Madre preocupada por eliminación de protocolo de ‘bullying’ LGTB: ‘Ellos están ahí, respiran, caminan y sienten’
Luego de mucho tiempo de mostrar su afinidad por vestidos y princesas, Fabi, como le llaman de cariño, le dijo a su madre: “vieras que yo soy niña, no soy niño. Me siento como una niña”. Tras una conversación con su progenitora, decidieron agregar una “a” al nombre Fabián, ese que le pusieron al nacer: la idea le encantó y una sonrisa iluminó la carita de Fabiana, de cinco años, quien es una niña trans.
En aquel momento empezó su transición social y con ello comentarios de compañeritas del kínder que le decían que “los niños no debían usar diadema y que ella jamás sería una niña”. En ese momento del año 2024, el Protocolo de Atención del Bullying contra la población LGTB del MEP se accionó y el acoso escolar que estaba enfrentando Fabiana se terminó.
Marta, una madre que solicitó el resguardo de su identidad y el de su pequeña, es parte de una de las dos familias que presentaron recursos de amparo contra el Ministerio de Educación Pública (MEP) por la decisión de eliminar el protocolo desde este 2025. Según contó, a ambos ya se les dio curso.
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Ya pasaron dos semanas desde que se inició el ciclo lectivo 2025 y esta madre está preocupada no solo por su hija, sino por otros niños, niñas y adolescentes, pues considera que con la eliminación del Protocolo de atención del bullying contra la población LGTBIQ (lesbianas, gais, personas trans, bisexuales, intersexuales y queer) se está negando la existencia de Fabiana, su pequeña, que ya cumplió seis años y también de otros escolares y colegiales.
“Me interesa no solo mi hija, me interesa abrir conversación; con este protocolo ya se había abierto, ya se había entendido que existen infancias trans, ahora es como si las negáramos”.
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La madre continuó: “Hay quienes dicen, ‘no, es que no hace falta que se victimicen’, porque les parece que no están ahí, pero sí, sí están. Respiran, caminan y sienten. Un protocolo como este previene que dejen de respirar y caminar. Porque incluso un tema tan sensible como el bullying puede desembocar en repercusiones a la vida”, expresó la madre de Fabiana, quien añadió que hay personas que creen que si no mencionan a las infancias trans entonces no existen.
El 29 de enero, durante una conferencia de prensa, la exministra del MEP, Anna Katharina Müller, confirmó que se eliminaba este protocolo, además de la Circular en la que figuran los lineamientos que permitían que estudiantes entre 15 y 18 años realizaran la solicitud de reconocimiento de cambio de identidad de género en los documentos del MEP y se dejó sin efecto el Día Nacional contra la homofobia, lesbofobia, transfobia y bifobia que se celebraba el 17 de mayo.
Ese día, Müller declaró que “en el MEP se acabó la victimización y la cultura del pobrecito porque eso no contribuyó a disminuir conductas de agresión, de violencia y de discriminación que a su vez generaban bullying. Toda la vida se nos ha dicho que todos somos iguales, a partir de esta idea, la segregación nace cuando alguien es distinto y termina llevando palo para ver si se ajusta a la mayoría. A partir de ahora, el MEP corrige esa actuación para reconocer las diferencias en toda su amplitud”.
Al inicio de curso, el MEP compartió material con los apoyos educativos para alumnos, en el listado ya no aparece la línea telefónica que estaba especializada en población LGTBIQ. La Nación envió consultas al ministerio para conocer por qué ya no está disponible este recurso.
Además, se preguntó cómo garantizarán la confidencialidad en casos como el de Fabiana y si planean un nuevo protocolo para la población LGTBIQ, luego de los recursos de amparo interpuestos contra el MEP.
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Incertidumbre
Tras la eliminación de este protocolo, Marta tiene la incertidumbre de qué pasará, pues actualmente, en la escuela en la que su hija cursa primer grado, la niña aparece en las listas como Fabiana, el nombre con el que se siente cómoda que la llamen. Esto es posible porque desde el año anterior, la mamá habló con el director del centro educativo y le explicó la situación, pues temía que si la llamaban con su nombre de pila se desencadenaran episodios de bullying.
“La importancia para mí de mantener el protocolo no solo es un tema de acción contra el bullying, que al menos nosotros ya vimos que es efectivo porque lo activamos el año pasado, sino que también hay un componente de respeto a la identidad de género, que viene dado incluso antes de una situación de bullying”, comentó la madre.
Ella citó el respeto a la imagen autopercibida (ropa, uniforme, largo de cabello, uso de baño), nombres y pronombres autopercibidos y el tema de confidencialidad, para no tener que andar diciéndole a todos los docentes cuando un niño o niña es trans.
“Eso ayuda a que la transición sea más simple. Andar explicando es todo un tema porque la gente empieza a preguntar cosas”, comentó la mamá.
En la casa de Fabiana su bienestar es la prioridad: cuando manifestó que era una niña la llevaron al psicólogo, no porque pensaran que algo estaba mal con ella, sino para que tuviera las herramientas suficientes para afrontar la transición social y lo que eso podría traer a su vida cuando se descubre que la identidad no es coincidente con el sexo. Según la madre, en la segunda sesión le dijeron que la pequeña no necesitaba terapia.
“Mi hija descubrió su identidad desde muy chiquitita. Desde que tiene capacidad de caminar y de razonar ha externado muchas cosas que podrían orientarse hacia niñas. Sus lentes para ver los quería rosados. El año antepasado, con entre cuatro y cinco años, empezó a solicitar ciertas cosas como vestidos de princesas para ir a jugar con sus amigas. En el 2023 me dijo que le gustaría que se refirieran a ella como princesa. A inicios del 2024, estaba pintando y simplemente me dijo ‘vieras que yo soy niña, no soy niño. Me siento como una niña’”, confió Marta, quien afirma que su niña ha llorado de felicidad al ser llamada como Fabiana y poder usar los vestidos que desde hace tiempo le gustan.