Pagos a trabajadores
El Poder Judicial conformó, a lo largo de los años, varios fideicomisos para complementar sus ingresos en forma bipartita; es decir, parte de los recursos eran de los propios trabajadores, se utilizaban para pago de indemnizaciones, y también complementaban sus pensiones y jubilaciones del ISSSTE.
Sin tener facultades, el Ejecutivo Federal decidió tomar los recursos y ahora no hay dinero para pagar las indemnizaciones a jueces, magistrados y ministros removidos de sus cargos, en franca violación al derecho laboral. Se han manifestado y han sido reprimidos por la fuerza pública para no pagar las indemnizaciones. Lo que no hicieron para despejar carreteras, lo aplican en contra los trabajadores del Poder Judicial.
Cerca de 11 mil millones de pesos han sido reintegrados a la Tesorería de la Federación, pese a suspensiones judiciales y sin ser notificado el movimiento de Nafinsa al Consejo de la Judicatura Federal. Aun cuando en el artículo décimo transitorio de la Reforma Judicial establece que dichos recursos estaban destinados para las y los juzgadores que declinaran su candidatura o que no resultaran electos en los comicios, como un pago extraordinario que se cubriría con los recursos de los fideicomisos.
También hay una propuesta para cancelar pensiones complementarias a trabajadores jubilados o en vías de jubilarse, violando derechos adquiridos. Los juzgadores se organizaron para marchar hacia el Tribunal de Disciplina Judicial (TDJ), antes Consejo de la Judicatura. Más de 800 juzgadores cesados no han recibido su indemnización, además de estar impedidos para trabajar en el mismo ramo por dos años. Sin embargo; el TDJ no los recibió y se originó el bloqueo de avenida de los Insurgentes.
Hay protestas de productores de maíz por los precios de garantía, lo mismo sucede con los cañeros que se unen a la lucha, por aumentar el pago o la implementación de un plan de rescate. Limoneros, naranjeros y aguacateros, siguen siendo extorsionados; los recursos al campo se han reducido drásticamente, pese a que son actividades, que a diferencia de otros apoyos, son productivos y tienen una tasa de retorno. La supuesta autosuficiencia alimentaria no ha sido más que un discurso sin contenido. Transportistas y agricultores amenazan con paro nacional en carreteras en próximos días, con toma de las aduanas.
En tanto, en Palacio Nacional creció el miedo unos tres metros de valla. Se dice que es por la CNTE, que está acostumbrada a lograr lo que se proponen y no van a cambiar de método. Y para evitar un bloque de materiales quemados, o de manifestantes mujeres incendiarias, es la forma de proteger a los policías, según se dijo. Y de proteger a un monumento nacional.
De la generación Z, insisten en que es una manifestación de la oposición. Es cierto, pero no de los partidos, o de la derecha, sino de grupos inconformes con reclamos válidos para manifestarse. La descalificación que se hace solo permite que crezca la protesta. Y sueltan rumores de que ellos mismos se atacarán para victimizarse, cuando todos sabemos que los provocadores son de Morena, como sucede con muchas marchas. Es absurdo pensar que para atacar las causas de la delincuencia, basta dar dinero a los jóvenes, con becas o apoyos.
Los jóvenes quieren un futuro, no unos centavos. Que el país crezca y existan oportunidades de empleo bien remunerado, que tengan seguridad social, que dejen de ser mano de obra explotada sin perspectivas de desarrollo, que puedan acceder a una vivienda digna, que se mejoren sus capacidades educativas para poder competir por cargos, que su vida no sea un terrible vacío de falta de esperanza y de miedo hacia el futuro. Quieren seguridad en todos los aspectos de su vida. Poder lograr un ingreso para formar una familia, contar con salud digna. Todo eso que se les ha arrebatado y que quieren recuperar. ¿por qué tanto miedo?
La juventud es el presente que nos reclama la falta de un proyecto nacional para beneficio de todos, sin mentiras, ni corrupción, ni represión. Por eso es una conciencia que grita y que sin duda pone a pensar al gobierno sobre qué rumbo seguir, hacia dónde caminar, cómo reconstruir la unidad nacional, cómo evitar la represión. Y el gobierno tiene la respuesta, pero son tantas las complicidades que está paralizado. Y se siente amenazado. Aunque mantenga el camino hacia una autocracia facciosa.
