ru24.pro
World News in Spanish
Февраль
2025
1 2 3 4 5 6 7 8
9
10
11
12
13
14
15
16
17
18
19
20
21
22
23
24
25
26
27
28

Linda Lema Tucker: “Nuestro bicentenario ha pasado sin pena ni gloria en nuestro país”

0

1824. Año clave para la historia peruana. Aunque tres años antes, en 1821, en una ceremonia realizada el sábado 28 de julio, el general José de San Martín había proclamado públicamente la independencia en la plaza Mayor de Lima. Basta ver el arco cronológico para deducir que el ánimo de la población no podía ser otro que el del escepticismo al tratarse de un conflicto que había empezado el 4 de noviembre de 1780 con la rebelión de Túpac Amaru. Por eso, son importantes las batallas de Junín (6 de agosto) y de Ayacucho (9 de diciembre) de 1824, eventos que en la práctica terminaron por firmar nuestra independencia y sobre los que tenemos una variada y sólida bibliografía.

El 2024 fue muy generoso en publicaciones que destacaban las dimensiones de estas batallas, con mayor razón cuando ambas cumplían 200 años. Varias de ellas tenían a la mujer como protagonista. En este escenario, la reconocida socióloga Linda Lema Tucker entregó Libertadoras de la independencia del Perú. Junín y Ayacucho (Mesa Redonda), el cual exhibe una característica a subrayar: la participación de la mujer indígena en sendas contiendas y en el proceso de la independencia.

“Esto va más allá de un trabajo académico, es también un modo de cómo uno ve la vida. El tema de la mujer siempre me ha interesado. Pero fundamentalmente yo me hago feminista en la década de los 80. Y en ese momento, en el Perú, salimos a las calles por primera vez las mujeres. En la avenida Wilson fue la primera manifestación de mujeres, era el año 1980, y protestamos por las mujeres que habían sido despedidas de sus trabajos”, declara Linda Lema Tucker para La República.

En el fragor de la protesta, Linda Lema se preguntaba cuál era la historia de las mujeres en el Perú. Los referentes mayores por aquel entonces eran, por ejemplo, Mercedes Cabello de Carbonera y Teresa González de Fanning, presentes en el imaginario porque así se llamaban un par de grandes unidades escolares. No había muchas referentes mujeres, no como las conocemos ahora. “En mi casa empecé a revisar la colección de historia de Jorge Basadre y no pasó mucho tiempo para que ese mismo año, junto a otras mujeres, sacáramos la revista Mujer y sociedad. Las referentes feministas eran principalmente extranjeras”, señala la autora que en esta revista publicó un par de ensayos que no pasarían desapercibidos, como “De la penumbra del hogar a las primeras reivindicaciones feministas” y el otro sobre María Parado de Bellido y otras mujeres que, antes que profesoras, portaban la bandera del feminismo, lo cual despertó mucho interés. “Algún día escribiré sobre el feminismo de esos años”.

Basta ver el índice de Libertadoras de la independencia del Perú para constatar la intención de la autora al poner en relieve nombres que, hoy en día, deberían tener más resonancia. A saber: Micaela Bastidas, Tomasa Tito de Condemayta, Ventura Ccalamaqui, Brígida Silva de Ochoa y Matiaza Rimachi, más otros ya ubicados en el imaginario como Manuela Sáenz, una de las heroínas de la batalla de Ayacucho. Y, claro, a las heroínas anónimas durante la guerra de la independencia, más conocidas como las rabonas.

Cuando Linda Lema Tucker decidió emprender este proyecto, lo primero que supo era que el registro tenía que ser lo más asequible posible, lo cual agradece el potencial lector. Además, la tradición del (gran) ensayo está en el rubro de la difusión y no en el registro académico como erróneamente se cree. Esta claridad en la escritura permite detectar un elemento común en todas las mujeres abordadas por la autora en su libro: su cualidad de guerreras, de mujeres que van al frente, que no se dejan.

