Una nueva sanción amenaza a Talgo por otro retraso en la entrega de un pedido
Sin haber encontrado todavía el modo de afrontar la penalización de 116 millones de euros impuesta por Renfe por el retraso en la entrega de los 30 trenes Avril, Talgo se puede enfrentar a otra multa por el retraso en el despacho de otro contrato firmado con la operadora pública ferroviaria.
En mayor de 2021, Renfe adjudicó a Talgo la fabricación de hasta 40 nuevas cabezas tractoras (locomotoras) de ancho variable por un importe máximo de 281,5 millones de euros, con un pedido en firme para 26 cabezas tractoras por 195,5 millones de euros, como último paso para convertir 13 trenes convencionales en composiciones de muy alta velocidad.
Según explican fuentes del sector, estas locomotoras deberían haber sido empezadas a despachar en el mes de enero. Sin embargo, no ha sido así y la sombra de otra penalización se cierne sobre el fabricante ferroviario.
Según figura en el Portal de Contratación del Estado, el lote 1 de este pedido consta de las citadas 26 cabezas tractoras y la integración de coches de la serie 7 de Talgo para formar 13 trenes y tiene una cuantía de 126 millones de euros. El lote 2 lo constituye su mantenimiento durante su periodo de garantía de cuatro años.
Según los cálculos realizados por expertos del sector en función de la penalización que recoge el contrato, la multa podría ascender a 25 millones de euros en el supuesto de que el pedido se entregase con más de un año de retraso sobre lo estipulado y se fijase la penalización máxima.
Esta hipotética nueva multa se sumaría a la de 116 millones de euros de los Avril, que está pesando como una losa en los resultados de Talgo. Recientemente, la compañía ha reconocido a los sindicatos que se reconoce incapaz de alcanzar acuerdo alguno con Renfe para conseguir desatascar los pagos que la operadora pública tiene retenidos y que el fabricante considera reclamaciones legítimas. Estos impagos atañen tanto a los cobros retenidos por los Avril en virtud de la penalización como a la compensación por sobrecostes en su fabricación y un «autodescuento» que Renfe aplicó y que el fabricante no considera ajustado a contrato.
Impacto en la deuda
En sus últimas cuentas, Talgo detalla que su deuda financiera neta aumentó en el primer semestre hasta alcanzar los 467 millones de euros, frente a los 403 millones que tenía en 2024, impulsada por las necesidades de capital circulante del periodo y por el referido retraso en facturación y cobros esperados del proyecto de fabricación de 30 trenes Avril de muy alta velocidad para Renfe.
Talgo, pendiente todavía del cierre de la operación para que el 29,7% de su capital sea asumido por un consorcio liderado por la siderúrgica vasca Sidenor, se encuentra en una delicada situación financiera. Para mejorar su estructura de capital, reforzará sus fondos propios con 150 millones a través de una ampliación de capital y la emisión de bonos convertibles en acciones, operación en la que participará la sociedad pública SEPI; y con una nueva estructura de financiación para adaptar los plazos y vencimientos a la ejecución y generación de caja de sus proyectos. Esta nueva estructura, que prevé tener lista en el último trimestre del año, comprende una financiación de 650 millones a seis años con póliza de la sociedad pública CESCE, una línea de circulante de 120 millones a cinco años y un seguro de cobertura de avales CESCE por importe de otros 500 millones de euros (antes de aplicar el porcentaje de cobertura) con una cobertura del 50%.
El miércoles, el lendakari vasco, Imanol Pradales, aseguró que la operación va por buen camino.