Esta es la forma de almacenar la fruta que evitará que acudan las moscas y mosquitos a tu cocina
Aunque la mayoría de los hogares españoles cuentan con un frutero, este lugar donde se coloca la fruta tiene que ver más con la costumbre o la estética que con un método de conservación adecuado
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¿Moscas en la cocina? Sí, otra vez. Basta con dejar algunas frutas maduras un par de días en el frutero para que los primeros visitantes empiecen a sobrevolar la cocina. Ahora, en verano, no hace falta tener un basurero desbordado ni comida en mal estado. Simplemente basta con tener un par de piezas de fruta mal almacenadas para que la escena sea tan molesta como desagradable. La buena noticia es que hay una forma efectiva, sencilla y casi infalible de evitar estas situaciones sin llenar la cocina de trampas caseras ni recurrir a insecticidas.
Porque sí, lo estamos haciendo mal. Aunque la mayoría de los hogares españoles cuentan con un frutero más o menos decorativo, ya sea de cerámica, metálico, colgante o de cesta de mimbre, el lugar donde colocamos nuestras frutas tiene que ver más con la costumbre o la estética que con un método de conservación adecuado. Y ante esa falta de conocimiento se abre la puerta, literalmente, a las moscas de la fruta, o Drosophila melanogaster, los mosquitos y otros insectos.
La culpa no es de la fruta, pero casi
Lo primero es entender por qué la fruta atrae a estos pequeños invasores. A medida que se va poniendo madura, libera una serie de compuestos volátiles, como el etileno y ciertos alcoholes, que resultan irresistibles para las moscas de la fruta. Estos insectos, que apenas miden unos milímetros, son capaces de detectar estos olores a varios metros de distancia. Si, además, el clima es cálido y húmedo, como suele ser en muchas regiones durante el verano, el problema se agrava.
Algunas frutas, como el plátano, el melocotón o el mango, emiten más etileno que otras, lo que acelera la maduración tanto de ellas mismas como de las frutas que tienen cerca. Este es el motivo por el que colocar un aguacate junto a un plátano lo hará madurar más rápido, por ejemplo, pero también el motivo por el que, si dejamos todas nuestras frutas en un mismo frutero, pronto algunas estarán pasadas y con insectos.
El frigorífico no es siempre la solución
Una tentación lógica sería meter toda la fruta en la nevera para mantenerla fría y fuera del alcance de las moscas. Y en parte funciona. Sin embargo, no todas las frutas deben conservarse en frío debido a que algunas pierden sabor, textura o propiedades cuando se refrigeran. Es el caso de las bananas, las frutas tropicales o los melocotones, que pueden ennegrecerse o volverse harinosos.
Entonces, ¿cómo se pueden almacenar para evitar el problema sin que se estropeen? Aquí es donde entra en juego una estrategia mixta que combina conocimiento, organización y un poco de planificación.
Claves para mantener a raya a los insectos
- Clasifica por tipo y maduración: el primer paso es dejar de almacenar la fruta como si todas fuesen iguales. No lo son. Separar la fruta por tipo ayuda a evitar que unas aceleren la maduración de otras. Y si una pieza empieza a estropearse, será más fácil detectarla antes de que afecte al resto.
- Utiliza recipientes ventilados y separados: un error habitual es colocar toda la fruta junta en una cesta cerrada o sobre una bandeja. Lo ideal es usar fruteros de varias alturas, con divisores o recipientes con ventilación, como cestas de malla metálica o fruteros colgantes que permiten que el aire circule.
- No laves la fruta hasta que la vayas a consumir: parece lo contrario de lo que uno haría por higiene, pero lavar la fruta antes de guardarla puede crear un ambiente húmedo que ayude a favorecer la aparición de moho. La humedad residual, sobre todo en frutas como uvas o cerezas, es un imán para los hongos y para los insectos.
- Limpieza frecuente del frutero: aunque la fruta se vea bien, el frutero puede acumular restos de zumo, piel e incluso larvas. Una limpieza semanal con agua caliente y un poco de vinagre es suficiente para mantener la cocina libre de olores que atraigan a los insectos.
- Evita las bolsas cerradas: una bolsa de plástico cerrada con fruta dentro es una incubadora de problemas. La falta de ventilación acelera la fermentación y genera algunos gases que, precisamente, atraen a las moscas.
Trucos naturales para espantar a las moscas
Aunque la mejor estrategia es la prevención, hay algunos trucos libres de pesticidas que pueden ayudarte a repeler a los insectos si ya han hecho acto de presencia:
- Vinagre con jabón: coloca un pequeño recipiente con vinagre de manzana y unas gotas de jabón para platos. El olor atraerá a las moscas y estas quedarán atrapadas en el líquido.
- Hierbas aromáticas frescas: la albahaca, la menta o el laurel, por ejemplo, tienen aromas que ahuyentan naturalmente a moscas y mosquitos. Para ponerlo en práctica, puedes poner una maceta cerca del frutero o en la ventana.
- Cáscaras de cítricos secas: si dejas secar cáscaras de naranja o limón y las colocas en saquitos cerca de la fruta, su aroma también actuará como un repelente natural.
La solución definitiva: cambiar el hábito
Aunque las moscas de la fruta son las principales protagonistas del verano en la cocina, los mosquitos comunes también pueden verse atraídos por ciertos olores. La acumulación de humedad, restos de zumo o incluso los cubos de basura mal cerrados pueden ser el caldo de cultivo perfecto.
No hay una tecnología milagrosa ni un spray que impida la llegada de insectos si se sigue almacenando la fruta como antes. Es mejor entender el tipo de fruta, su maduración y cómo eso influye en su conservación. Todo ello es la clave para mantenerlas frescas por más tiempo y para disfrutar de una cocina sin zumbidos ni invasores.
En definitiva, almacenar bien la fruta no solo es una cuestión de salud o de evitar el desperdicio alimentario. También es una medida práctica, económica y eficaz para disfrutar del verano con más sabor y menos molestias. Ahora quizás sea el momento de mirar ese frutero con otros ojos o de reorganizarlo por completo.