La UCA salió al cruce del dato oficial sobre la pobreza y se reaviva el debate sobre cómo medirla
Esta tarde, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) dio a conocer su informe semestral sobre pobreza e indigencia para los principales aglomerados urbanos, donde situó las tasas en 31,6 % y 6,9 % respectivamente. Según el organismo, estos valores representan una caída sustancial frente al 52,9 % y 18,1 % de hace un año: el descenso se habría concentrado desde el tercer trimestre de 2024.
En el Gobierno esta mejora ya es celebrada como evidencia de que "se ha sacado" a entre 10 y 12 millones de personas de la pobreza -una cifra que, según el orador de turno, varía con el público, el momento o el ánimo.
Sin duda que el esfuerzo vale la pena. La baja al 31,6% de pobreza es un muy buen dato, pero no deja de ser una estadística.Detrás de ese número hay familias que hoy están un poquito mejor. Es un paso, pero todavía tenemos que seguir trabajando por quienes siguen viviendo en la... pic.twitter.com/7EYXR2URPr
— Patricia Bullrich (@PatoBullrich) September 25, 2025Pero hoy la Universidad Católica Argentina (UCA), a través de su Observatorio de la Deuda Social, salió, otra vez, al cruce de esa narrativa triunfal. Si bien no niega que haya un descenso de la pobreza estadística, advierte que sus magnitudes podrían estar sobrerrepresentadas, y reclama mayor transparencia metodológica.
Lo que dice la UCA y su advertencia sobre la exageración
El comunicado oficial de la UCA, titulado "Un descenso sobrerrepresentado de la pobreza en Argentina", cuestiona el tratamiento público de los datos del INDEC. En él se plantea que el descenso divulgado no es falso, pero sí amplificado.
La UCA concentra sus críticas en tres ejes principales:
1. Captación de ingresos mejorada El Observatorio sostiene que ciertas modificaciones en la encuesta de ingresos, ligadas a un contexto de inflación desacelerada, permiten "captar mejor" ingresos laborales y no laborales que antes quedaban fuera del registro. Ese mejor capture podría trasladarse a una parte del descenso atribuido oficialmente. La UCA saluda "este avance metodológico", pero advierte que "condiciona, no obstante, la comparabilidad con series de ingresos, indigencia y pobreza previas".
2. Desactualización de canastas básicas La UCA reclama que las canastas utilizadas como referencia (Canasta Básica Total y Canasta Básica Alimentaria) siguen ancladas en estructuras de consumo muy antiguas (2004-2005) con ajustes puntuales, y no están alineadas con patrones más recientes, lo cual debilita la capacidad del índice para reflejar con fidelidad la situación real de los hogares.
3. Comparabilidad de series históricas y efecto de cambios metodológicos Si el INDEC no deja claramente constancia de los cambios metodológicos y de cuestionario, la comparabilidad entre períodos queda comprometida. La UCA insiste en que los efectos de esos cambios pueden "inflar" la magnitud del descenso observado.
En declaraciones recientes, el director del Observatorio, Agustín Salvia, llegó a afirmar que el Gobierno "exagera" la magnitud de las personas que "sacó de la pobreza", y que la mejora real podría ser entre 4 y 5 puntos porcentuales menores a la oficialmente declarada.
Además, Salvia advierte que, aunque estadísticamente puede detectarse una caída de la pobreza, las necesidades básicas de las familias siguen siendo exigentes -con servicios, tarifas o rubros regulados que escalan con fuerza-, y que el "bolsillo" de los hogares aún sigue bajo presión.
Sobre esa base, la UCA reclama que el INDEC acelere la actualización de las canastas, identifique y reporte claramente los impactos metodológicos, y muestre el efecto de esos cambios sobre las series históricas, para ofrecer indicadores más confiables y creíbles.
De éxito en éxito
La nueva medición del INDEC, con sus eventuales limitaciones técnicas, aparece en un momento clave para el Gobierno. Después de la derrota legislativa del 7 de septiembre y tras dos semanas de tensión económica, la visita de Milei a Nueva York y los anuncios de apoyo financiero del secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, modificaron el clima político y de mercado. En ese contexto, el oficialismo utilizará la baja de la pobreza como evidencia de un giro estructural y de respaldo a su plan económico, con mensajes sobre "millones de argentinos que salieron de la pobreza" y una Argentina "nuevamente confiable" para los inversores.
La pobreza continúa descendiendo. La pobreza en Argentina se ubicó en 31,6% durante el primer semestre de 2025, según la medición publicada por el @INDECArgentina, lo que significa una baja interanual de 21,3 puntos porcentuales respecto del primer semestre de 2024. Asimismo,... pic.twitter.com/HxzhqAJsIY
— Ministerio de Capital Humano (@MinCapHum_Ar) September 25, 2025La contracara en el consumo y el poder adquisitivo
La discusión sobre la magnitud de la caída de la pobreza también se cruza con un trasfondo político: el contraste entre los éxitos internacionales del oficialismo y la realidad material de vastos sectores sociales. Analistas y figuras de la oposición advierten que la derrota electoral del 7 de septiembre en la provincia de Buenos Aires no puede entenderse, más allá de los defectos -según el fuego amigo violeta de "Las fuerzas del Cielo- en la selección de candidatos libertarios y el escándalo de los audios de Spagnuolo, sin poner el foco en el deterioro del poder adquisitivo y el retroceso del consumo masivo en el distrito más poblado del país.
