El Horno de Mel, el sabor de los productos de Córdoba en tapas y brunch
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El restaurante El Horno de Mel , en plena calle Torrijos, tiene a Melbises Ceballos como directora gastronómica y todo está centrado en los productos de kilómetro cero por estar en Córdoba en cuerpo y alma: los vinos de la denominación de origen Montilla-Moriles, incluido el tinto, y las carnes ibéricas cien por cien procedentes del Valle de los Pedroches . La gastronomía cordobesa, con el rabo de toro y el salmorejo, son la esencia, y reconoce que «como yo soy dominicana, también me gusta fusionar un poco los platos. Entonces tengo, por ejemplo, el salmorejo de mango , que a la gente le gusta mucho, es una opción sin gluten que pueden tomar los celíacos y todo el mundo me pide la receta. Y el atún rojo a la plancha con salsa de rabo de toro». Le da cancha a los sabores árabes, con una ensalada de pollo sefardí que hay que probar. La filosofía es que «nosotros somos Córdoba, estamos frente a la Mezquita y representamos todo lo que es Córdoba». Esta temporada en su nueva línea de brunch trabajan con panes artesanos de 24 a 48 horas de fermentación con harinas ecológicas de David Ruano en los desayunos. «Nuestro brunch desayuno va desde los huevos rotos con bacon hasta el aguacate, mango, burrata y una variedad de ingredientes frescos al momento». De zumos tienen un mix con jengibre, con zanahoria, naranja y siempre toman muy en cuenta las intolerancias , junto con leches vegetales. Si viene un celíaco o un intolerante a la lactosa, «tenemos postre incluso para que ellos puedan tomarlo, también opciones para los vegetarianos y veganos». Apuesta muy fuerte ahora por las tapas en la barra. Melbises Ceballos estudió un máster y cursos en el Basque Culinary Center , uno de ellos sobre los pinchos de la gastronomía vasca. Entre ellos, la gilda y su tapa de la Ruta Córdoba Califato Gourmet 2025, que consiste en ravioli de pluma ibérica de bellota con crema de puerros en su jugo. Otras posibilidades para tapear son la ensalada fría de patata con bacalao; anchoa y su picada con guacamole; montadito de lagarto ibérico de bellota con mayonesa de kimchi; tosta de presa ibérica de bellota cien or cien con mango; morcilla con pimiento; y sardina ahumada con mermelada de pimientos. El restaurante El Horno de Mel, situado en el Palacio de Congresos de Córdoba , forma parte de la ruta gastronómica oficial de Flora de este año. Como es importante el contenido, pero también el continente, el espacio donde se saborean estos manjares es muy cuidado: el Patio Espíritu de Córdoba con el jardín vertical natural es un lugar de un encanto indescriptible, y en el semisótano que fue despensa del antiguo hospital de San Sebastián está la barra para disfrutar las tapas. La vajilla de Iván Ros Cerámica, de La Rambla, es la compañera ideal de as vistosas y coloridas presentaciones. Corvina a la plancha con un puré de boniato y chip de batata; el salmón con salsa cítrica y wok de verduras; y el flamenquín con queso cheddar son otras delicias de la carta. En los postres es inevitable hablar de las célebres tartas de Melbises. Los postres y la pastelería artesana son su sello tanto para culminar la comida como para la merienda. El lemon pie, una tarta de limón, con crema de limón, merengue tostado y una base de lemon pie. «La verdad que ha sido un éxito total, a la gente le ha encantado», reconoce Melbises Ceballos. El brownie no lleva harina: solamente yema y chocolate. La tarta de zanahoria , piña y nueces, que realmente es la estrella de la casa, la que más se vende. A ellas se suma la tarta de queso, y tatín de manzana también. Para los brunch, galletas artesanas , bizcocho templado de plátano con nueces y bizcocho de almendras y naranja.