Sanyo Gutiérrez y Gonza Alfonso lo vuelven a hacer: la gran sorpresa del Rotterdam P1
Si algo convierte al pádel en un deporte tan adictivo es su capacidad para escribir historias inesperadas. La emoción de no saber qué pasará, de que en cualquier momento pueda surgir una sorpresa capaz de cambiarlo todo, es lo que mantiene a los aficionados pegados a cada punto. En un escenario donde los favoritos no siempre tienen el triunfo ni mucho menos garantizado, las gestas adquieren un sabor especial. Y así lo demostraron los octavos de final del Rotterdam Premier Padel P1.