En esa línea, un reciente informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), un think tank kirchnerista, mostró que en el primer semestre de 2025 las ventas en supermercados apenas crecieron 1,3% respecto de 2024, pero todavía quedaron 7,6% por debajo de 2023 y 6,8% debajo de 2022. La contracción implicó casi $346.000 millones menos de facturación en términos reales frente al mismo período de 2023. El deterioro golpeó con fuerza a los productos de almacén, que retrocedieron 11,7% interanual, y a las carnes, con una caída de 8,5%.
Ese retroceso se explica por la pérdida de ingresos. Entre noviembre de 2023 y marzo de 2025, los trabajadores registrados bonaerenses resignaron en promedio $1,4 millones de poder adquisitivo medidos con el IPC vigente, y hasta $2,2 millones si se utiliza la canasta ajustada de la ENGHo 2017-2018, como reclama el FMI. En términos agregados, la masa salarial perdida osciló entre $2,9 y $4,7 billones, correlacionando con la caída de $716.000 millones en las ventas de supermercados
La conclusión del CEPA fue que la dinámica del consumo no puede desvincularse de la evolución salarial. Aunque en los primeros meses de 2025 se registró una recuperación parcial, en marzo los ingresos seguían 3,4% por debajo de noviembre de 2023, y hasta 10,8% menores si se mide con la canasta actualizada. A nivel nacional, los relevamientos oficiales y privados confirmaron que la recuperación del consumo fue débil y heterogénea, con caídas en kioscos, farmacias y autoservicios.
Métodos de medición: ¿dónde se esconden las diferencias?
Medición por ingresos versus percepción subjetiva
Una de las disputas centrales es entre la lógica de la medición objetiva (ingresos observados frente a canastas) y la percepción subjetiva de los hogares -es decir, cuánto sienten que les "alcanzan" los recursos.
· El Observatorio de la UCA, en otros informes, midió el "estrés económico" o la sensación de incapacidad para afrontar los gastos cotidianos. Por ejemplo, en 2024 estimó que casi la mitad de los argentinos atraviesan un estrés económico, aun si algunos indicadores estatales muestran mejoras.
· La percepción puede capturar dimensiones que el ingreso registrado no ve: endeudamiento, demoras de pago, sacrificios en consumo o postergación de gastos.
· No obstante, la percepción también está sujeta a sesgos (psicológicos, de expectativa, estacionales) y no reemplaza mediciones objetivas, sino que las complementa.
El punto que aporta la UCA es que los hogares pueden "sentir que no les alcanza" incluso si mejoran sus ingresos medidos estadísticamente, especialmente cuando gastos fijos o servicios regulados suben con rapidez.
Cambios de canasta y actualización estructural
Otro debate técnico es el de la canasta de referencia. Si las canastas utilizadas -CBA, CBT- no son contemporáneas ni reflejan cambios estructurales en los patrones de consumo, regulaciones o estructura familiar, su capacidad de reflejar la pobreza real es limitada.
· La UCA critica que el INDEC siga apoyándose en estructuras de consumo de años remotos con ajustes parciales, sin incorporar una reforma integral del contenido y ponderaciones.
· En contextos de alta inflación o cambios bruscos de precios relativos (por ejemplo, tarifas, servicios, rubros regulados), las canastas desactualizadas tienden a subestimar el costo real de vida de los hogares vulnerables.
· Si la canasta está mal calibrada, los umbrales de pobreza o indigencia pueden quedar "desalineados" con la realidad de las familias, y la medida oficial puede tender a mostrar mejoras mayores a las reales.
Cómo se mide la pobreza en el mundo
Las advertencias que hace la UCA no son aisladas. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) publicó este año su Índice de Pobreza Multidimensional para América Latina, donde subraya que "la pobreza es un fenómeno complejo que no puede captarse adecuadamente solo por ingresos" y que "los cambios metodológicos deben ser transparentes y documentados para garantizar la comparabilidad"
Canastas básicas: el corazón del debate técnico
La CEPAL también advierte sobre la necesidad de actualizar canastas de consumo. En su documento metodológico sobre líneas de pobreza, señala que "la comparabilidad regional exige actualizar las canastas con criterios homogéneos y reducir la discrecionalidad en su construcción"
Europa: un modelo de medición más integral
En la Unión Europea también la pobreza se mide más allá de los ingresos: el indicador oficial de pobreza es el AROPE (At Risk of Poverty or Social Exclusion), que combina tres dimensiones: ingresos, privación material grave e intensidad laboral del hogar. Según el Instituto Vasco de Estadística ( Eurostat) esto permite "captar realidades que los ingresos por sí solos no reflejan" y se actualiza periódicamente con base en encuestas de necesidades sociales