Con abucheos y boicots, los canadienses expresan su descontento con Trump
Abucheos al himno nacional estadounidense, vacaciones canceladas y productos boicoteados: la guerra comercial iniciada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, con el anuncio de aranceles provocó la respuesta de los canadienses, que contraatacan con ira y un esquema patriótico de gastos.
"Lo que Donald Trump le está haciendo a Canadá me parece completamente repugnante", dice Huguette Beaudoin.
Al recorrer los pasillos de un supermercado de Montreal, esta anciana de 80 años se detiene a mirar detenidamente la etiqueta de una caja de sopa de cebolla para determinar si fue fabricada en Estados Unidos.
Para ella, como para muchos otros, comprar productos estadounidenses está fuera de toda discusión, incluso si eso significa prescindir de ciertos artículos. "Tenemos que reaccionar", argumenta.
Trump, que regresó a la Casa Blanca el 20 de enero, había anunciado aranceles generalizados del 25% a las importaciones canadienses a partir de este martes, acusando a Ottawa de no hacer lo suficiente contra la inmigración ilegal y el contrabando de fentanilo, un opioide sintético 50 veces más potente que la heroína.
El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, dijo el lunes que los gravámenes estadounidenses se pausarían durante 30 días después de prometer a Trump reforzar la frontera, nombrar un "zar del fentanilo" y tomar medidas enérgicas contra el blanqueo de dinero.
Pero inicialmente había anunciado aranceles de represalia, instó a los canadienses a comprar localmente y considerar pasar las vacaciones dentro de Canadá y no en Estados Unidos.
Sus comentarios parecen haber sido tomados al pie de la letra. Varias personas de diferentes ciudades que hablaron con la AFP antes de que se anunciara la pausa dijeron que harían precisamente eso.
Pamela Tennant, que vive en Ontario, había planeado un viaje a Carolina del Sur en marzo, pero cambió de idea, molesta por los ataques del presidente estadounidense, incluida su repetida amenaza de convertir a Canadá en el estado número 51 de Estados Unidos.
"Temo que los estadounidenses acaben creyendo lo que dice Trump", declaró a la AFP. "Nos considera un mal vecino. Le dice al mundo entero que somos malas personas y que nos hemos aprovechado de ellos", pero es "todo mentira".
- Abucheos -
En las redes sociales empezaron a circular listas de productos estadounidenses a boicotear.
Varias provincias -entre estas Ontario, que vende anualmente casi 1.000 millones de dólares estadounidenses en bebidas alcohólicas a través de sus tiendas al por menor gestionadas por el gobierno y a 18.000 restaurantes y bares locales- dijeron que dejarían inmediatamente de vender cerveza, vino y licores estadounidenses en señal de protesta.
"Nosotros no empezamos esta guerra, pero vamos a ganarla", declaró el lunes el primer ministro de Ontario, Doug Ford.
El boicot tendrá efecto en los productores y empresas estadounidenses, pero Canadá sigue siendo "un mercado relativamente pequeño" para ellos, por lo que será "sobre todo simbólico", comentó Julien Frederic Martin, profesor de economía de la Universidad de Quebec en Montreal (UQAM).
Por otra parte, los turistas canadienses que opten por irse a otra parte "podrían tener un efecto económico significativo" para estados como Maine, Florida, California y Arizona, según Lorn Sheehan, profesor especializado en turismo de la Universidad Dalhousie.
Estados Unidos es el principal destino de vacaciones para los canadienses. En 2023 se realizaron más de 25 millones de viajes a Estados Unidos por trabajo, ocio o compras.
Los aficionados al deporte también expresaron su enojo, abucheando el himno nacional estadounidense en un partido de la NBA que los Toronto Raptors jugaron en casa contra Los Ángeles Clippers el domingo.
También se escucharon abucheos durante la interpretación del himno en un partido de la Liga Nacional de Hockey disputado el sábado entre los Minnesota Wild y los Ottawa Senators.
"Siempre ha habido un sentimiento anti Estados Unidos latente en Canadá, pero con Trump se ha disparado", dijo Guy Lachapelle, profesor de la Universidad de Concordia.
El boicot actual, añadió, se dirige "no tanto contra Estados Unidos, sino más bien contra el presidente estadounidense".
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