Óscar Guerrero explica la transición: del equipo Israel al equipo de Iniesta
Para Óscar Guerrero (Alsasua, 1971) la pasada Vuelta fue el momento más difícil de su carrera. Desde el coche de director vivió toda la polémica que rodeaba al equipo Israel. Sufría por dentro y trabajaba también por fuera, como portavoz ante la prensa y, sobre todo, como coordinador ante las fuerzas de seguridad del Estado. Demasiado desgaste que ya había decidido no soportar más esta temporada. «Hubiera sido imposible para mí estar en el proyecto en la misma situación que el año pasado», reconoce. «No estaba en condiciones de seguir en esa situación, seguro que no. Sobre todo, por mi familia. Por mí, por supuesto, pero también por mi familia», añade.
Pero el equipo Israel ya no existe. Su propietario, Sylvan Adams, vendió la licencia a un grupo que tiene a Andrés Iniesta como cara visible y todo ha cambiado para Óscar Guerrero y para el equipo, que ahora se llama NSN y luce uno de los maillots más llamativos del pelotón.
«Desde dentro se ve muy diferente y ya cuando toca a la familia se ve mucho más diferente. Pero han pasado ya tres meses, y ahora he conseguido más o menos pasar página e ilusionarme otra vez con el nuevo proyecto, nuevo espónsor, nuevos dueños, todo. Eso me ha hecho otra vez coger ese ánimo que no tenía y ahora estoy mirando solo para adelante. Ya no miro para atrás», explica Guerrero. «También hay mucha gente que me da ánimo cuando me ve por la calle, pero lo que quiero es ya solamente focalizarme para adelante, porque al final lo pasado pasado está», añade en conversación con LA RAZÓN durante la presentación de la Vuelta a España.
«Mi ánimo era diferente, yo soy una persona muy alegre, muy bromista y me he dado cuenta de que no tenía esa sonrisa, no tenía esas ganas de nada. No puedo decir nada más que he tenido mucho apoyo de la gente y ahora, a seguir para adelante», confiesa el ya director del equipo NSN.
La decisión de seguir no fue fácil. «Tengo que estar muy agradecido al manager de haberme esperado porque él sabía lo que estaba pasando y me dijo que me tomara el tiempo que fuera necesario. Cuando cambió todo y se vio muy claro, entonces ya hablé con mi mujer, vimos que era una historia nueva y que no teníamos por qué estar preocupados por nada. Entonces ya hicimos el clic y renové», explica.
El cambio en el equipo es absoluto, de propiedad y de objetivos deportivos. Chris Froome sufrió un accidente más complicado aún que el que estuvo a punto de retirarle del ciclismo en 2019 y ha abandonado el equipo, aunque no ha confirmado su retirada. Pero NSN también ha perdido a otros ciclistas importantes y los refuerzos son de un perfil diferente. «El año pasado fuimos cuartos en el Giro de Italia con Derek Gee y quintos con Rizzitello en la Vuelta a España. Hemos perdido a los dos, hemos fichado a Girmay, un corredor totalmente diferente, más de clásicaa, de victorias en el Tour de Francia, que ganó el maillot verde hace dos años. Son nuevos objetivos, se va a tratar más de conseguir victorias, ganar clásicas o sumar puntos, más que pensar en generales», razona Guerrero.
Pero el cambio fundamental se da en la propiedad, donde Andrés Iniesta pone cara al proyecto a través de su empresa NSN (Never Say Never). «El ciclismo me ha acompañado siempre en mi vida. Mi abuelo me inculcó la pasión por este deporte», reconocía el exfutbolista en la presentación del equipo hace unas semanas.
«Para mí es una alegría, tengo hace muchos años el recuerdo de Fernando Alonso, que estuvo a puntito en el año 2013 de coger el equipo cuando estaba yo en Euskaltel y ahora llega Andrés con su grupo, con su empresa, intentando aportar cosas nuevas. Ellos están muy acostumbrados al deporte, más volcados en el fútbol, en espectáculos, en crear eventos para que la gente se entretenga y es lo que de alguna forma quieren aportar desde aquí, para que la gente realmente se entretenga y se divierta», dice Óscar Guerrero. «Para ellos en muchas cosas el ciclismo es nuevo, pero me gustaría que cuanto antes se meta en el coche y vea desde dentro cómo es el ciclismo, que le va a apasionar mucho, porque aunque le gusta y anda en bici, el ciclismo desde el coche se ve diferente», asegura.
Guerrero pudo hablar con Iniesta en la presentación del equipo en Barcelona. «Estuvimos un par de días y cuando hicimos el acto de la presentación no hablamos mucho, pero es como me lo esperaba. Siempre ha sido un deportista que me ha encantado por su forma de ser, su forma de actuar como deportista. Además, como futbolista, ya no te voy a decir, y esos valores que yo siempre le he visto es lo que más me gustaba de él. Ahora le ves en corto y es igual, es el mismo, con esa sinceridad, esa tranquilidad, esa normalidad», reconoce.
El hombre que dio a España el único mundial masculino de fútbol de su historia es el propietario ideal para cambiar la imagen de un equipo con un conflictivo pasado reciente. «Yo siempre digo que Iniesta sería el hijo que todo el mundo querría tener, como Rafa Nadal. Hay pocos elegidos a los que tengamos tanto respeto. Andrés es uno de ellos, y, quieras o no, nos puso una sonrisa en la boca saber que él estaba detrás de todo esto», afirma Guerrero.