"La salud mental necesita recursos, no propaganda"

La demagogia antipsiquiatría del ministerio de Sanidad de Mónica García y su Comisionado de Salud Mental está desvirtuando y retrasando el objetivo que persiguen los especialistas, los pacientes, su entorno y la sociedad en general: el de mejorar la atención sanitaria pública a las personas que sufren trastornos mentales.

En un país como España, en el que la ratio de profesionales de salud mental (psicólogos, psiquiatras y enfermeras especializadas) se encuentra en mínimos, lo que se necesitan son recursos humanos y económicos para atender la creciente demanda. De hecho, la mitad del 18% de la población que necesitó una consulta por un problema de salud mental o por un malestar psicológico o emocional el año pasado acabó recurriendo a la Sanidad privada.

Así lo muestran los datos del Barómetro Sanitario 2024 del Ministerio de Sanidad, publicado este jueves por el CIS, que señalan que el 59% de los que necesitaron en 2024 una consulta de este tipo fue al sistema público, el 26% a un profesional privado (no cubierto por un seguro) y el 11,2% a una aseguradora privada. La pública acabó atendiendo al 48%, mientras que los profesionales privados asistieron al 33% y los seguros al 12%.

Mientras la salud mental copa titulares y discursos políticos, los profesionales que realmente están al lado de los pacientes siguen viendo cómo la realidad de la asistencia sigue sin cambios sustanciales. Cada día, psiquiatras, psicólogos, enfermeras y terapeutas atienden a miles de personas que sufren trastornos mentales, luchando contra listas de espera interminables, falta de recursos y políticas de salud pública que no se traducen en mejoras reales. "La salud mental no necesita eslóganes ni gestos vacíos: necesita profesionales respaldados con medios adecuados, estructuras de atención eficaces y un compromiso real con los pacientes", señala Jose Luis Carrasco, presidente de la Sociedad de Psiquiatría de Madrid (SPM), catedrático en la Universidad Complutense y jefe de la Unidad de Trastornos de la Personalidad del Hospital Clínico San Carlos, de Madrid, en el contexto del Foro Psiquiátrico 2025, que se está celebrando hoy en la capital.

Un arma propagandística

"No podemos seguir permitiendo que la salud mental sea utilizada como un arma propagandística. Mientras algunos políticos niegan la misma existencia de la enfermedad mental y pretenden hacer del sufrimiento psíquico una ideología, lo que necesitan los pacientes es una buena atención sanitaria, con más recursos, con profesionales bien formados y con las técnicas de tratamiento más innovadoras”, destaca el presidente.

Carrasco se refiere explicitamente al ministerio de Sanidad y al Comisionado, que están tratando de imponer su ideología en el ámbito de la salud mental a través del Plan de Salud Mental 2025-27, que el pleno del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud rechazó por mayoría hace un par de semanas.

Las autonomías del PP, y no solo ellas, decidieron posponer la aprobación del proyecto hasta que Sanidad y el Comisionado incluyeran en Plan las consideraciones de hasta 20 sociedades de Psiquiatría y monográficas de salud mental, que representan al 80% de los profesionales de este país. También el Colegio de Psicólogos de Madrid se mostró en contra del texto.

Madrid, líder en atención psiquiátrica

"Aunque los psiquiatras seguimos estando saturados por el gran incremento de la demanda en salud en los últimos años, existen motivos para el optimismo. El único camino es la

profesionalidad, la innovación y el apoyo de las administraciones con recursos e inversiones". "Ha habido muchos avances científicos en Psiquiatría en las últimas décadas, y la sensibilidad de la administración autonómica hacia la salud mental ha aumentado sensiblemente y se ha traducido en forma de recursos. La Psiquiatría de Madrid es referente en España y recibe pacientes de otras regiones en sus unidades especializadas. A pesar de ello las insuficiencias son importantes y debemos concienciar a la sociedad de que hay que invertir más en Psiquiatría y Psicología si queremos tener una asistencia de calidad", destaca Carrasco.

Respecto al afán del departamento que dirige Mónica García por culpar a los profesionales de salud mental- a los psiquiatras, en concreto- de realizar conductas que van en contra de los derechos humanos de los pacientes, aludiendo de manera torticera al uso de contenciones mecánicas o a los ingresos involuntarios- totalmente residuales en la práctica clínica diaria- Carrasco destaca que "la sociedad nos deja a los psiquiatras la responsabilidad del paciente suicida o con conductas violentas, y a menudo no queda más remedio que la hospitalización involuntaria o la contención del paciente. No se puede hacer demagogia con esto".

Asimismo, el psiquiatra explica que "demonizar a los psicofármacos es estigmatizar al paciente que los toma, es una forma de decirle que es una persona débil. Ningún político se mete con el uso de analgésicos, antiinflamatorios o antiácidos", concluye.