GP de Japón 2025, en directo: Marc Márquez vuelve a ser campeón de mundo de MotoGP
No falló Marc Márquez en el día más importante de su vida. Quería volver a ser campeón del mundo de MotoGP a la primera, porque ya había esperado seis años, y todo ha salido como él quería. Con un segundo puesto sin correr riesgos por detrás de Pecco Bagnaia, vencedor también en la carrera larga tras hacerlo en la Sprint. Con ese segundo puesto y su hermano Álex sexto, era suficiente para poder celebrar y eso es lo que ha hecho el de Cervera, en un día de muchísimos nervios
Marc respiró hondo al sentarse en su silla del box a media hora de que empezara la carrera. Ese soplido era para sacar de los pulmones los nervios que anunciaban que no era un día cualquiera. Todo lo contrario. Era un día muy especial, porque han pasado 2.184 desde la última vez que fue campeón del Mundo de MotoGP. Fue en 2019, hace seis años, que por todo lo que ha pasado han parecido sesenta. Cuatro operaciones en el húmero derecho, una diplopia (visión doble) y muchas preguntas, la más crucial, si tendría que retirarse. “La retirada estuvo cerca”, ha dicho varias veces, recordando aquellos momentos de ver las carreras en el sofá, sufrir en las sesiones de fisioterapia y no poder ni sujetar un vaso de agua con el brazo derecho. El que estalló en Jerez en 2020 y que no volvió a su sitio hasta esa cuarta operación, a todo o nada, en la que hubo que girar varios grados el hueso para que funcionara bien. Después de eso, quedaba volver a competir, a ganar y a luchar por los títulos, pero todavía había obstáculos en el camino. El de una Honda que se había convertido en una picadora de carne, que hacía daño en cada caída y no le permitía ser competitivo. Así que tocaba volver a apostar a todo o nada. Renunciar a muchos millones de euros y dejar su casa de siempre para irse a Gresini, un equipo satélite donde correría prácticamente gratis para recuperar las sensaciones, las mariposas en el estómago que le dijeran que sí, que su carrera deportiva podía continuar. Además, suponía acercarse a Ducati, a esa Ducati oficial que deseaba, la mejor moto para el mejor piloto. Un combo ideal que ha florecido en este 2025 con números de récord y un título que tenía que cerrar en Japón, otra vez, como en 2014, 2016 y 2018.
El peso de lo sufrido era tan grande que reconoció estar nervioso ya el sábado en la Sprint, donde fue de menos a más, controlando para no caerse y dar un paso más hacia el santo grial. Le metió nueve puntos a su hermano Álex, así que en la carrera larga le bastaba no perder seis con su “brother”. Dependía de sí mismo, le bastaba ganar, ser segundo o quedar por delante del otro Márquez. Pero la responsabilidad era enorme por cerrar esos más de 2.000 días. La velocidad la tenía y sólo tenía que hacer lo que mejor sabe: pilotar y no perder más de seis puntos con su hermano. Lo ha hecho para culminar una resurrección que es histórica, quizá la más grande en el mundo del deporte en cualquier época, por encima de los regresos de Michael Jordan o de Tiger Woods.