La historia real de Ed Gein, protagonista de la nueva miniserie de Netflix: el macabro asesino que fue apodado como 'el carnicero de Plainfield'
0
Ya sucedió con Jeffrey Dahmer . También con los hermanos Menéndez . La serie 'Monstruo' arrasó en Netflix con sus dos primeras temporadas y ahora lo ha vuelto a hacer. Hace una semana, la plataforma estrenó su tercera entrega, basada en la historia de uno de los asesinos más famosos de EE.UU: Ed Gein . En apenas unos días, la ficción se coló entre lo más visto en España y a nivel mundial. Con un total de 8 episodios , 'Monstruo: La historia de Ed Gein' retrata la historia de Ed Gein , un hombre que vivía solo en una granja en ruinas situada en el Wisconsin rural de los años 50, donde realmente escondía una «casa de los horrores» que, en palabras de Netflix, «redefiniría la pesadilla americana». Aunque Ed Gein no fue un «asesino en serie», sus crímenes perversos y macabros dejaron una huella enorme en la cultura popular. Apodado como el 'carnicero de Plainfield' , inspiró personajes icónicos del cine de terror como Norman Bates en 'Psicosis' (1960), Leatherface en 'La masacre de Texas' (1974) y Buffalo Bill en 'El silencio de los corderos' (1991). La nueva miniserie de Netflix está creada por Ryan Murphy e Ian Brennan y protagonizada por Charlie Hunnam ('Sons of Anarchy', 'Papillon'), en el papel de Ed Gein. Completan el reparto Laurie Metcalf, Tom Hollander, Vicky Krieps, Olivia Williams y Emma Halleen, entre otros. Edward Theodore Gein, más conocido como Eddie Gein, nació el 27 de agosto de 1906 en La Crosse, en Wisconsin. Fue el segundo hijo del matrimonio formado por George y Augusta. Su padre era alcohólico y maltrataba a sus hijos, mientras que su madre, a la que idolatraba, era fanática religiosa y muy autoritaria, lo que hizo que Ed creciera en un entorno extremadamente estricto. En 1914, los Gein se mudaron a una granja cerca de Plainfield, aislados de los vecinos de la ciudad. En apenas 5 años, Ed tuvo que hacer frente a la pérdida de toda su familia. Su padre murió en 1940 víctima de una insuficiencia cardíaca a los 66 años. Cuatro años después, falleció su hermano Henry, en un incendio cerca de su casa. Algunos investigadores han especulado que Ed mató a su hermano, pero nunca se ha llegado a comprobar. Sin embargo, fue la muerte de su madre , en 1945, a causa de un derrame cerebral a los 67 años, la que dejó devastado a Ed. Y es que perdió a su «único amor verdadero», lo que desencadenó después una conducta psicopática . Sin embargo, para sus vecinos solo era un hombre inofensivo al que incluso contrataban como niñero. Aislado ya en la granja familiar, asesinó a dos mujeres en apenas tres años. La primera fue Mary Hugan , dueña de una taberna, quien fue hallada muerta el 8 de diciembre de 1954. La segunda, Bernice Worden , dueña de una ferretería de Plainfield, quien desapareció el 16 de noviembre de 1957. Las autoridades descubrieron su cuerpo colgado por los pies en un cobertizo de la casa de Ed, decapitado y destripado , con los órganos sexuales extirpados. La Policía descubrió entonces una auténtica «casa de los horrores». Y es que, junto a la cabeza de Bernice, encontraron los restos preservados de al menos otras 15 mujeres , que incluían órganos sexuales, narices o labios. El asesino escondía en su casa ropa confeccionada con partes del cuerpo de mujeres y muebles y utensilios elaborados con huesos y órganos . Algunos ejemplos de las atrocidades que encontraron fueron piel humana cubriendo sillas, un cráneo convertido en un tazón de sopa, máscaras hechas con piel de cabezas o un cinturón hecho con pezones. Ed confesó haber asesinado a las dos mujeres y haber cometido más de 40 profanaciones de tumbas a partir de 1947. Además, admitió haber utilizado los cadáveres para su satisfacción sexual , aunque negó haber violado a ninguna mujer o haber practicado canibalismo. La policía concluyó que había estado buscando víctimas que creía que se parecían a su difunta madre, con quien estaba obsesionado y «sentía que tenía el poder de resucitar». Además, fue considerado «el asesino necrófilo más grotesco de la historia de los Estados Unidos». A pesar de que fue detenido, Ed fue diagnosticado de esquizofrenia crónica, por lo que no se le consideró apto para ser juzgado hasta 1968. Finalmente, fue condenado únicamente por el asesinato de Worden y recluido en el Hospital Central Estatal para Criminales Locos en Waupun. Más tarde, Ed fue trasladado al Instituto de Salud Mental de Mendota en Madison, donde permaneció hasta su muerte, el 26 de julio de 1984. El asesino murió a los 77 años debido a una insuficiencia respiratoria. Tenía cáncer de pulmón .