Tek no vende humo
El Barça empieza a saber sufrir, sobre todo en la Liga de Campeones. Y eso es fundamental en esta competición tan marcada por los famosos detalles. En Lisboa, el equipo de Flick sacó a relucir la personalidad requerida después de la expulsión de Pau Cubarsí. Cada jugador se dejaba la piel para mantener la pelota y buscar un respiro en plena inferioridad numérica, como parte del plan que se tenía que hacer y se hizo de manera formidable. En realidad fue muy emocionante ver cómo se fraguó una victoria tan difícil y tan sabrosa a la vez.