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Radiografía de maternidad. De los 20 a 30 y... «A esa edad no estaba mentalizada»

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Abc.es 
Con 24 años casi recién cumplidos, Araceli tenía su primer hijo , y en apenas cuatro, ya iba por el tercero. Corrían los años setenta del pasado siglo y era lo «habitual». Más rezagada, cuando el mayor estaba camino de la mayoría de edad, llegaba María, la cuarta última. Ahora es María la que es madre. Hace menos de tres meses llegaba el segundo de la familia. Ella ya tiene 38 y el primero nacía cuando estaba en los 33. Un «no» rotundo sale de su boca al preguntarle si se imagina ser madre veinteañera, lo que ahora se considera temprana edad y en la que su progenitora alumbró a su hermano mayor. « No estaba para nada mentalizada de ser madre en ese momento ni mi energía ni mi cabeza estaban en eso», explica. El suyo es sólo un e jemplo de cómo ha cambiado la maternidad con el paso de los años. Según el último estudio del INE (Instituto Nacional de Estadística) sobre 2024 de los nacimientos como fenómeno natural de la población, poco más de 900 mujeres de entre 20 y 24 años tuvieron un hijo. Sus vástagos suponen apenas el siete por ciento de los 12.541 bebés nacidos en Castilla y León en esos doce meses. Entre todas las veinteañeras, sumaron algo más de 2.800, el 22 por ciento del total. Cincuenta años atrás, en tiempos en los que Araceli fue madre de los primeros, más de 21.000 bebés tuvieron una madre en los veinte en la Comunidad, casi seis de cada diez nacidos en una época en la que en 1975, se superaron los 36.000. Ahora el grueso lo acapararon las treintañeras , con casi 8.000 niños, esto es, cerca de dos de cada tres, cuando medio siglo antes y también cuarenta años atrás no suponían ni el treinta por ciento del total. «Andábamos todas por los mismos años», recuerda María de sus primeras clases de preparación al parto, y eso que fueron on-line, de los tiempos de la pandemia del Covid-19. De hecho, de sus grupos de amigos, ellos fueron «de los primeros» en tener familia, comenta María, quien recuerda cómo le han dicho que «de pequeña» ella «siempre decía que quería ser madre joven». «Pero luego cuando llegó el momento, para nada», recalca. Sí estaba en sus planes tener familia «y cuando alguien de tu entorno ya empieza a arrancar, te lo empiezas a pensar», señala, sabiendo muy bien, como enfermera titulada que es, que «si lo vamos a tener, creo que cuanto antes, porque sí era consciente de las dificultades luego para concebir , el aumento de riesgos...». En la veintena «estaba en trabajar, seguir formándome e intentar tener un poco de estabilidad y disfrutar también de la vida, de salir, viajar...». Cambios sociales que han impactado de lleno en la natalidad. «Es que yo no me veo trabajando con mis cuatro hijos , porque podía haber seguido trabajando, pero dije: '¿Qué hago? ¿Cojo a una mujer para que los cuide y mi sueldo se lo doy'? Entonces las mujeres ganábamos muy poquito», puntualiza Araceli, que salió del mercado laboral para dedicarse de lleno a su familia. Cuatro niños aportó al censo. Familia numerosa. Una de ésas que María, que vivió de pequeña en una -aunque en el fondo «era el juguete de todos» por la diferencia de edad, coinciden madre e hija- de niña quiso tener. «Pero, no, ahora no me lo imagino», sentencia, y eso que tanto ella como su marido son de familias numerosas. Dos es su cifra 'mágica', la de buena parte de quienes tienen niños en Castilla y León y la de su entorno, en el que «dominan» quienes no tienen descendencia. Circunstancias que también impactan en la natalidad. De esos más de 36.600 bebés nacidos hace cincuenta años, a los pocos más de 12.500 de 2024. Y eso que los alumbramientos experimentaron un ligero repunte. En comparación, casi tres veces menos que en estos tiempos del 'baby boom'. El debut en la maternidad ya arrancada la treintena también limita el número de alumbramientos por mujer. «Sin tenerlo súper pensado, siempre nos veíamos más con dos hijos. Pero sí que es verdad que hubo un momento de dar mucha pereza», confiesa María, para quien también el traslado de una ciudad más grande como Madrid a Valladolid, con las familias cerca y tiempos más manejables, dio un impulso. Al lado, su madre, quien si bien reconoce que con sus 24 años la maternidad fue prematura y con más de 40 que volvió a dar a luz, viéndose «más preparada», ella hubiera aguardado «a los 28 ó 30 como mucho». «Creo que quizás ahora es un poquito tarde» cuando se arranca. María lo reconoce: «Me da rabia que si quisiera tener más, lo tendría que intentar enseguida o sé que ya no a va a poder ser . Esa limitación te fastidia. Es decir, ya si quiero ya no puedo lo tengo que hacer muy rápido o cuando a lo mejor todavía no me apetezca». Araceli, que sabe lo que es ser madre veinteañera y también con 40 cumplidos, lo tiene claro. Una cosa es tener más ya avanzada la edad y otra debutar en la maternidad con el paso de los años: «No. No. Sinceramente, no», responde a si se imagina dar a luz por primera vez con esa edad. «Yo creo que ya me hubiera acomodado y no me hubiera animado », explica. Como prueba la estadística, hace medio siglo también había mujeres que alumbraban ya en los cuarenta e incluso más. Algo más de 2.000 entonces, una cifra incluso superior en términos absolutos a las parturientas en esa edad el año pasado en Castilla y León (1.482). La diferencia es el peso sobre el total. Si entonces no representaban ni el seis por ciento, hoy suponen casi el doble y se aproxima al doce por ciento, cuando en 1994 no llegaban ni el dos. Sobresale el grupo de 40 a 45, con 1.344 bebés nacidos, cifra muy similar a la de 2023. Y también hubo ocho con 50 años y más, a la par que tres no habían soplado aún quince velas y 259 tenían entre 15 y 19 años. De esos casi 1.500 nacimientos de madres que ya habían entrado e n los 40, en 629 casos fue el primer hijo, lo que supone que más del cuarenta por ciento supusieron el debut en la maternidad de sus progenitoras, cinco de ellas ya con el medio siglo cumplido. Eso sí, en la mayor parte de los casos –casi doscientos– acababan de iniciar esa década. Y también que una de cada diez primerizas ya habían entrado en los 40 y que la mitad de los nacidos en 2024 fueron el primero en llegar a la familia. También entre ellos, dominan los padres treintañeros y más de la mitad de los bebés nacidos en 2024 tuvieron un progenitor de entre 30 y 39.