Israel ordena a la Unrwa que abandone Jerusalén antes del 30 de enero
Hace unos días, Philippe Lazzarini, director de la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (Unrwa), declaró que Israel no le había informado de las consecuencias de la votación en la Knesset de una ley que prohibía las actividades de su organización en “territorios israelíes soberanos”. Pero supuso que el texto se aplicaría también a Jerusalén Este, el sector de la ciudad santa ocupado por el Estado judío desde 1967.
El viernes 24 de enero, la carta enviada por el embajador israelí ante la ONU al secretario general de la organización le dio la razón. En esta carta, Danny Danon informa a Antonio Guterres de que “de conformidad con la legislación israelí aplicable […], la Unrwa debe cesar sus operaciones en Jerusalén y evacuar todos los edificios que utiliza en la ciudad a más tardar el 30 de enero”.
Por tanto, la agencia de la ONU tendrá que hacer las maletas y abandonar una zona en la que están registrados 206.000 refugiados palestinos y en la que gestiona seis escuelas que atienden a 767 escolares y dos centros de salud a los que acuden 46.000 pacientes.
Antonio Guterres, que no reaccionó directamente al anuncio del Estado hebreo, ya ha expresado su pesar por la decisión. Tras considerar que la Unrwa no podía ser sustituida por ninguna otra agencia de la ONU, también recordó a las autoridades israelíes que en adelante sería responsabilidad suya, como potencia ocupante, hacerse cargo de los refugiados palestinos.
Israel acusa a la agencia de estar infiltrada por miembros del movimiento palestino Hamás y afirma que algunos de sus empleados participaron en los atentados del 7 de octubre de 2023.
Estos “acontecimientos son una respuesta directa a los graves riesgos de seguridad que plantea la infiltración de Hamás y otras organizaciones terroristas en la UNRWA”, subraya el embajador en su misiva, en la que asegura que la agencia “ha comprometido irreparablemente su obligación fundamental de imparcialidad y neutralidad”.
Aunque la noticia confirma que la Unrwa podrá seguir operando en Gaza y Cisjordania, paradójicamente esta situación también dificultará la movilización de la comunidad internacional en torno al precedente que representa su prohibición de Jerusalén Este.