El Imperio Español en Asia: España, pionera en unir los cinco continentes por mar
La obra, escrita y dirigida por la periodista Lorena Galdón, reconstruye los vínculos ancestrales de la península ibérica con Oriente a través de los testimonios de expertos del Museo Naval, el CSIC, Casa Asia y la Universidad Complutense de Madrid. Una historia poco conocida que rescata el legado hispano en el continente más lejano del Imperio.
El corto documental, invita a reflexionar sobre el papel pionero de España como
potencia global. No sólo abrió rutas hacia América, sino que, gracias a la
circunnavegación y al tornaviaje, conectó Europa con Asia a través del Pacífico.
La proeza de Magallanes, Juan Sebastián Elcano y fray Andrés de Urdaneta cambió el
curso de la historia. El impacto fue tan profundo que el Real de a Ocho, la moneda
española, circuló en China hasta los años sesenta del siglo XX. Pocas potencias han
dejado una huella cultural tan duradera. Y quizá ahí resida hoy la clave de su futuro:
recordar que la esencia de la Hispanidad fue y sigue siendo tender puentes entre
culturas.
ORIENTE Y OCCIDENTE ANTES DE MARCO POLO
Durante siglos se creyó que Marco Polo fue el primer occidental en llegar a China. Sin embargo, Oriente y Occidente ya se habían encontrado mucho antes. Las rutas
comerciales unían ambos mundos desde tiempos remotos: en la época romana, metales extraídos de Las Médulas, en León, o el cinabrio de Río Tinto, en Huelva, viajaban hasta China siglos antes de que Marco Polo emprendiera su célebre viaje. En el siglo XII, figuras como el navarro judío Benjamín de Tudela viajaron desde la península ibérica hasta el Golfo Pérsico, registrando intercambios culturales y comerciales que conectaban Europa y Asia.
ESPAÑA EN FILIPINAS: UN PUENTE OLVIDADO
La gran conexión se consolidó con la llegada de España a Filipinas, verdadero punto
de enlace entre Asia y América. A través del Galeón de Manila, el Imperio Español
estableció el primer corredor marítimo global: un intercambio constante de bienes,
ideas, ciencia y arte.
El Real de a Ocho se convirtió en la primera divisa internacional y modelo del futuro
dólar estadounidense y otras monedas. Manila, con su bahía protegida, se convirtió en un núcleo estratégico de comercio y cultura, hogar de la primera universidad de Asia fundada por España y de una gran metrópolis multicultural en la que españoles, chinos y locales convivieron, comerciaron y crearon un mestizaje cultural sin precedentes.
ESPAÑA, NEXO INDISPENSABLE CON CHINA
Ser el intermediario comercial con China no sólo consolidó a España como actor
económico; también le permitió ejercer influencia política y estratégica en Asia-Pacífico, anticipándose a lo que siglos más tarde serían las relaciones internacionales modernas en la región. La presencia española facilitó alianzas, control de rutas marítimas y el establecimiento de centros culturales y educativos que proyectaron el poder ibérico más allá de Manila y Nueva España.
Este legado fue interrumpido abruptamente por la ocupación estadounidense, que no
sólo expulsó a España del archipiélago filipino, sino que intentó eliminar la lengua, la educación, la religión y la cultura hispana, borrando durante décadas los vestigios del pasado español. A pesar de ello, la impronta española resistió: el mestizaje cultural, la arquitectura, la literatura y muchas costumbres permanecieron, testigos silenciosos de la huella indeleble de España en Asia.
HACIA EL INDO-PACÍFICO: EL FUTURO DE ESPAÑA
El legado histórico de España en Asia no es sólo patrimonio: es una base estratégica
para proyectar influencia cultural, económica y diplomática en el Indo-Pacífico. La
experiencia de conectar continentes, de gestionar comercio, cultura y alianzas durante siglos, permite a España reimaginar su papel en la región: fortalecer relaciones comerciales, impulsar la cooperación educativa y cultural, y participar en los desafíos geopolíticos de un área que hoy concentra gran parte del crecimiento económico global.
La historia enseña que la presencia española en Asia no fue pasajera: puede ser una
guía para un futuro de proyección internacional equilibrada y respetuosa, basada en la memoria, la cultura compartida y la diplomacia inteligente en el convulso escenario geopolítico actual.