Marcia Aguiluz, de la organización American Friends Services Committee: ‘La posición de Migración ha sido absolutamente cínica’
Los 17 migrantes que fueron deportados por el gobierno de Donald Trump y acogidos por la asociación cuáquera Los Amigos de Monteverde, llegaron a ese cantón puntarenense, mediante la intermediación de la organización, también cuáquera, American Friends Service Committee.
Esa organización fue la que se encargó de hacer el contacto con los cuáqueros de Monteverde, incluso ellos pagan el alquiler de una de las casas donde vive una de las familias acogidas.
Los cuáqueros se ofrecieron a ayudar a los deportados, luego de enterarse por los medios de comunicación, sobre la situación cómo vivían en el Centro de Atención Temporal a Migrantes (Catem), una antigua fábrica de lápices, ubicada en Paso Canoas, cerca de la frontera con Panamá.
La directora para América Latina de American Friends Service Committee, Marcia Aguiluz, aseguró que la situación para esos migrantes ha sido complicada desde que llegaron al país, en la segunda quincena de febrero pasado y que la Dirección General de Migración y Extranjería ha tenido una posición “absolutamente cínica”.
Según Aguiluz, Migración emitió una resolución para darles un estatus migratorio en el país, en acatamiento con un fallo de la Sala Constitucional, con el cual podían pedir trabajo y acceder a servicios públicos, como abrir una cuenta de ahorros en un banco estatal.
Sin embargo, en la práctica eso no está ocurriendo. Tampoco se les hizo una valoración médica, pese a que así lo ordenaron los magistrados, el pasado 24 de junio.
“Tenemos una resolución muy bonita que les permite trabajar, pero que si usted se la lleva a cualquier persona, lo primero que le dice la persona es: ‘¿Y esto qué es?’ Porque si usted no tiene el documento oficial de identificación para personas extranjeras, no es nadie en este país. En el papel está muy bien, pero no ha tenido ningún efecto en la realidad“, afirmó.
“La política es muy perversa porque está diseñada para hacerles la vida (a los migrantes) lo más inhóspita posible. Esa resolución de la Sala Constitucional yo creo que es la primera en las Américas que protege a esta población y desde ese punto de vista es muy importante. Señala que el Estado tiene que asegurarse que esta gente tenga algunos derechos, pero la posición de la Dirección de Migración ha sido absolutamente cínica, es absolutamente increíble”, agregó Aguiluz.
‘Puede que les pongan alguna traba’
Omer Badilla, viceministro de Gobernación y Policía, y director general de Migración, reconoció que a esas personas, si bien se les otorgó un estatus migratorio, no se les facilitó un carnet de identidad, pese al fallo de la Sala IV.
Adujo que ellos se negaron a solicitar refugio y, en consecuencia, no se les brindó un permiso temporal para buscar trabajo y reinsertarse en la sociedad, pero si lo hacen, se les otorgará. También dijo que pueden optar por un Documento de Identidad Migratorio para Extranjeros (Dimex), pero que ese trámite tiene un costo asociado.
Recalcó que si alguno tiene problemas para realizar algún trámite, debe pedir ayuda a la Dirección de Integración, de la Dirección de Migración.
“Puede que tenga toda la razón, que algún banco o institución le ponga alguna traba, pero justamente en esos momentos es cuando ocupamos que nos informen para que la Dirección de Integración se comunique con esas instituciones y pueda coordinar todo lo relacionado a la petición que están haciendo”, manifestó Badilla.
Cuando se le cuestionó que eso no fue lo que sentenció la Sala Constitucional, dijo, en una entrevista con La Nación, que iba a ver cómo atendía la situación.
Este grupo de migrantes que está en Monteverde —y muchos otros de los que llegaron al Catem (200 en total)— se negaron a pedir refugio o la autodeportación a sus países de origen, porque eso implicaba que no pudieran llegar, de nuevo, a Estados Unidos o, que posteriormente les negaran el asilo en este país norteamericano u en otro de Occidente, porque ya tenían esa condición en Costa Rica.
Omer Badilla reconoció que eso es posible, pero minimizó la situación y reiteró, en todo momento, que ellos les ofrecieron refugio para que se quedaran aquí y que ellos no quisieron.