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¿Por qué el gobierno de México fabricará un coche eléctrico?

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Hola y bienvenido de nuevo a Energy Source, desde Nueva York, donde la industria energética está digiriendo la avalancha de anuncios del presidente Donald Trump en el primer día de su nueva administración.Como se esperaba, Trump dijo que declararía una “emergencia energética nacional” y se comprometió a impulsar la producción de petróleo y gas, reducir los precios para los consumidores y exportar energía estadunidense a todo el mundo.“Es oro líquido bajo nuestros pies lo que ayudará a lograrlo”, dijo durante un discurso inaugural plagado de referencias a su promesa de campaña de “perforar, perforar, perforar” y desatar el dominio energético de Estados Unidos.Trump prometió decretos que “pondrán fin al arrendamiento de parques eólicos masivos que degradan nuestro paisaje natural”, anularán las normas sobre emisiones de los vehículos y retirarán a Estados Unidos del Acuerdo Climático de París. Se comprometió a poner fin al “nuevo pacto verde”, probablemente en referencia al apoyo financiero de la administración Biden a las energías renovables, y agilizar las normas de concesión de permisos para permitir una construcción más rápida de la infraestructura energética.Existen dudas sobre si Trump puede persuadir a la industria petrolera, que sigue centrada en la rentabilidad para los accionistas, de que aumente la inversión necesaria para impulsar la producción. La manufactura estadunidense ya está en niveles récord y la demanda mundial de petróleo está aumentando a un ritmo más lento que en los últimos años, lo que mantiene a raya los precios.Pero parece claro que la administración Trump cambiará de forma drástica el panorama regulatorio y de financiamiento público en Estados Unidos hacia la producción de combustibles fósiles y lejos de incentivar la energía verde.Nuestro tema principal de hoy se centra en cómo México está adoptando un enfoque muy diferente al de Estados Unidos de Trump: respaldando un vehículo eléctrico de bajo costo y financiado por el Estado.Gracias por leer, Jamie.El nacimiento de OliniaEn los últimos seis años, el partido gobernante de izquierda de México ha creado una aerolínea, un banco y una empresa de turismo gestionadas por el Estado. ¿Su próximo proyecto empresarial? Un vehículo eléctrico de bajo costo.Este mes, la presidenta Claudia Sheinbaum dio detalles de una marca de autos estatales llamada Olinia, que significa “movimiento” en la lengua indígena náhuatl. La propuesta es un auto simple y ultracompacto diseñado y construido en México, con un precio final de venta al público de entre 90 mil y 150 mil pesos (4 mil 400 y 7 mil 30 dólares) que se puede cargar en cualquier toma de corriente, como un refrigerador, y está pensado como una alternativa más segura a las motocicletas.“Los vehículos eléctricos que se venden actualmente en México son caros y no son accesibles para la mayoría de las familias mexicanas. Eso es lo que vamos a cambiar”, dijo a principios de este mes Roberto Capuano Tripp, director del proyecto.Para el final del sexenio de Sheinbaum, el gobierno quiere lanzar tres modelos diferentes, el primero de los cuales se presentará en el partido inaugural del Mundial de 2026 en el emblemático Estadio Azteca de México. Los vehículos serán de uso urbano, con sus principales partes fabricadas en el estado de Sonora y ensambladas en diferentes puntos del país.El anuncio provocó una serie de memes y bromas en algunos medios mexicanos ridiculizando a los nuevos “AMLOrghinis” (en referencia al presidente anterior, Andrés Manuel López Obrador), y videos generados por inteligencia artificial (IA) de Sheinbaum conduciendo un auto de juguete de plástico.