Esclavos de sus palabras
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Es muy cansado ser progre las veinticuatro horas del día. Muy cansado y muy difícil, sobre todo, si el carnet de guay lo ha sacado uno por los pelos y lleva el temario cogido con alfileres. Que sí, que la teoría es fácil, basta con memorizar unos cuantos conceptos y luego soltarlos en el momento adecuado —como hacía el Pillo en el Falla cuando gritaba «Caaai» en mitad de un pasodoble— para ser un progre de manual: animalista, feminista, ecologista, inclusivo, buenista, pacifista, abolicionista… El problema viene cuando se escarba un poquito y se nos ve el pelo de la dehesa, porque no se puede estar fingiendo todo el rato y porque la cosa woke no se la cree ni... Ver Más