El pueblo de Francia conocido como 'la pequeña Carcasone' con una impresionante belleza medieval
La villa de Carcasona es uno de los pueblos de Francia que más fama tienen en España, ya que al estar muy cerca de la frontera, es habitual que muchos turistas atraviesen los Pirineos para conocer con sus propios ojos esta maravilla medieval. Pero a más de 675 kilómetros de la preciosa ciudad fortificada, en el corazón del país galo, se encuentra otro lugar similar a la célebre localidad y que es ideal para los que se quedaron perplejos con el recinto amurallado situado en Occitania.
El impresionante pueblo de Loches, enclavado en la famosa región del Valle del Loira, es otra de las grandes villas que se encuentran en esa zona de Francia, aunque esta localidad de 6.300 habitantes tiene un encanto especial. Su espíritu medieval está presente en todos y cada uno de los rincones de la villa, pero su increíble muralla (que hoy en día sigue en pie) la han hecho ganarse el sobrenombre de ‘la pequeña Carcasona’.
Loches, la gran desconocida en el Valle del Loira
El extraordinario casco histórico de Loches está rodeado por una muralla de dos kilómetros en la que todavía algunas puertas de entrada que datan de la Edad Media, destacando entre todas ellas la magnífica Puerta Real. En esta localidad fortificada las casas se apoyan en los muros de la ciudadela, creando una estampa increíble que hacen de la villa uno de los lugares más bonitos de toda la región. Intramuros, esperan a los turistas varias maravillas con siglos de historia.
Si hay algo que sobresale por encima de las viviendas y las estrechas callejuelas de Loches es, sin duda, su castillo, erigido en la parte más alta del pueblo y en el que destaca su imponente Torre del homenaje, que con 36 metros de altura es la más alta y la más antigua de toda Europa (data del siglo XI). A pesar de su aspecto defensivo, fue residencia real y por él pasaron figuras tan célebres como Ricardo Corazón de León o Carlos VII.
A los pies del histórico castillo, el entramado callejero de Loches esconde auténticas joyas medievales como la Colegiata Saint-Ours, un sublime edificio que combina el románico y el gótico, o la imponente Torre de San Antonio, un antiguo campanario renacentista que se erige sobre el resto de edificios de la parte baja de la localidad. Además, en Loches también se podrá disfrutar de una exquisita gastronomía, lo que añade incluso más encanto a esta villa del Valle del Loira.
Por ello, hacer una parada en Loches si se está visitando el Valle del Loira es casi una obligación. Esta joya desconocida para muchos es sin duda una de las grandes sorpresas que se encuentran los turistas en la región, y es que entre majestuosos castillos y el cauce del río, también hay pueblos increíbles como este.