La Casa del Limonero, un hotel boutique en la judería de Sevilla

En la calle Guzmán El Bueno, en pleno barrio sevillano de Santa Cruz, nace el hotel La Casa del Limonero. Una casa-palacio cuya historia se remonta a la antigua Híspalis romana y que se mezcla con la vida cotidiana de sus plazas. La reciente transformación de este enclave histórico en un hotel boutique de lujo ha preservado el respeto de su esencia integrando para ello las comodidades modernas, pero sin alterar la autenticidad del espacio. El hotel cuenta con tres plantas que se distribuye en 14 habitaciones que han sido forjadas como pequeños escenarios con identidad propia. O riginales elementos se combinan con piezas de mobiliario de autor y una cuidada selección de arte contemporáneo; en cada estancia, se encuentran creaciones de artistas como Olga de Amaral, Manolo Valdés, Joana Vasconcelos y Malick Sidibé. Además de albergar elementos tan diversos como un tacatá del siglo XVII, puertas venecianas, un tapiz de 'La Victoria de Constantino' o un ascensor forrado con antiguas maletas de Louis Vuitton. De otro lado, las zonas comunes de La Casa del Limonero se articulan alrededor de su patio central , que rodeado de arcos mudéjares evoca a los antiguos riads andalusíes. El nombre del hotel hace referencia a los limoneros que perfuman, junto con los naranjos, el aire del jardín. Asimismo, cuenta con una piscina privada, un hamman y una azotea con vistas a la Catedral. «El equipo del hotel proporciona un servicio discreto y personalizado. Las áreas compartidas son un todo común y, a la vez, completamente independientes, lo que permite que cada huésped se sienta como en casa» informan desde La Casa del Limonero a este periódico. La tranquilidad y el descanso son primordiales en esta hospedería, dejando en la puerta el bullicio característico del barrio.