Sobre Morena, Yunes y Ricardo Villanueva
Morena tiene, diría Woody Allen, un corazón de músculo muuuuy elástico. Por esa característica, y la ambición implícita, lo único esperable es que, para desespero de unos pocos, cada vez incorporen más apellidos que, se suponía, no rimaban con la transformación.
Morena le dio a uno de los Yunes –lo preciso es decir “a los Yunes”, porque operan en clan–, ni más ni menos que la Comisión de Hacienda del Senado. Más que poner a un incondicional, a alguien que se las debe, estamos ante la profundización de una alianza.
Si ante ello es genuina la sorpresa/decepción de algunos simpatizantes del régimen, habría que empezar por preguntar si no se dieron cuenta que en esa comisión estaba alguien como Cuauhtémoc Ochoa.
Es decir, ¿no vieron oportunamente que personajes como Ochoa, militante por lustros del negocio verde, y un peñista y osoriochonguista de pura cepa, de tiempo atrás ya se había colado hasta adentro?
Hoy dicen que este Ochoa perdió la vistosa Comisión de Hacienda por la iniciativa de cobranza delegada que se trató de pasar como bola rápida hace unas semanas. ¿Será?
Como los criados en el negocio verde del PVEM nunca actúan por decisión propia (cambian por lentejas el libre albedrío), lo más probable es que alguien tenía que pagar el pato, el oso de hacer quedar a Palacio Nacional como que ni se entera que sus (¿?) legisladores aprobarían esa abusiva cobranza.
Pero no nos distraigamos. Estábamos en la gran conmoción (es un decir) que causó el hecho de que los Yunes se posesionarán de la rumbosa comisión que interactúa con el sector hacendario. Es decir, Morena sigue ampliando su cartera de operadores sin hacer ascos.
Lo de hacer ascos no tiene dedicatoria a nadie. Es recordatorio de que Morena hace política, y que por ende eso de tragar sapos no es dieta ocasional, sino cotidiana, máxime cuando vienen elecciones en Veracruz, máxime cuando los morenistas quieren perpetuarse.
Los Yunes han sido priistas y han sido panistas. Y quién puede decir si están distanciados los unos de los otros, y estos de aquellos. Están hechos al poder y si ayer alucinaban al fundador de Morena, hoy son parte de su séquito.
¿Morena cambiará de slogan o de credo tras aceptar a los Yunes? No, el slogan y las consignas son eso: para las marchas y las campañas, la congruencia salió por la ventana morenista hace mucho. Y en el mismo sentido hay que entender el fichaje de Ricardo Villanueva.
Luego de ser rector de la Universidad de Guadalajara, Villanueva llega a la Secretaría de Educación Pública. Es decir, formará parte del gobierno que no tiene separación con el partido. Como en los viejos tiempos, como en los tiempos priistas en los que Villanueva militó.
El tapatío forma parte de un intento del régimen por hacer una confederación de alianzas. El llamado grupo Universidad en Jalisco nunca ha podido hacer, con éxito, un partido. Pero el finado Raúl Padilla era bueno para acomodarse al poder en turno.
Ese mérito pragmático ahora lo personifica Villanueva. En una de esas se le hace al grupo de la UdeG tener al fin un candidato a la gubernatura, visto como está que Morena en Jalisco es, por decirlo suave, un desastre. Veremos.
Yunes en Veracruz, el grupo UdeG en Jalisco. Morena haciendo lo que debe para retener o aumentar poder. ¿Y los principios, como vituperar al PRIAN mientras acogen a prianistas? Qué fijados algunos en Morena que ahora se dicen incómodos por estos fichajes.
La transformación de los Yunes y del grupo UdeG, va.