Abascal reivindica a Orban, Salvini, Le Pen o Trump como "compañeros de armas" para la revolución en Europa
Bajo las luces del Marriott Auditorium de Madrid, las voces de la derecha ultraconservadora de Europa que representan Viktor Orban, Marine Le Pen o Salvini se alzaron en un coro unísono contra las políticas de Bruselas, proclamando el fin de la era de las élites y abogando por una “Europa renovada”. Santiago Abascal ejerció de anfitrión de una cumbre que arrancaba con la denuncia, a modo de comunicado, de "los numerosos escándalos de corrupción" en Bruselas al tiempo que se erigían como la alianza para devolver "el sentido común" a la Unión que consideran es "un mega Estado ideologizado".
En medio de la crisis territorial que azota Vox el partido ha buscado reforzar a su líder a nivel internacional e impulsarlo en un acto en el que han reivindicado el viento a favor de las formaciones afines a nivel internacional en el bloque occidental. El líder de Vox se mostró convencido de que a medida que sigan avanzando en el resto de países, "los ataques irán recrudeciendo" contra todas las formaciones que integran Patriots, pero advirtió de que "aquí vamos a seguir".
Abascal aseguró que no busca "salvadores en naciones ajenas, menos aún un emperador" sino que todos ellos son "compañeros de armas" para llevar a cabo lo que denominó como la “revolución del sentido común” mientras consideró que son otros los lacayos de Bruselas, los perritos falderos de Biden. Porque nosotros somos patriotas”.
Fijaron como uno de sus campos de batalla la lucha contra la inmigración ilegal e inseguridad en las calles, la reducción de la competitividad, el encarecimiento de la energía, el fanatismo climático, el exceso de regulación e injerencia en la empresa privada y la presión ideológica sobre los estados miembros.
Vox mostró su alineamiento con todos esos partidos a nivel internacional en la lucha contra la inmigración irregular y a favor de la seguridad. Esos dos puntos son ahora mismo capitales en todas las sociedades occidentales. No obstante, también está por ver cómo evoluciona el experimento económico de Trump con los aranceles porque el proteccionismo es una guerra de desenlace incierto y ese puede ser el punto débil de Vox para los próximos meses. En este punto, y tras reivindicar al presidente americano a lo largo de todo el cónclave, Abascal apuntó que "el gran arancel es el Pacto Verde y los impuestos confiscatorios de Bruselas y los gobiernos socialistas de toda Europa. El gran arancel es el que los progres, los comunistas y los populares que pactan con ellos ponen a los pueblos", advirtió.
Durante el cónclave también hubo ataques contra el presidente del Gobierno a quien el líder de Vox vinculó con "Maduro y Hamas" o a Feijóo con Von der Leyen. "Nosotros estamos con el futuro de Europa y del mundo" donde ensalzó que a todos los miembros de Patriots "nos une el amor a nuestras patrias, el apego a nuestra libertad o la defensa de las fronteras", porque, sentenció: "Vallas altas hacen buenos vecinos" y también han llamado a defender la "soberanía nacional frente al globalismo".
En pequeños discursos casi a modo de mitin, fueron interviniendo los líderes de los países que componen esta alianza en Europa. El portugués André Ventura se hizo eco de lo que Abascal ha defendido a nivel nacional y atacó al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez de quien dijo que "está más cerca de la cárcel y Santiago más cerca de ser presidente". Fue en ese momento cuando una mujer entre el público preguntó: "¿Y qué hacemos con Feijóo?" a lo que Ventura respondió: "Es igual que Sánchez" y por tanto valoró que intercambiar uno por otro supondría un error tremendo para los españoles.
Por su parte, el presidente de húngaro, Viktor Orban defendió una Hungría "libre y cristiana" y apuntó que es hoy su país es el "laboratorio de la política conservadora". Puso en valor que han sabido defenderse de la inmigración y que por ello, "ningún inmigrante ilegal puede entrar a Europa a través de nosotros" y es que, en Hungría, cruzar la frontera sin permiso es un delito por lo que presumió de que en su país el número de inmigrantes "es cero" mientras prefiere invertir ese dinero en apoyar a las familias húngaras. También destacó que en su país está prohibida la propaganda de género en las escuelas y han introducido en la Constitución que todos los poderes del Estado tienen la obligación de defender la cultura cristiana, o que la madre es una mujer y el padre es un hombre. "Antes pensábamos que todo el mundo sabía esto".