ru24.pro
World News in Spanish
Сентябрь
2025
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28
29
30

¿Qué hicimos?, por Paula Távara

0

A propósito del lanzamiento del podcast The Moment, el periodista Jorge Ramos señalaba que “yo creo que, dentro de unos años, a todos nosotros, nos van a preguntar ¿qué hiciste tú durante esos años? ¿Te opusiste? ¿Te quedaste callado? ¿dejaste que hicieran cosas y no protestantes o tomaste una actitud activa?”.

Lo decía para explicar por qué, a sus 67 años, había decidido dejar su retiro para volver a informar a las comunidades latinas en Estados Unidos en medio de un gobierno trumpista que les ataca incansablemente.

No mucho antes, el Pablo Bustinduy, Ministro de Derechos Sociales de España, había declarado a la prensa que un día la historia preguntará dónde estábamos durante el genocidio en Gaza, y si habíamos hecho algo, por mínimo que fuese, para denunciarlo.

Pues bien, estas dos interpelaciones, venidas a cuento por un contexto global apremiante y violento, no han dejado de martillar mi cabeza desde entonces, y no sólo porque comparto la preocupación de ambos personajes por los terribles efectos del gobierno de Trump y el genocidio en Gaza.

Quizás sea porque oí a Ramos pronunciar estas palabras justo después de despedirme de mi hija en la puerta de casa y se me escarapeló el cuerpo pensando en qué diremos cuando su generación nos pregunte dónde estábamos y qué hicimos.

¿Qué hicimos cuando la justicia peruana fue secuestrada? cuando la Junta Nacional de Justicia, encabezada por un sentenciado por violencia, destituyó a la Fiscal de la Nación por conveniencia política; o cuando el defensor del pueblo (que defiende a cualquiera menos al pueblo) logró con su "acción de inconstitucionalidad" que la amnistía quedara sellada a cal y canto y los jueces vieran limitada su capacidad de ejercer el control difuso?

¿Dónde estábamos cuando, pese al terrible genocidio del gobierno de Israel contra pueblo palestino, el gobierno peruano le compraba armas al perpetrador? O cuando, mientras la gran mayoría de representantes de la Asamblea de las Naciones Unidas dejaron a Netanyahu hablando solo, Boluarte permaneció en su asiento sin inmutarse.

¿Qué hicimos cuando el ministro de agricultura, Ángel Manero, con descaro y casi orgullo espetó que “la agricultura puede esperar, la minería no”, dejando claro que prefería dejar a los miles de familias que viven de la agricultura sin agua para beber, regar sus cultivos o alimentar a su ganado, ¿con tal de facilitar los negocios a los grandes capitales mineros?

¿Qué hicimos cuando se archivaron todas las acusaciones constitucionales contra Dina Boluarte por la matanza de 50 compatriotas, entre ellos el Antonio Samillán, estudiante de medicina juliaqueño que murió intentando ayudar a un herido en las protestas contra Boluarte? ¿y cuando Milagros Samillán, su hermana, denunció la violencia y amenazas contra ella por participar de las protestas del 20 y 21 de setiembre contra el régimen de pensiones y el gobierno?

¿Dónde estábamos cuando la transfobia se hizo ley y prohibió a las mujeres y hombres trans usar el baño según su autoidentificación con la burda excusa de proteger a las infancias pese a saber que la mayor violencia sexual del país se encuentra en los hogares y al interior de las familias?

¿Qué hicimos cuando el gobierno se negó a crear la reserva indígena Yavarí Mirim en Loreto, dejando a las comunidades indígenas que allí habitan a merced de mineros y taladores ilegales?

Muchos qué hicimos y donde estábamos se quedan en el tintero. Seguro también cada uno o una de nosotras tiene interpelaciones personales que aquí no están, pero que nos afectan como comunidad política, aunque no estén nombradas aquí.

Y es que llevamos años enfrentando la intensificación de un régimen autoritario y de narrativas anti derechos. Llevamos años viendo como la poca institucionalidad democrática que teníamos es desmontada por actores políticos que dicen pretender salvaguardarla.

Pero también llevamos años dejando que el desánimo se acomode en nuestros cuerpos, renunciando a denunciar y tomar posición por pretender ser más puros, más técnicos, más supuestamente neutrales.

Mientras tanto, en el país y en el mundo la violencia en la política ha tomado fuerza y el ascenso de partidos y movimientos que promueven agendas regresivas es una realidad. La polarización, la corrupción y el populismo autoritario han debilitado instituciones en diversos países, incluyendo por supuesto el nuestro, lo que tiene impacto directo en poblaciones vulnerables e históricamente excluidas.

Frente a este panorama, otras dos frases resuenan también en mi mente.  Por un lado, la de Carla Antonelli, primera mujer trans en ocupar el cargo de Senadora nacional: “no nos van a regresar a los márgenes”, y aunque Antonelli hablaba de las mujeres trans y su derecho a la identidad, esta frase puede alcanzarnos a todos y todas quienes abogamos por derechos humanos, libertades, democracia y progreso. No podemos asumir la derrota porque unos cuantos discursos de odio así lo quieran, tenemos el deber de dar la batalla, política, discursiva, cultural.

Por otro, las palabras de mi colega Daniel Encinas ante el nombramiento de Tomás Aladino, un imputado como Cuello Blanco con audios con Hinostroza, como Fiscal de la Nación, “me queda claro que la pelea por la democracia hay que darla en cada espacio que aún queda fuera de las garras del pacto que nos gobierna. No se le puede ceder ni un centímetro”.

Tenemos la responsabilidad de pelear en cada espacio, de no ceder ni un centímetro, de no dejar que nos regresen a los márgenes. Tenemos la responsabilidad de poder responder, con la cabeza en alto, cuando un día, más temprano que tarde, nos pregunten qué hicimos durante estos años.