Casilda Finat, diseñadora de joyas e 'influencer': «Mi felicidad es hablar de Dios, no vender pendientes»
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Como muchos otros, Casilda Finat aterrizó en redes sociales con el fin de mostrar su vida y hacer negocio con la venta de joyas. Un retiro espiritual en 2021 le hizo replanteárselo todo, y desde entonces, su perfil de Instagram, en el que supera los 250.000 seguidores , ha comenzado a albergar cada vez más contenido sobre religión. Si se le pregunta quién es, la aristócrata -ostenta el título de vizcondesa de Rías- dice que «una madre de tres hijos enamorada de Jesús», además de la «fundadora de la tienda de joyitas más 'cool'». ABC charla con ella con motivo de su futura participación en ' Llamados ', evento programado para el 12 de enero en el Movistar Arena de Madrid en el que varios 'influencers' hablarán sobre su relación con Dios. — ¿Qué hacía antes de dedicarse a las joyas? — Trabajaba en recursos humanos en una constructora. — ¿Y cómo decide pegar el cambio? — De casualidad. Intenté vender unos anillos a mis amigas. Hubo mucho boca a boca, algo de Facebook y me lancé a tope con las joyas. — Las redes sociales son clave para su negocio, pero desde hace un tiempo las usa más para hablar de religión. ¿Por qué? — Es cierto que yo tenía las redes para vender mis joyas, era 'influencer' y publicitaba productos de marcas. Ya tenía todo lo que me habían dicho que me iba a hacer feliz: un marido, hijos, una casa muy bonita, dinero y éxito; pero cuando me paraba a pensar me daba cuenta de que me faltaba algo, y no sabía muy bien qué era. Entonces fui a un retiro espiritual en 2021 y sentí que Dios existía de verdad. A mí me habían inculcado la fe, pero todavía sentía que no lo había conocido de tú a tú. Tenía dudas, no tenía claro que existiese. Después de ese retiro, comencé a rezar más y a hablar con él y sentí que mi vida cobraba sentido. En redes sociales yo siempre he sido muy auténtica y he contado todo lo que pasaba. Si entraba a rezar un rato y salía feliz, pues lo contaba. Fue así como empecé a hablar de religión. — Me dicen que ha perdido clientes en redes sociales por ese cambio... —Sí, es verdad que se pierden compradores. A la gente le gusta mucho más la vida del 'influencer'. Algunos me acusan de dar 'chapas' religiosas; pero me da igual, porque lo que está en juego es mi felicidad, y mi felicidad es hablar de Dios, no vender más pendientes. — ¿Es de misa semanal? —Soy de misa diaria. — ¿En serio? — Sí, o sea, te lo digo de verdad, para mí es como una medicina; como el que necesita ir al gimnasio todos los días porque se siente mejor. Es que lo necesito, si no voy no me siento igual de bien. Sobre todo voy a las Carmelitas de la calle Ayala, pero también voy a veces a San Germán, que está abierta veinticuatro siete. En Madrid tenemos mucha suerte, porque hay muchas capillas que no cierran, muy fuerte. — ¿Y cuánto tiempo puede pasar ahí? — Pues cuando tengo tiempo he podido pasar ahí tres horas. Cojo horas de adoración, porque así adquiero un compromiso de ir, porque hay veces que no apetece y es normal. — ¿Ya no sufre crisis de fe? — Bueno, a veces pueden venirte dudas, pero nada serio. — En Instagram invita a sus seguidores a adorar a Jesús «aunque se rían de ti». ¿Alguna vez se han reído de usted por eso? — Sí, total, muchas veces se hacen burlas y se ríen. Pero me da igual. —¿Cuál es la peor experiencia que ha tenido en redes sociales? — Ataques e insultos, pero sin más. Luego es gracioso, porque hay gente que me ataca en bucle; que puede tirarse años insultándome. Es como ser adicto a seguir a alguien a quien odias. Si alguien me genera esos sentimientos, pues hijo, lo dejo de seguir. — ¿Le duele? — Sí, a veces duele. Te vas acostumbrando, pero tampoco es algo agradable porque tú tampoco pretendes hacer daño a nadie. No entiendo cómo pueden odiar si yo no les he hecho nada, pero bueno. A veces me entran ganas de bloquear, pero no lo hago porque pienso que si siguen ahí a lo mejor algún día se convierten. — Dicen que los jóvenes cada vez creen más. ¿Lo nota? —Sí, muchísimo. ¿Sabes lo que yo creo? En la Biblia dice que al final de los tiempos Jesús va a volver y la Tierra se convertirá en un lugar bonito y perfecto en el que los que tengan que salvarse se salvarán y los que no, no lo harán. Entonces, el Espíritu Santo actuará con mucha fuerza y habrá un derroche de gracia súper grande. Yo creo que eso es lo que está pasando; no digo que nos queden tres días, pueden ser muchos años, pero sí que creo estamos ya en esa etapa final. Es muy fuerte cómo está actuando el Señor, pero muy fuerte. — Cada vez más países estudian vetar el acceso de los menores a redes sociales. ¿Qué opina al respecto? —Me parece maravilloso. Soy totalmente anti redes sociales. Mira que estoy muy metida por el trabajo, pero no me gustan nada. A todo el mundo que me dice que no tiene Instagram le digo lo bien que lo hace. Me parece que se puede hacer mucho bien a través de ellas, pero que es mucho más fácil que vayas por el mal.
