de recursos, políticas de compras responsables, uso de envases sostenibles y un modelo inclusivo forman parte de una propuesta gastronómica respetuosa y saludable, coherente con los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas. Además, para quienes quieran llevarse un pedazo de Solomillo a casa, el restaurante ofrece servicio «take away» con el Menú Wellington: solomillo Wellington, lechuga y cebolla, puré cremoso de patata y salsa pimienta, disponible todo el año bajo pedido con 48 horas de antelación. Un lujo carnoso, carnal, carnívoro y todos los sucedáneos del término «carne» que ustedes prefieran.