Gobierno de Dina Boluarte apela al reglaje para silenciar potenciales testigos, alertan especialistas
El exprimer ministro Alberto Otárola ha denunciado ser víctima de reglaje. El exjefe de la Diviac Harvey Colchado advirtió ser afectado por lo mismo e, incluso, aseguró que tiene amenazas de muerte. El ministro de Desarrollo, Julio Demartini, ha pedido al Mininter reforzar su seguridad porque teme por su integridad física. No hay distinción. Tanto opositores de Dina Boluarte como un funcionario leal a ella (como es el caso de Demartini) alertan que su vida podría estar en riesgo. De comprobarse la veracidad de estas acusaciones, no quedaría duda de que el régimen de Boluarte se asemeja a una dictadura en la que se silencia a los que, con sus acciones intencionadas o no, terminan por perjudicar a la jefa de Estado, alertaron especialistas.
El politólogo Jhimer Monzón, en diálogo con La República, es preciso al respecto: "De comprobarse el supuesto reglaje o amenazas de muerte sería evidente que estamos frente a la dictadura de un grupo de poder que está usando herramientas para cumplir sus intereses tanto políticos como económicos".
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Además, como efecto dominó, "la imagen del Gobierno ya sería insostenible, pues aumentaría la repulsión y el desapego que tiene la ciudadanía contra los poderes del Estado", advierte.
De la misma forma, el analista político Benjamín Durand resalta la baja aprobación del Ejecutivo y cómo ello influye a que se gesten prácticas contra quienes afectan a la gestión de Boluarte.
"El gobierno ya está bastante desacreditado en diferentes sectores. No obstante, la imagen que da es el mal uso de herramientas de inteligencia para responder a sus opositores. Estás herramientas bien podrían destinarse en la prevención de atentados de las organizaciones criminales", indicó Durand.
Esto, según el especialista, evidencia que "la presidenta no es una buena gestora de conflictos". "En este momento lo que le importa es sobrevivir políticamente y asegurar cierta protección tras las próximas elecciones. Esto es cada vez más difícil porque se van fragmentando los acuerdos que la mantienen en el poder", agregó.
Amenazas a Demartini responderían a un control de daños
En el caso de Demartini, un audio presentado por un aspirante a colaborador eficaz en el caso Qali Warma reveló que buscarían "voltear" al ministro de Desarrollo. "No, no quiero saber nada con Demartini, simplemente queremos voltearlo a Demartini, voltear todo Qali Warma y chapar sus cabezas del tío y del otro tío", dijo Carlos Guillén, persona cercana a los hermanos Boluarte.
Al respecto, la defensa legal del titular del Midis, Juan Peña, dijo a canal N: “Sí hemos pedido el apoyo al Ministerio del Interior por un tema de seguridad porque se puede interpretar de mil maneras el ‘darle vuelta’ o ‘querer tumbar’ al señor Julio Demartini”.
En ese contexto, si bien se trata de un miembro del Gabinete que respalda el accionar de la presidenta, su gestión en la cartera del Midis ha resultado afectándola. El destape del caso Qali Warma no solo lo ha involucrado a él, sino también al vocero presidencial, Freddy Hinojosa como a la jefa de Estado.
Al respecto, Durand menciona: "No es nuevo en la política peruana ver este tipo de acusaciones de reglaje para hacer control de daños. No se trata de una práctica aislada. Suele darse en contextos convulsionados como el nuestro".
Gobierno intenta mejorar su credibilidad y recurre al amedrentamiento
Por otro lado, en el caso de Harvey Colchado, el efectivo policial hizo público, durante una entrevista a La República, que el Gobierno estaría vigilando sus pasos y hasta lo quieren asesinar. "Tengo mucha información de policías y civiles que me dicen que ellos (los del Gobierno) me están haciendo reglaje. Me dicen que me cuide porque me quieren victimar. Sin embargo, no les tengo miedo. He estado en el Huallaga, he combatido al terrorismo y no tengo miedo. Pero sí estoy atento", manifestó.
Por su parte, Alberto Otárola publicó en su cuenta oficial de X que era víctima de una situación similar. "Hago de conocimiento público que desde hace varios meses estoy siendo “reglado” y hostilizado por aparatos de inteligencia, mientras ciudadanía sufre embates de la delincuencia. Ya presenté la denuncia y pido garantías para mi integridad personal y mi vida, y la de mi familia", escribió.
En ambos casos se trata de personas incómodas para el régimen. Por el lado de Colchado, el agente fue el encargado de allanar la vivienda de la mandataria en el marco de las investigaciones por el caso Rólex. Una vez pasado al retiro, en medio de un proceso cuestionado, se dedica señalar las falencias en la gestión presidencial.
Otárola, mientras tanto, fue quien confirmó que Dina Boluarte se realizó una operación en la nariz a mediados del 2023 sin notificar al Congreso. SI bien, ya existían sospechas sobre ello, el exlíder de la PCM terminó por eliminar cualquier duda. Tras ello, la Fiscalía aperturó una investigación contra la dignataria por presunto abandono de funciones.
Al igual que Colchado, Otárola también evidencia los vacíos en el Gobierno de Boluarte y le recuerda sus faltas.
Al respecto Durand resalta: "Existen personas que levantan una voz de alarma sobre los presuntos actos de corrupción en el Gobierno. Estas personas están siendo observadas y amedrentadas. No creo que estemos todavía en el caso de llamar a estas acciones como persecución, sino considero que se trata de hostigamiento. En la primera, las personas son privadas de su libertad y juzgadas sin un debido proceso, aunque hay indicios de esto en las denuncias de Colchado".