Las 5 amenazas que pondrán en riesgo a la Liga 1 2025
Texto: Carlos Salinas
La Liga 1 2025 está en juego tras tumultuosas semanas en las cuales estuvo en peligro su realización debido a la aún latente disputa por los derechos de televisión, la difícil situación económica de 1190 Sports y los interminables problemas en la organización del torneo. La carta de garantía de 1190 Sports, que respalda el cumplimiento de sus obligaciones contractuales como poseedor de los derechos de televisión, fue objetada por los clubes al punto tal que el directorio de la Federación Peruana de Fútbol (FPF) consideró la posibilidad de rescindir el actual contrato y buscar un nuevo operador. Ante este escenario, Gol TV, empresa que sigue en pie de lucha para recuperar la posesión de los derechos de televisión, estuvo a la expectativa y se reunió con varios clubes con la opción de volver a transmitir sus partidos, algo que, finalmente, no se dio.
En paralelo, se suspendió de manera intempestiva el sorteo del fixture de la Liga 1 2025, que estaba programado para el 11 de enero de 2025. La FPF se vio obligada a postergar debido a problemas organizativos y a la incertidumbre sobre la participación de Deportivo Binacional, club que, como Ayacucho FC, regresó a la máxima categoría por la vía judicial. Casi tres meses después de haberse jugado el último encuentro del campeonato del 2024 –la mayoría de los clubes cobró 12 meses a la televisión, pero solo pagó 10 meses de sueldo a sus jugadores-, esta temporada arrancó el último viernes con un panorama por demás sombrío y en medio de amenazas que pueden poner en riesgo el desarrollo del certamen e, incluso, su culminación anticipada.
El retiro de Ayacucho y Binacional
Binacional y Ayacucho FC fueron reincorporados a la Liga 1 tras obtener fallos judiciales favorables que ordenaron su inclusión en la temporada 2025. Estos clubes habían perdido la categoría en temporadas anteriores y mediante acciones legales lograron revertir su situación. El regreso de ambos equipos alteró la planificación del torneo que, inicialmente, contemplaba 17 equipos. Para adaptarse a esta modificación, la Liga 1 ajustó su reglamento, específicamente el artículo 10, aumentando el número de descensos de dos a tres. Además, se estableció que, en caso los juliaqueños o los ayacuchanos sean sancionados con el descenso, la exclusión o la desafiliación durante el campeonato, sus partidos disputados hasta ese momento serían anulados, sin asignar puntos ni goles a los equipos involucrados. La Federación Peruana de Fútbol (FPF) y la Liga de Fútbol Profesional (LFP) expresaron su desacuerdo con la reincorporación de Binacional y Ayacucho FC ya que consideraron que sus casos deberían haberse resuelto por vías deportivas y no judiciales.
Por ahora, ambos clubes están en competencia, aunque es un hecho que uno de los dos, o los dos, quedará apartado por decisión de la FIFA que prohíbe de forma tajante llevar las disputas de índole deportivo al ámbito de la justicia ordinaria. En el artículo 22 de los Estatutos de este organismo internacional se establece que cualquier disputa relacionada con el fútbol debe ser resuelta por los tribunales de las asociaciones nacionales miembro, el Tribunal de Arbitraje Deportivo TAS (por sus siglas en inglés) o por la misma FIFA, es decir, siempre dentro del ámbito deportivo. Y aunque el reglamento de la Liga 1 prevé el retiro intempestivo de algún club en plena competencia, no es posible medir el duro impacto que sufrirá el torneo y la desnaturalización del mismo cuando se conozca la decisión de la FIFA.
Gol Perú y su estrategia judicial
Hasta fines de 2022, Gol TV era dueño de los derechos de televisión de los clubes del balompié nacional, pero perdió esa condición cuando la FPF decidió negociar de manera directa esos derechos y entregó a la empresa 1190, luego de una licitación poco transparente, la propiedad de los mismos generando un conflicto que de por medio tuvo walk overs, denuncias, medidas cautelares, juicios y la prisión del presidente de la FPF, Agustín Lozano, y parte de su directiva por, supuestamente, liderar una organización criminal. Pese a innumerables batallas en los tribunales, Gol TV no ha logrado hasta la fecha recuperar la posición de dominio que tenía en la Liga 1.
Pese a que el certamen ya está en marcha, es latente la posibilidad de alguna acción judicial que pueda revertir el escenario actual lo que, inevitablemente, traería como consecuencia la paralización temporal o hasta incluso la suspensión del torneo. Según pudo conocer La República, la empresa del uruguayo Paco Casal no descarta ir a un arbitraje para que sea la justicia peruana la que delibere su pugna con 1190 o que, por otro lado, prosperen en la justicia las demandas contra los clubes profesionales que no respetaron la cláusula de preferencia, se negaron a renovar contrato y dejaron que la FPF negocie por ellos sus derechos de televisión. Si un juez diera la razón a Casal frente a los clubes, estos quebrarían de forma inmediata porque estarían obligados a pagar millonarias indemnizaciones a Gol TV.
