Casi 9 de cada 10 trabajadores en Perú perciben discriminación por edad en el ámbito laboral
La discriminación por edad en el trabajo se mantiene como una práctica extendida en el Perú. Según el estudio ¿Es la edad un factor determinante? de Bumeran, el 85% de los trabajadores peruanos considera que en el ámbito laboral existe edadismo, mientras que solo el 15% piensa lo contrario.
El informe —basado en las respuestas de 2.674 personas de Perú, Argentina, Chile, Ecuador y Panamá— revela además que uno de cada tres trabajadores (36%) ha sido discriminado por su edad en su centro laboral.
Entre las formas más comunes de exclusión, el estudio destaca la prioridad que se otorga a los jóvenes en proyectos o ascensos (46%), la falta de oportunidades de promoción (41%) y la no contratación de personas mayores de 45 años (40%). Asimismo, un 19% señaló haber recibido comentarios o bromas despectivas relacionadas con la edad.
La edad como obstáculo para acceder al empleo
El 44% de los encuestados reconoció haber sido rechazado en procesos de selección por su edad, pese a cumplir con los requisitos del puesto. Además, el 81% considera que la edad dificulta conseguir trabajo, una percepción que refuerza las barreras que enfrentan los profesionales mayores.
Sobre este punto, Juan Valera, director fundador de Valcaya Legal, explicó a La República que el edadismo en Perú tiene expresiones abiertas y sancionables:
“Cuando se publican ofertas laborales con rangos de edad como ‘de 25 a 35 años’, eso ya constituye una discriminación. La Sunafil puede sancionar esas conductas. También ocurre cuando una empresa despide a un trabajador por haber alcanzado cierta edad, que no sea la edad de jubilación legal; eso es un acto discriminatorio que puede derivar en procesos judiciales y contingencias reputacionales para la empresa”, precisó Valera.
El abogado agregó que existen propuestas legislativas orientadas a incentivar la contratación de personas mayores, como beneficios tributarios o deducciones adicionales en el impuesto a la renta para promover el empleo de la “generación plateada”. Sin embargo, advirtió que dichas medidas además buscan que se generen cuotas obligatorias de empleo lo cual podría generar el efecto contrario, fomentando más informalidad.
Falta de políticas de inclusión y cultura empresarial
El estudio de Bumeran también revela que el 57% de los trabajadores asegura que su área de Recursos Humanos no aplica políticas específicas para promover la diversidad etaria. En esa línea, Valera subrayó que el problema no solo radica en la normativa, sino en la cultura organizacional.
“El cambio debe ser cultural. Las empresas tienen que aprender a aprovechar el talento de la generación plateada, porque aportan equilibrio, experiencia y compromiso. Son profesionales que fortalecen el capital humano y pueden contribuir a la sostenibilidad de las organizaciones”, sostuvo.
Valera también rechazó la idea de que los contratos temporales sean exclusivos de los trabajadores jóvenes:
“La legislación peruana permite contratos a plazo fijo solo de manera excepcional, pues ello se da cuando existe una causa objetiva. El pensamiento de que una persona mayor no puede adaptarse o seguir directrices de alguien más joven es un prejuicio que limita el crecimiento sostenible de las empresas”, añadió.
Discriminación y rotación laboral
De acuerdo con el abogado laboralista, la alta rotación entre los jóvenes y la preferencia por trabajadores menores de 35 años responden a una percepción errada de productividad y costo, más que a diferencias reales de desempeño.
“Hay un concepto equivocado de que, pasada cierta edad, una persona deja de ser empleable. Sin embargo, entre los 45 y 70 años hay un espacio de 25 años en el que aún se puede aportar mucho al mercado laboral. La experiencia de los trabajadores senior puede ser clave para la sostenibilidad de un negocio”, afirmó.
Valera advirtió además que la informalidad amplifica la discriminación por edad, al no existir controles ni sanciones efectivas:
“En el sector informal la discriminación es abierta. Muchos empleadores buscan jóvenes porque cobran menos y pueden trabajar más horas. En cambio, se descarta a los mayores con el argumento de que no rinden igual. Es una práctica que se mantiene por falta de conocimiento o por indiferencia frente a las normas”, explicó.
Edad y contratación: un sesgo persistente
Finalmente, el estudio de Bumeran indica que el 71% de los trabajadores cree que la edad influye en las decisiones de contratación. Los motivos más mencionados son los prejuicios sobre la capacidad de adaptación (48%), las expectativas salariales más altas (46%) y la percepción de que los jóvenes dominan mejor la tecnología (42%).
Para Valera, revertir esta situación requiere cambiar el “chip” empresarial y valorar la experiencia como un activo estratégico:
“No se trata de imponer cuotas, sino de comprender que la diversidad etaria fortalece el rendimiento y la estabilidad de una empresa. Cuando se integra la experiencia con la innovación, se construyen equipos más sólidos y resilientes”, concluyó.
El estudio de Bumeran Perú y las reflexiones de Valera ponen sobre la mesa una misma urgencia: erradicar la discriminación por edad en el trabajo no pasa solo por modificar leyes, sino por transformar la mentalidad empresarial, de la sociedad y reconocer el valor del talento senior en un mercado que envejece aceleradamente.