Trump: aranceles y más aranceles

Trump sigue desatado. Nada que no se esperase a la vista de lo que ya hizo durante su mandato anterior. Y es que la historia se repite. Pongo el ejemplo de China: durante su primer paso por la Casa Blanca desató una guerra comercial contra los chinos y estos respondieron aplicando medidas de represalia contra los productos agroalimentarios de Estados Unidos (soja, maíz, carnes de cerdo o de pollo). Ahora ha sucedido tres cuartos de lo mismo: ataque del presidente de EE UU y respuesta de los de Pekín. Y estos atacan a mercancías muy simbólicas para los de Washington y especialmente sensibles para Trump y su electorado. Y es que este último cosechó una parte importante de sus apoyos entre los votantes de la América profunda y los agricultores y ganaderos que ahora se ven perjudicados en sus intereses. En la época anterior la primera Administración Trump tuvo que poner en marcha un paquete de ayudas adicionales para este colectivo. Supongo que ahora deberá hacer lo mismo para que los ánimos de la gente del mundo rural no se solivianten más de la cuenta.

Por otro lado, Trump también ha anunciado aranceles para las mercancías procedentes de los Estados miembros de la UE, incluidas, por supuesto, las de carácter agroalimentario. Entre los productos españoles que se podrían ver más afectados destacan el aceite de oliva, el vino y los quesos, que serán más caros en los Estados Unidos. Evidentemente eso perjudica a España y a los otros países miembros de la UE. Todavía no sabemos qué productos concretos se verán afectados y en que cuantía. Pero está claro que el presidente “yanqui” va a ir a por mercancías emblemáticas y muy simbólicas para cada uno de los países de la UE y que intentará provocar división entre los miembros del club comunitario, para que su posición negociadora sea más débil. ¿Lo logrará? Ya veremos. Por último, es verdad que Trump daña con sus aranceles a los otros países, pero también a sus ciudadanos y consumidores, que padecerán subidas en los precios de las mercancías importadas. Y eso se va a notar en el IPC de este país y en el coste de la vida. De una guerra comercial como la actual salen perjudicados los unos y los otros. Ahora sola falta por ver los que pagarán la mayor parte de la factura.