Los resfriados, excusa perfecta de los ministros para evitar varias comparecencias incómodas
Los catarros están librando a Moncloa de comparecencias más que tensas. En las últimas semanas, el Ejecutivo ha atravesado situaciones convulsas y polémicas, especialmente en el propio seno del Gobierno. Las rencillas entre ministerios están evidenciándose por todo lo alto, pero la situación podría ser peor.
En el último mes, el Gobierno ha aprobado la subida del salario mínimo hasta 1.184 euros mensuales en 14 pagas y el Partido Socialista ha llegado a un pacto con Junts para transferir una parte importante de las competencias en inmigración.
Ambos temas han abierto un boquete en el Consejo de Ministros. El primero, por el enfado de Yolanda Díaz, ministra de Trabajo, con María Jesús Montero, titular de Hacienda, por no elevar el mínimo exento del IRPF. Es decir, quienes cobren el SMI, tendrán que pagar IRPF. Una situación que nunca se había dado hasta ahora.
El enfrentamiento se escenificó también en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, con un choque de versiones entre Pilar Alegría, portavoz del Ejecutivo, y Díaz. Pero aquel día, debía haber sido la propia Montero quien compareciese. También se esperó su presencia la semana siguiente, pero la vicepresidenta primera cayó enferma. Un resfriado muy oportuno que le ahorró diez días en los que el enfrentamiento con Sumar copó todas las portadas.
Reapareció, recuperada, en un mitin socialista, pero consiguió esquivar a los medios y evitar toda la polémica. Por si esta coincidencia fuera poco, esta semana ha vuelto a suceder algo parecido, pero con distintos protagonistas.
El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, tiene su hemeroteca abarrotada de discursos contra la cesión de competencias en inmigración. En reiteradas ocasiones, ha asegurado que se trata de una potestad “exclusiva” del Estado y, por tanto, imposible de ceder a la Generalitat catalana.
Sin embargo, este lunes, PSOE y Junts, anunciaron un acuerdo para la transferencia en dicha materia. Este martes, compareció la ministra Elma Saiz, que explicó el acuerdo a pesar de que se trata de un pacto entre el PSOE —no el Ejecutivo— y el partido de Carles Puigdemont que afecta directamente a Interior, no a otro departamento.
De nuevo, un providencial resfriado libró a Marlaska de tener que comparecer ante los medios para defender una medida que le compete y que ha despertado un importante malestar en el Ministerio que dirige.
“Siempre se libran”, comentaban entre risas los periodistas políticos nada más recibir la comunicación de Moncloa que confirmaba la ausencia de Marlaska.