ru24.pro
World News in Spanish
Февраль
2025
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13
14
15
16
17
18
19
20
21
22
23
24
25
26
27
28

Miguel Hernández, el documentado final de un poeta arrogante y valiente

0
Abc.es 
Cuando llegué al Archivo Histórico Provincial de Alicante hablé con el conserje, le expliqué que sabía que allí se había celebrado una exposición en 2017 sobre Miguel Hernández , que yo escribía de poetas. Los gabinetes de prensa siempre me han dado pereza, quizás porque siempre he trabajado en ellos. Me dijo que podía encontrar algo en la exposición abierta al público con motivo del 50 aniversario de la institución (1974). No me pude encontrar mejor asesor de prensa, pues al ratito de estar yo merodeando entre expositores de la sala, en busca de algún contenido hernandiano, apareció la directora con un catálogo editado sobre aquella exposición, que me ofrecía interesada y complaciente: 'Miguel Hernández en la cárcel de Alicante: Un intento de silenciar la palabra' . María del Olmo esperaba en aquel momento a la TVE local, le iban a hacer una entrevista con motivo del premio recibido por parte de los medios de comunicación de Alicante, que se presenta con gran gala todos los años. Aún así, tuvo tiempo para mí, «valoro muchísimo la labor de los medios, no sólo por la divulgación de nuestro trabajo – ella es además investigadora-, también porque tengo un hijo periodista». Me conmovió. Miguel Hernández (1910-42), el poeta del pueblo, el poeta cabrero de Orihuela, el alicantino universal, murió en el Reformatorio de Adultos de Alicante, la cárcel, en 1942, tenía 31 años . Hoy es Palacio de Justicia, pero hay un espacio dedicado al poeta, en el exterior, coincidente con el lugar que ocupó la enfermería del Reformatorio, lugar exacto donde el poeta expiró. Acabada la guerra del 36 y perdida por los republicanos – los suyos -, Miguel Hernández intentó huir por Portugal en 1939 para llegar a Lisboa y desde allí arribar en Chile donde su amigo Pablo Neruda le ayudaría como exiliado. Pero fue detenido y extraditado a España por 'indocumentado' e 'indeseable', dado el aspecto que llevaba tras transitar campo a través para cruzar la frontera. La publicación compendia todos los expedientes oficiales (carcelarios, gubernativos, judiciales) conocidos, los portugueses y los españoles, acreditando estos últimos el trato recibido por el poeta por parte de las nuevas autoridades surgidas del alzamiento en España , a las que no gustaba el activismo de un poeta comprometido con unas ideas contrarias a sus postulados. Precisamente su portada da cuenta de la presencia de un Miguel Hernández a la salida del II Congreso Internacional de Escritores para la Defensa de la Cultura celebrado en la zona republicana (Valencia) en plena guerra civil (1937) y junto a él, en muy segundo plano otros poetas antifascistas como Emilio Prados, Manuel Altolaguirre o César Vallejo. Una vez en España, el poeta fue carne de presidio hasta morir , una de las 250.000 personas que ingresaron en las cárceles españolas o en campos de concentración al acabar la guerra (1939) propiciada por el alzamiento de algunos militares en 1936 contra el gobierno republicano del Frente Popular. Pero él era poeta: «Cierra las puertas, echa la aldaba, / carcelero. Átame duro, que no me atarás el alma». Y guerrero, porque tras el estallido, ingresó en el Ejército Popular de la República como miliciano voluntario procedente de Orihuela. Los documentos también acreditan su pertenencia al Partido Comunista de España . El ambiente en la época era de violencia por parte de los milicianos políticos, los del Frente Popular quemaban iglesias y periódicos y locales de partidos de derechas, los de Falange colocaban bombas y protagonizaban intentos de asesinatos a personalidades de izquierdas. El expediente de la sentencia tras el Consejo de Guerra de Madrid, lo constata con hechos que «parecen probados»: «antecedentes izquierdistas, se incorporó voluntariamente en los primeros días del Alzamiento Nacional, al 5º Regimiento de Milicias, pasando más tarde al Comisariado político de la 1ª Brigada de choque e interviniendo en la acción contra el santuario de Santa Mª de la Cabeza. Escritor, era miembro activo de la Alianza de Intelectuales antifascistas, publicando numerosas poesías y crónicas, y folletos de propaganda revolucionaria y de excitación contra las personas de orden y contra el Movimiento Nacional, pasando por poeta de la revolución». En el Santuario de Santa Mª de la