Valencia espera
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Ya que la política se convirtió hace algunos años en una factoría de ficciones creo que los gobiernos podrían formarse siguiendo las bases de un concurso literario. Las reglas, digo, y no sólo las trampas. Aunque no resulte difícil saltarse la plica, al menos deberían cumplir la más importante de todas: la repugna por el plagio (claro que ahí entraríamos en el primer conflicto con el Gobierno actual). En los mítines nos recitan cuentos zafios que sólo sirven para negar corruptelas y abusos de poder. Lo sé porque me siento a veces a comer palomitas viendo el telediario. ¿De veras nos dejamos convencer por una literatura tan barata que apenas sirve para tapar las vergüenzas de estos superhéroes y declararse... Ver Más