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Malestar en el PP catalán por el acercamiento de Feijóo a Junts

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  1. Pactar con el principal rival en Cataluña
  2. Génova estrecha relaciones con los de Puigdemont
  3. Choque Génova-Fernández
El presidente del PP en Catalunya, Alejandro Fernández.

Génova germina posibles acuerdos con Junts mientras navega bajo la atenta mirada de Madrid y Cataluña. El Partido Popular de ambas autonomías es reacio a cualquier acercamiento a los independentistas. No en vano, lleva años criticándo al Gobierno presidido por Pedro Sánchez, que se mantenga en el poder gracias a Esquerra Republicana y en esta legislatura, a Junts.

Un acuerdo con el partido de Carles Puigdemont supondría una contradicción para el discurso de Isabel Díaz Ayuso y de Alejandro Fernández. La mandataria madrileña mantiene un trato muy cercano con Alberto Núñez Feijóo; hay sintonía y Ayuso se ha mantenido al margen de criticar cualquier decisión de Génova.

Pactar con el principal rival en Cataluña

Pero tras los acercamientos de las últimas semanas sí empieza a haber un importante y palpable malestar entre los populares catalanes. En la región consideran que cuanto más se pacte con Junts más se legitima al principal rival de la autonomía. Precisamente, el discurso de Fernández ha destacado por el tono contundente contra el separatismo, lejos de emplear un discurso amable que empatice con el catalanismo conservador.

Esta línea le ha llevado a reanimar el partido, que llegó a situarse en tres diputados, y relanzarlo hasta los 15. Los comicios del pasado marzo colocaron al PP como cuarta fuerza por delante de Vox, que había superado a los populares en las elecciones de 2021.

El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo y el líder del PP de Cataluña, Alejandro Fernández.

Génova estrecha relaciones con los de Puigdemont

En las últimas semanas, la dirección popular se ha abierto a acordar con Junts una moción de censura al Ejecutivo. Una postura que no es nueva, pero sí ahonda en las alianzas que ha tratado de tejer en las últimas semanas.

Antes de Navidad llegaron a dos acuerdos. El primero, suspender el impuesto a las empresas energéticas que el Ejecutivo mantienen en vigor desde 2022 por los “beneficios caídos del cielo” —como lo denominó la propia Comisión Europea— que han tenido estas compañías a raíz de la guerra en Ucrania y la crisis energética.

El segundo pacto con los independentistas fue esquilmar la reforma fiscal que presentó el Gobierno y que consiguió salvar en el Congreso de los Diputados. Una de las pocas votaciones de impacto que ha podido aprobar el Gobierno en esta legislatura. Pero el acuerdo PP-Junts para reformarlo en el Senado y devolverlo a la Cámara Baja difuminó aún más el logro.

Ambas formaciones aprobaron dos enmiendas. La primera incluye reducir al 4% el IVA de las leches fermentadas. La segunda disposición añadida propone eliminar el pago de cotizaciones de los trabajadores contratados como entrenadores o monitores menos de edad en entidades deportivas no profesionales para fortalecer “el tejido deportivo catalán”.

Cada alianza con los independentistas debilita el discurso anti separatista de Fernández y otros líderes autonómicos, según consideran en el PP catalán.

Mientras Génova trata de acercarse a la formación dirigida por Puigdemont para desbancar a Sánchez, hay delegaciones populares que deben navegar entre la contradicción que supone deslegitimar al Gobierno por sus acuerdos con Junts y luchar contra el independentismo mientras en Madrid se negocia y se acuerda cada semana.

Choque Génova-Fernández

Tras las elecciones generales llegó el principal choque público entre Génova y Fernández. En las semanas previas a la investidura de Feijóo, el PP comenzó a acercarse a Junts y el vicesecretario de Asuntos Internacionales, Esteban González Pons, llegó a hablar de la formación de Carles Puigdemont como “un partido cuya tradición y legalidad no están en duda”.

Estas declaraciones, que trataban de allanar el terreno para un entendimiento entre ambas fuerzas, cayeron como un jarro de agua fría en el PP catalán. “JUNTS sí es mi RIVAL, un partido cuya tesis esencial es que España es una dictadura dirigida por un Rey fascista, con el que se niegan a "hablar". Que alguien me diga de qué hay que "hablar" con ellos…”, publicó Alejandro Fernández en su perfil de X —antes Twitter— cinco días después de las declaraciones de Pons.

Aquel encontronazo público se leyó como la ruptura final entre Fernández y Feijóo, y se dio por hecho que Génova apoyaría a otro candidato para relevarle.  Sin embargo, el gran resultado electoral ha llevado a Fernández y Feijóo a reconciliarse, aplazando cualquier renovación.

El presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, acompañado por el líder del PP catalán, Alejandro Fernández, declara ante la prensa tras la reunión con la Associació de Famílies Nombroses de Catalunya-Fanoc, en Barcelona.