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La amenaza de huelga de futbolistas
La controversia por los derechos de televisión en la Liga 1 abrió las puertas a una problemática mucho mayor y es la relacionada al incumplimiento del pago de los sueldos a los futbolistas debido a los retrasos anunciados por la empresa 1190 Sports y su obligación hacia los clubes. Salvo Alianza Lima, Universitario, Sporting Cristal, Melgar y Cienciano, que reciben ingresos por derechos de televisión, venta de entradas, sponsors y aporte de hinchas, los otros 14 clubes restantes solo viven de lo que les paga la televisión. Es decir, si este dinero no ingresa a tiempo o se paga por partes, los directamente afectados son los jugadores porque no se les podrá abonar sus sueldos a tiempo.
Aduciendo desatinos permanentes en la organización y poca voluntad para hacer el proyecto sostenible, 1190 Sports comunicó semanas atrás que no solo se iba a reducir el monto fijo que le tocaba a cada club, debido al intempestivo ingreso a la competencia de Ayacucho y Binacional, sino que también pagaría sus montos mensuales en la fecha límite establecida en el contrato, el cual contempla un retraso de hasta 60 días. La amenaza de una huelga de futbolistas, por incumplimiento en los pagos es inminente y no sería extraño que se repita lo ocurrido en 2023 cuando los clubes se vieron obligados a jugar con juveniles y ante tal desnaturalización la competencia se tuvo que paralizar.
La extorsión, presente en el fútbol
En los últimos años la extorsión ha ido en aumento en Perú y ha afectado a diversos sectores de la sociedad como pequeños y grandes empresarios, trabajadores independientes y ciudadanos en general. La extorsión tiene un impacto devastador tanto a nivel social como económico. A nivel social, genera un clima de miedo e inseguridad que afecta la calidad de vida de los ciudadanos. En lo económico, disuade la inversión, especialmente en sectores como el comercio y la construcción. Las víctimas de extorsión, al no poder hacer frente a las demandas, enfrentan la quiebra de sus negocios y en algunos casos, incluso se ven obligadas a abandonar sus hogares.
Es tal la gravedad del problema que hasta el fútbol se ha visto afectado por la extorsión. En septiembre del año pasado, tres futbolistas del club César Vallejo de Trujillo recibieron amenazas de extorsión con el objetivo de manipular el resultado de un partido contra Unión Comercio. Los mensajes incluían intimidaciones y exigencias para que el equipo perdiera el encuentro: “Afloja y no te mueres”, decían las amenazas. El club denunció el hecho ante la policía y la FPF. Sin embargo, nunca se supo si es que los jugadores amenazados, quienes ganaron su partido y no cedieron a las amenazas, recibieron algún apoyo de las autoridades. A este caso se deben sumar las amenazas que recibió el presidente de la Liga Departamental de Fútbol de La Libertad, Alberto Britto Mayer, quien denunció haber recibido un arreglo floral con un mensaje amenazante en el que era conminado a favorecer a un equipo específico en la Copa Perú. Debido a que los casos de extorsión y amenazas van en aumento en el país, no se puede descartar que la misma tendencia se vea reflejada este año en la Liga 1.
Los amaños y apuestas, una constante
Son numerosos los incidentes registrados en la Liga 1 los cuales están relacionados con apuestas ilícitas o presuntos amaños de partidos y, aunque parezca increíble, no se conoce el resultado de las investigaciones que la FPF ha llevado a cabo sobre estos casos ni se sabe de alguna sanción o castigo a un jugador, dirigente o institución lo que deja en claro que no es un problema que se esté tratando seriamente por los directivos del fútbol o por la misma agremiación de futbolistas. La sospechosa goleada de Carlos A. Mannucci sobre Sport Boys por 6-2 en el Callao, la denuncia de Los Chankas contra sus propios jugadores por participar en apuestas ilícitas, la revelación del futbolista Mario Tajima sobre prácticas fraudulentas de sus compañeros de Cantolao y la existencia de una mafia de apuestas, además de las declaraciones del ex juez FIFA Fernando Chappell revelandoque algunos árbitros han estado involucrados en arreglos de partidos, ponen en evidencia la gravedad de un tema que no es tomado en serio por el sistema fútbol.
Mientras los amaños y apuestas han pasado hasta ahora por agua tibia en nuestro país, en Bolivia se puso mano dura a tal punto que el campeonato se canceló. En septiembre de 2023, los torneos altiplánicos de primera y segunda división se dejaron de jugar debido a comprobadas evidencias de amaños de partidos y corrupción dentro del fútbol boliviano. Esta decisión se tomó tras la revelación de que árbitros y dirigentes estaban involucrados en arreglos de partidos, lo que afectó la integridad de las competiciones. Desafortunadamente, no estamos lejos de un escenario similar teniendo en consideración el desinterés de quienes integran el fútbol para atacar este problema y la escasa voluntad por sancionar a los responsables.