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La abogada de Rubiales: fue el beso "de un amigo eufórico", "inadecuado" pero no delictivo

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La defensa de Luis Rubiales ha defendido en su informe final que las pruebas practicadas en el juicio han acreditado "que hubo consentimiento" por parte de Jenni Hermoso en el beso que ha llevado al banquillo al expresidente de la Federación Española de Fútbol, que se enfrenta a una posible condena a dos años de prisión y al pago de 50.000 euros de indemnización por agresión sexual y coacciones. "Estamos ante una manifestación de alegría incontrolable", ha asegurado. "Una conducta inadecuada", pero no "delictiva".

"Ese beso en los labios no constituye un delito de agresión sexual", ha concluido pidiendo su absolución. "No podemos confundir el pecado con el delito, es decir, lo socialmente y moralmente reprochable con lo penalmente condenable".

Olga Tubau ha llamado la atención sobre las palabras de la futbolista en su entrevista a la cadena Cope restando importancia a lo sucedido y bromeando al respecto. "Que una víctima de agresión sexual haga broma" sobre esa conducta -ha puesto de relieve- "es muy poco coherente con ese sufrimiento en que caen inmediatamente" las personas que han tenido que pasar "una experiencia tan terrorífica".

La letrada ha emplazado al juez a determinar en su sentencia si, incluso en el caso de que no hubiese consentimiento, dadas las "circunstancias previas", el "contexto" y "la relación" que tenían ambos desde hace años, se trató o no de "un acto contra la libertad sexual". "Estamos ante una manifestación de alegría incontrolable". Fue, ha matizado, "una conducta inadecuada", pero no delictiva. Se trató del beso "de un amigo eufórico", ha reiterado, huérfano de todo "ánimo sexual".

"Estamos ante dos versiones contrapuestas", ha constatado antes de referirse a dos hechos que, según su criterio, demuestran que Hermoso sí dio permiso a Rubiales para besarla. Por un lado, las imágenes posteriores a la celebración, donde la futbolista dice que "no le ha gustado" el beso, pero al preguntarle una de sus compañeras "¿qué has dicho?", ella responde: "Pues vale". Esa pregunta, ha señalado, "solo puede venir referida a qué ha dicho antes de que le dieran el beso", por lo que estaría "avalando que hubo consentimiento". Si hubiera padecido una agresión sexual y se quedó en shock "no se puede contestar pues vale" tratándose, además, que se encontraba en "la primera celebración en la intimidad de las jugadoras". "Que el beso no le gustase no invalida el consentimiento ni lo convierte en delito", ha defendido.

Por otro lado, ha hecho referencia al dictamen pericial que concluyó que Rubiales le preguntó si podía darle "un besito". Tubau ha defendido el valor de esta prueba ante los intentos de las acusaciones de "desacreditarla" porque la intérprete del perito, sordo, era su secretaria según se ha publicado. "Alrededor de este tema las noticias de prensa han sido absolutamente demenciales", se ha quejado.

Señala la desproporción de la indemnización solicitada

Por todo ello, ha recalcado, entiende que "se ha acreditado que hubo consentimiento de la sra. Hermoso para que le diesen el beso". "¿Te dan un beso que no quieres y te da asco ¿y te despides con dos palmadas en el costado?", se ha preguntado. "Estamos ante una manifestación de alegría incontrolable". Fue, ha matizado, "una conducta inadecuada", pero no delictiva. "Claro que metió la pata", ha admitido, pero solo porque no estuvo en su papel institucional y se comportó "como un jugador de fútbol".

En cuanto a las coacciones que se le imputan para intentar que la futbolista dijese públicamente que el beso fue con su permiso, la abogada ha negado que presionara a Hermoso o enviara a los otros tres acusados para intentar persuadirla.

Por último, respecto a la petición de indemnización de 50.000 euros a Rubiales, la letrada ha puesto de manifiesto, por un lado, lo que considera un absoluto "desierto probatorio" sobre los daños morales supuestamente causados a Hermoso, y por otro la desproporción con las indemnizaciones en graves casos de agresiones sexuales-

En la sesión de ayer, la Fiscalía mantuvo sus peticiones de condena -dos años y medio para el expresidente de la Federación Española de Fútbol (RFEF) por agresión y coacciones y año y medio para los otros tres acusados por este último delito: el exseleccionador Jorge Vilda, el que fuera director deportivo de la selección Albert Luque y el exresponsable de Marketing Rubén Rivera-.

"Seis segundos que le cambiaron la vida"

En su informe final, el abogado de Jenni Hermoso, Ángel Chavarría, ha defendido que el beso de Rubiales a la futbolista fue "no consentido" y se produjo "de manera totalmente sorpresiva e inesperada". El letrado ha hecho hincapié en la repercusión internacional de lo sucedido, al retransmitirse en directo el evento, "seis segundos que cambiaron totalmente la vida" de Hermoso. Ese incidente "la ha señalado, la ha estigmatizado", ha mantenido para justificar los 50.000 euros de indemnización que las acusaciones reclaman que se imponga al acusado por daños morales.

Es Rubiales, ha subrayado, quien "se cuelga de los hombros" de la jugadora, y no al revés (como mantuvo el acusado) y, "sin margen de reacción", "bloqueando la cabeza de la sra. Hermoso" le dio ese beso en la boca con el que ella "no estaba conforme", pues mantuvo una "actitud totalmente pasiva ante un acto que no debería haberse producido nunca" y que considera que atentó contra su libertad sexual. "No había posibilidad de escaparse".

El abogado ha manifestado que no hay una sola prueba de que Hermoso diese su consentimiento y se ha referido al informe del perito propuesto por Rubiales -que concluye que le preguntó a ella: "¿Te puedo dar un besito?"-, al que resta "cualquier valor probatorio". Y respecto a que se trataba de un momento de euforia, al que el expresidente de la Federación aludió para intentar minimizar lo sucedido, el letrado ha recalcado que "la euforia no es un atenuante ni una eximente".

La defensa de Hermoso tampoco tiene dudas de que los acusados deben ser condenados por coacciones por su comportamiento para intentar "aplastar la voluntad" de la futbolista y "compelerle a hacer lo que no quería hacer": admitir "un consentimiento que nunca existió" y "blanquear al presidente de la Federación".

También la abogada de la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE), María José López, ha pedido al juez que condene a Rubiales y al resto de acusados. Según ha expuesto la letrada, el beso no fue consentido y Rubiales "utilizó todos los mecanismos de la Federación para limpiar su imagen" e intentar que la futbolista respaldara su versión de que ese beso fue de mutuo acuerdo, unas presiones que le provocaron "ansiedad e intenso estrés".

La acusación popular -a quien el juez tuvo que pedirle que "abreviase" tras 45 minutos de intervención, avisándole de que los informes estaban siendo "muy largos" y "reiterativos" al abordar "cuestiones ajenas al procedimiento"- considera ese beso una "violación de la integridad corporal y de la libertad sexual" y respeto a las coacciones que se imputan a los acusados, la letrada ha destacado que "todos mantenían una relación de superioridad respecto a la víctima" y que su objetivo era "presionar" a Hermoso "para que hiciera lo que no quería y a lo que se había negado de forma persistente".