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Hallan una lápida romana del siglo II en el patio de su casa en Nueva Orleans mientras limpiaban

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Se hizo en honor a un marinero romano llamado Sextus Congenius Verus, según las investigaciones realizadas

Un sorprendente hallazgo en Alemania reescribe la historia de los hipopótamos europeos

Comenzaba un día lleno de tareas en el número 1106 de la calle Cambronne, en el barrio de Carrollton de Nueva Orleans (Estados Unidos). Daniella Santoro y su marido Aaron Lorenz estaban despejando la maleza de su jardín cuando se toparon con una piedra más grande de lo normal. Repararon entonces que no era un objeto cualquiera, sino que se trataba de una inusual losa plana de mármol con una inscripción en latín del siglo II. 

“El hecho de que estuviera en latín realmente nos dejó perplejos”, explicó Daniella Santoro, propietaria de la vivienda y además antropóloga de la Universidad de Tulane, en declaraciones recogidas por Associated Press (AP). Tanto la especialista como su marido intuían que estaban ante un hallazgo extraordinario. 

Así también lo corroboró esta universidad estadounidense, que les ayudó a descifrar el origen de la lápida. Lo primero que descartaron es que ahí, donde actualmente estaba su casa, hubiera existido uno de los antiguos cementerios de la ciudad, como sí ocurría en otros puntos. 

La pista clave estaba en la inscripción, hecha en latín. Pidieron colaboración a varias universidades, también de otros países, y llegaron a la conclusión de que la losa era una lápida de un marinero romano llamado Sextus Congenius Verus, de 1.900 años de antigüedad.

Sextus Congenius Verus había muerto a los 42 años por causas desconocidas, después de servir durante más de dos décadas en la armada imperial en un barco llamado Asclepio, en honor al dios grecorromano de la medicina. La lápida rememora precisamente sus hazañas. El texto describe al marinero como “muy merecedor”. No fue a iniciativa propia, sino que se cree que la encargaron otros militares romanos con los que mantenía una estrecha relación. 

Toda esta descripción encajaba a la perfección con otras piezas guardadas en el museo de la ciudad de Civitavecchia (Italia). De hecho, era una de las que faltaban. Originalmente, de acuerdo con AP, la tabla había estado en un antiguo cementerio de alrededor de 20 tumbas de personal militar, encontrado en la década de 1860 en esta localidad costera en el noroeste de Italia. 

Encajaban hasta las medidas documentadas de piezas perdidas durante los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial: 0,09 metros cuadrados y 2,5 centímetros de grosor. Mismas dimensiones de la tabla encontrada en el jardín trasero de Santoro.

Ayuda del FBI para la repatriación 

Todos los implicados en este hallazgo saben que el jardín trasero de una casa no es el sitio idóneo para una lápida romana del siglo II. Ahora, comienzan el proceso para su repatriación y para ello han pedido ayuda al FBI, aunque de momento todo está parado por el cierre del gobierno estadounidense, una situación que mantiene paralizados los servicios públicos, quitando los excepcionales. Falta aún tiempo para que vuelva a su país de origen.