Arcos de Valdevez, donde se forjó Portugal
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Ya sea en primavera, verano, otoño o invierno, Arcos de Valdevez siempre tiene algo nuevo e inesperado que ofrecer. Así sucede en estas mismas fechas, en invierno, con experiencias que solo se pueden vivir en esta villa portuguesa, con sabores y conocimientos contados junto a la chimenea, de la mano de la gente de la zona, que sabe recibir como nadie. Ya en primavera, Arcos de Valdevez ofrece todo un despliegue de tradiciones, sol, aire puro, montañas, aguas cristalinas y paisajes idílicos (como los del Parque Nacional da Peneda-Gerês - PNPG en flor) que hacen de esta época del año una de las más bonitas para disfrutar de lo mejor que la naturaleza tiene para ofrecer. En el caso del verano, su patrimonio histórico y religioso inigualable se llenan de vida y color (las fiestas populares, las ferias y las recreaciones históricas que se remontan a los orígenes de la nación son algunos de sus atractivos). Y en otoño, nos podemos dejar envolver por las leyendas de sus 'bosques encantados', o sorprendernos con las celebraciones otoñales, mientras saboreamos un buen vino de la región. En Arcos de Valdevez podemos encontrar más de 400 km de senderos y ecovías , con paisajes de gran belleza y lugares que parecen detenidos en el tiempo. Practicar deportes en la naturaleza, en tierra y en agua, es tan natural como el aire puro que se respira, con la posibilidad de organizar paradas para bañarse en el río o en sus lagunas, como en el caso de los meses más cálidos en las lagunas del Vez. Se puede pasear a caballo o a pie por la sierra, descubrir paisajes vírgenes a través de ríos y lugares… En cuanto a su legado histórico , sus casas restauradas han logrado mantener su diseño original, en un evocador viaje al pasado, mientras la vida continúa en los campos que rodean el centro del pueblo, con agricultores trabajando en los campos y pastores cuidando su ganado en las montañas. Con destacados enclaves como Sistelo, el pequeño Tíbet portugués, una de las '7 Maravillas de Portugal': merece la pena visitar el castillo y no perderse las hermosas terrazas a lo largo de las laderas de las montañas. En cuanto al Santuario de Peneda, permite disfrutar de la naturaleza en familia: se pueden subir sus populares escaleras mientras se contemplan las esculturas que representan la Fe, la Esperanza, la Caridad y la Gloria, en un manto verde con pequeños pueblos. La enorme roca, justo encima de la iglesia, en equilibrio sobre el alto acantilado de Fraga da Meadinha, completa este paisaje único en el país. Otra recomendación: visitar la Porta do Mezio, una de las cinco puertas de entrada al PNPG. A 15 minutos en coche del centro de la villa, ofrece actividades durante todo el año. Y, en toda ocasión, visitar Arcos de Valdevez permite disfrutar de recetas y sabores de su cocina tradicional : la 'carne Cachena' con arroz de feijão tarreste; el famoso 'cozido à minhota'; el 'cabritinho mamão da serra'; las 'papas de sarrabulho' y los 'rojões'; el fresco vino verde de la variedad 'Vinhão o Loureiro'… experiencias inolvidables que incluyen sobremesas en las que pueden estar presentes los puros de Arcos (una de las '7 maravillas de Portugal'), acompañados de la naranja de Ermelo, el 'bolo de mel', el 'bolo de discos' o los grandes y golosos caramelos de Arcos. Después de comer, se puede visitar el Centro de Interpretación del Barroco, puerta de entrada a la red barroca del Alto Miño (legado de siglos de historia con recursos de realidad aumentada y virtual). O pasar por los Talleres de Creatividad Himalaya – Centro de Ciencias Arcos (espacio dedicado al descubrimiento, la experimentación y la ciencia, que tiene como mecenas a uno de los más grandes científicos y visionarios portugueses de principios del siglo XIX, 'el Padre Himalaya'). Otra opción a destacar es la visita al Paço de Giela, Monumento Nacional, donde cada año se realiza la Recreación Histórica de la Batalla de Valdevez, uno de los momentos más importantes de la fundación de la nación, y contemplar, desde una de sus ventanas manuelinas, la vista sobre 'Arcos de Valdevez, donde se hizo Portugal'.
