Las primeras civilizaciones y el diagnóstico de la enfermedad
Hubo un tiempo en que la enfermedad era un misterio insondable, una sombra que acechaba al hombre desde el mismo instante en que aprendió a alzar la vista al cielo y cuestionarse el mundo. Fue en el seno de las primeras civilizaciones, allí donde nacieron las ciudades y el ser humano dejó de vagar por los páramos, cuando la enfermedad comenzó a adquirir un rostro reconocible.