¿Puede funcionar?La transición a la movilidad eléctrica en los países de ingresos bajos y medios ha sido lenta debido a las preocupaciones sobre los altos costos iniciales, según un informe del Banco Mundial de 2022. La industria automotriz de clase mundial de México está enfocada en vender en el extranjero, sobre todo en Estados Unidos; el año pasado fabricó casi 4 millones de vehículos y exportó casi 3.5 millones.La idea no es competir con los híbridos de alta gama o los minitodoterrenos eléctricos, sino con las 7 millones de motos que circulan en el país, algunas de las cuales se utilizan para viajes cortos o como taxis en barrios obreros con muy poca planificación urbana y pocas opciones de transporte público.Stephanie Brinley, directora asociada de AutoIntelligence en S&P Global Mobility, dijo que los consumidores en países de ingresos medios como México estaban mostrando interés en los vehículos eléctricos, pero la principal competencia siguen siendo los motores de combustión interna.“La transición hacia un mercado más amplio de vehículos eléctricos nos llevará entre 10 y 15 años”, afirmó Brinley. “Y cada mercado tiene que evolucionar por sí solo y a su propio ritmo”.El presupuesto inicial del proyecto, de apenas 25 millones de pesos (1.2 millones de dólares), no sugiere grandes ambiciones de fabricación en medio de fuertes presiones fiscales. Un estudio del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales estimó que China gastó 4 mil 300 millones de dólares en financiar investigación y desarrollo en su sector de vehículos eléctricos en 2023.Competir con China será demasiado difícil para los gigantes automotrices mundiales, y más aún para el gobierno mexicano.Uno de cada cinco vehículos comprados en México en 2023 se fabricaron en China. El gobierno mexicano está tomando medidas drásticas contra las importaciones de la nación asiática en un intento por mantener su acuerdo comercial con Estados Unidos y Canadá. Pero incluso con los aranceles a los vehículos eléctricos de Pekín, competir con sus productos es una tarea difícil.La red pública de recarga del país también está limitada a 3 mil 321 estaciones, según el grupo comercial Electro Movilidad Asociación, con lo que la red eléctrica ya se encuentra bajo una gran presión. Las empresas privadas interesadas en invertir están esperando con cautela las reglas finales de Sheinbaum para la inversión privada en electricidad, que estarán disponibles en febrero.Otro motivo de preocupación es el pobre historial de muchas empresas estatales mexicanas. La aerolínea Mexicana tuvo que suspender muchas de sus rutas y ahora tiene solo dos aviones en su flota (está esperando una entrega mayor de la brasileña Embraer); la petrolera estatal Petróleos Mexicanos (Pemex) es la compañía petrolera más endeudada del mundo, mientras que algunos de los nuevos centros turísticos del país, gestionados por militares, han tenido un número mínimo de visitantes.El partido gobernante, Morena, considera la reactivación y creación de nuevas empresas estatales como parte de su proyecto político, que evoca los años de rápido crecimiento entre 1950 y 1960, conocidos como el “milagro mexicano”. Una marca gubernamental creada en la década de los 50 llamada Diesel Nacional (Dina) construyó autobuses y camiones hasta su privatización en 1980.La pregunta será si los consumidores mexicanos querrán comprar lo que Olinia tiene para ofrecer.“México tiene una base de proveedores bastante sólida, una red de manufactura fuerte de la que sacar provecho en términos de experiencia y conocimiento”, dijo Brinley, de S&P. “Veremos qué tan rápido evoluciona. Pero, sin duda, es un proyecto interesante de observar”. (Christine Murray).Puntos de poder-Donald Trump amenaza a la Unión Europea con aranceles a menos que importe más gas natural licuado estadunidense, pero el bloque no tiene poder para comprar colectivamente y la industria europea se está atiborrando de cantidades récord de gas ruso barato.-Los inversionistas retiraron alrededor de 30 mil millones de dólares en total de los fondos mutuos centrados en el clima en 2024, ya que las tasas de interés más altas y el regreso al poder del campeón de los combustibles fósiles, Donald Trump, nublan las perspectivas para el sector.-El desarrollador de energía eólica danés Ørsted anunció nuevas reducciones en el valor de su negocio eólico marino en EU, citando tasas de interés, cadenas de suministro e “incertidumbres del mercado”.