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Август
2025

Nos gobierna la plutocracia del dinero mal habido

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Hace apenas 3.500 años se discutía en Grecia cuál sistema político podría ser el mejor para resguardar la paz y el bienestar de aquellas sociedades. Se habló mucho de democracia, que parecía ser el mejor sistema, pero, como lo dijo Platón en La República, lo sería, siempre que el pueblo fuera suficientemente crítico y culto para emitir su voto apropiadamente. De lo contrario, el pueblo podría sucumbir ante el poder económico o el engaño populista, que mediante cantos de sirena lo podría engañar. (Términos de más reciente data para referirse a lo mismo).

Hoy, la democracia en Costa Rica está sufriendo de muchos abusos, y no solo porque el país dejó de ser altamente alfabetizado y culto –la educación, la cultura, el respeto y la información han desaparecido de la preocupación nacional–, sino también porque algunas personas que pretenden el poder desafortunadamente cuentan con recursos económicos suficientes –a menudo provenientes del lavado de dinero y la droga– para adquirir espacios en medios de comunicación cuestionables y con propaganda populista. El pueblo, inculto y necesitado, es objeto de mentiras y ofrecimientos imposibles en nuestro marco de derecho, y casi todos nosotros callamos.

¿Es Costa Rica una democracia lúcida y fuerte como lo fue otrora? ¡Desde luego que no lo es! Detrás del poder político, se oculta la plutocracia del dinero mal habido, de la explotación, de la manipulación mediática, del populismo, que mantiene al pueblo engañado e ilusionado, para que no levante su voz ante los atropellos que cotidianamente sufre, arrodillado ante los discursos de odio y desconfianza y las falsas promesas de un bienestar que ni por asomo ha permeado hasta las personas más necesitadas.

No confío en la “democracia” que oscuramente utiliza los recursos naturales y permite las invasiones a los sitios Ramsar de nuestra patria. Tampoco en la “democracia” que compra al pueblo con acciones populistas y manipuladoras. Ni tampoco en aquellas “democracias” extranjeras que utilizan los recursos naturales que deberían declararse derechos humanos porque los necesitamos todos, para construir instrumentos de destrucción masiva para matarnos mejor y más rápidamente con guerras innecesarias, aunque ya la extracción y utilización indiscriminada de energía fósil nos llevará indefectiblemente a la desaparición de nuestra especie y de muchos otros seres vivos del planeta Tierra en poco tiempo.

¿Y el futuro? ¿Cómo recuperaremos la tranquilidad de sentirnos entre hermanos, con propósitos conjuntos de esfuerzo, de educación de calidad, de respeto a los demás, de cultura, de trabajo digno, con una población física y espiritualmente sana?

No nos queda alternativa: es preciso recurrir a la información veraz de fuentes fidedignas. Es preciso de inmediato que exijamos a los que nos solicitan el apoyo para que democráticamente los nombremos nuestros gobernantes, que nos demuestren su necesaria experiencia, la excelencia, la transparencia, el conocimiento, la empatía, la sabiduría, el compromiso, la idoneidad… De lo contrario, seguiremos esperando tontamente que las cosas ocurran como han ocurrido siempre –aunque la situación haya cambiado tantísimo– y, en poco tiempo, veremos el abuso, y el poder acompañado de desastres naturales o de bombas nucleares que acabarán con nuestra vida sencilla, y con la raza humana del planeta.

¡Y todo por haber permitido que la educación y el pensamiento crítico salieran de nuestro interés sin discusión alguna!

Creo que el Tribunal Supremo de Elecciones, junto con los medios de comunicación serios y veraces, que sin duda alguna aún los hay, nos pueden ayudar en esta dificilísima tarea.

joycezurcher@gmail.com

Joyce Zurcher B. es filósofa.