“En este libro me provoca mirar lo que no habíamos visto, que son los primeros años del siglo XIX. ¿Qué habíamos hecho las mujeres? Manuela Sáenz fue una figura silenciada por muchísimo tiempo y vinculada a Simón Bolívar como la amante y conocida como la amante”, dice la autora mientras observa los anaqueles de la librería El Virrey. “Desde la rebelión de Túpac Amaru, pasaron 44 años de guerra. Las mujeres debieron tener una participación que tenemos que mostrar. La mujer siempre ha estado presente, pero el registro histórico las ha borrado porque ha habido un concepto militar que dice que no debe haber mujeres en la guerra. Por eso aún se sigue aplaudiendo a San Martín”, precisa Linda Lema Tucker para luego añadir: “Nuestro bicentenario ha pasado sin pena ni gloria en nuestro país”. Efectivamente, el bicentenario no tuvo el protagonismo esperado y, tras lo indicado por la socióloga, ¿no se debió acaso a que la historia sobre nuestra independencia no se ha contado completa como para despertar una identificación en la población?

En el último lustro, se ha venido escribiendo, en ensayos y novelas históricas, sobre la participación de las rabonas en las batallas de Junín y Ayacucho. Para tener una idea más exacta de la segunda, la misma está considerada como una de las más grandes batallas de la humanidad, a 4 mil metros de altura y con una duración menor a las tres horas.

“Las rabonas era mujeres que acompañaban a las tropas. Hubo rabonas en ambos bandos. No hubiésemos ganado la guerra sin ellas. Era un país convulsionado. No era una película de buenos contra malos. Por el lado realista, pongo al general Andrés García Camba, que estuvo en la batalla de Umachiri en 1815, cuyo ejército tenía rabonas. Hay que sacarnos la idea de que las rabonas solo cumplían labores domésticas. Ellas tomaron las armas, fueron espías y fueron parte de la logística militar. Hay que tener en cuenta que Perú era una colonia, todavía no era nación, menos una república. Las rabonas cuando acompañaban a las tropas, lo hacían con sus hijos, sus familias. Los altos jefes militares españoles eran racistas. Las rabonas eran de las comunidades indígenas, eran indias, pobres, quechuahablantes. La colonia con las mujeres fue terrible, hasta ahora no se ha escrito sobre ello. Hubo muchas violaciones. Pero las mujeres adquirieron un rol tan importante, por ejemplo, los españoles estaban muy preocupados por Micaela Bastidas y hasta llegaron a ofrecer una recompensa por ella. Micaela Bastidas era el cerebro y ellos lo sabían. La mujer ha cumplido un papel muy importante, y no solamente en el hecho de escribir y dirigir periódicos, en este entramado de la libertad del Perú, de la independencia”.

Si bien nuestra conversación con la socióloga va sobre la participación de las mujeres en la independencia, no deja de ser extraña la actualidad que despierta la palabra rabonas. Por las señas ofrecidas por Linda Lema Tucker, ¿no serían rabonas actuales las mujeres que llegan a Lima a reclamar por mejores condiciones de vida?

Pensemos en la participación de las mujeres en las protestas del 2022/2023 tras la llegada a la presidencia de Dina Boluarte. Linda Lema Tucker no lo duda: “Ellas llegaron con sus hijitos desde el sur, fueron gaseadas y criticadas por una sociedad limeña que no entiende que en las guerras del Perú prehispánico también salían las mujeres a combatir. Las mujeres han sido importantes, están en nuestra memoria histórica y eso aún no se ha dicho. Estas mujeres rompieron cánones que en esos años era difícil romper, eran los cánones que la colonia había impuesto. No tenían opinión política, menos una posición militar en el ejército. Pensemos en Matiaza Rimachi, que organiza a sus mujeres para la batalla de Higos Urco de 1821 y la gana. Imagínate, era una vendedora pobre y quechuahablante. Así era la mayoría de las rabonas”. Una rabona actual, de acuerdo a lo dicho por la intelectual, vendría a ser Aída Aroni (falleció en mayo de 2024 a los 62 años), la luchadora social ayacuchana que se convirtió en símbolo de las protestas contra Dina Boluarte.

“Las rabonas que estuvieron con el ejército patriótico querían la libertad, querían romper con una colonia que en 300 años había hecho trizas a este país, desmantelando sus conceptos y tradiciones, esa es la diferencia con las que apoyaron al ejército realista”.