Cabeza, sitiado por los rojos en 1937, murieron unos 150 de los leales a los sublevados allí refugiados, entre guardias civiles, sacerdotes, paisanos y sus familias. La imagen de la Virgen sigue sin aparecer. La consecuencia de aquel activismo político, pero sobre todo de su palabra «silenciada» (poesía y colaboraciones en prensa desde el frente), fue la cárcel. Tras ser deportado desde Portugal, sufrió dos Consejos de Guerra, uno en Orihuela y otro en Madrid, pasando 'de oca en oca' por las penitenciarías de Huelva, Madrid, Palencia, Ocaña (Toledo) y Alicante , donde murió el 28 de marzo de 1942 a causa de una tuberculosis. Su ficha penitenciaria indica en un principio que se desconoce la causa de su detención , para más tarde registrar un añadido habitual en los represaliados: «adhesión a la rebelión». En la cárcel de Torrijos en Madrid le castigaron a barrer el patio por no cantar con la suficiente vehemencia el Cara al Sol y él le hizo un poema a su escoba: «Coronad a la escoba de laurel, mirto y rosa/ es el héroe entre aquellos que afrontan la basura». Al Reformatorio de Adultos de Ocaña fue trasladado el 24 de noviembre de 1940. En este penal se encontrará con viejos conocidos, compañeros de la Sala 11 que, con excelente humor, organizaron una comida en honor de «Nuestro Poeta» el 27 de diciembre de 1940, entre ellos, documentados, un director de cine, un empleado de Correos, un abogado, un periodista, varios militares republicanos y pondremos nombre al depurado maestro nacional de La Guardia en Toledo, Efrén Fernández Marcote . El 12 de mayo de 1941, el Gobernador Civil de la provincia de Toledo ordenó al director del Reformatorio de Ocaña que entregase al recluso Miguel Hernández Gilabert a la Guardia Civil, en cumplimiento de una orden de la Dirección General de Prisiones de 10 de mayo de 1941 para el que sería su último traslado a al Reformatorio de Alicante, el oficio está catalogado: Se dice de Miguel Hernández que lo dejaron morir : «se le condenó a pena de muerte conmutada, luego a 30 años de prisión que en su caso fue sinónimo de pena de muerte», relata y documenta la publicación. Había dos opciones para los detenidos tras la guerra, la cárcel o el paredón. Y en este caso no querían otro búmeran como el de García Lorca , asesinado en el 36. A punto de morir, un telegrama acredita la autorización de un «imposible» traslado al sanatorio penitenciario de Porta Coeli (Valencia), muriendo el 28 en la enfermería de la cárcel de Alicante : «mi hermano estaba ya con el pulmón quitado en aquella enfermería con más de 100 hombres quitándose las puses unos a otros con trapos sucios, sin que entrase un médico o un practicante en ocho días», relata el hermano del poeta en una carta dirigida al orihuelano Obispo Almarcha, « no me hizo caso cuando le propuse que rectificara de sus ideas y de sus escritos», le contestaría el obispo, que le casaría canónicamente al poeta con su esposa civil, Josefina Manresa , bajo la amenaza de no resultar legal su matrimonio. Cossío, vinculado a los nacionales y que le había dado trabajo en Espasa Calpe tampoco había conseguido su arrepentimiento. Otros 'amigos' fueron amonestados por este poeta de trincheras luchador y valiente . En numerosas ocasiones pidió un trabajo, lo hizo con Lorca sin que 'el señorito' contestase a muchas de sus desesperadas cartas; Lorca , tras leer al que se denominó a sí mismo primer poeta de España, no quiso coincidir con él en una visita a la Velintonia de Aleixandre y el orihuelano le acusaría de pederasta, a pesar de dedicarle una elegía tras su muerte. Ocurrió también que amonestó gravemente a miembros de la Alianza de Intelectuales cuando llegado de la primera línea del frente, se encontró con fiestas y comilonas, dándose por aludidos Alberti y su esposa, María Teresa León, que hasta le pegó un puñetazo. Orgulloso, se negaría luego a subir al avión que llevaría a la pareja al exilio. Verdaderos amigos que le ayudaron a él y a su familia, fueron Vicente Aleixandre , su admirado Pablo Neruda y Germán Vergara Donoso , encargado de Negocios en la Embajada de Chile en España, al que sólo conoció de una tarde pero que, durante años, también documentado, envío giros de 200 pesetas a su mujer y su hijo en la extrema pobreza, la que inspiró al poeta las Nanas de la Cebolla. Surgido del estiércol, no soportaba la frivolidad, levantó ampollas y desconfió de algunos del 27 por una cuestión de clase , era serio, tenía carácter y una inteligencia y un talento natural incuestionable.