Ángel Reyes Muñiz, el mexicano que salió del Bronx para brillar en el baloncesto

Ángel Reyes Muñiz, de 23 años, logró salir de las cuadras del Bronx para brillar en las canchas. Sus padres, de origen poblano, trabajaban duro para asegurar su futuro y el de sus dos hermanas.Su madre, trabajadora del hogar, hizo todo lo posible para que su hijo tuviera acceso a una buena educación y mejores oportunidades, a pesar de las limitaciones económicas.Hoy en día, Ángel es un jugador destacado de ligas universitarias. Estudia Administración de Empresas en la Universidad del Norte de Nuevo México y está próximo a graduarse, en el mes de mayo.​ “Maritza, mi mamá me enseñó a ayudar a las personas sin que sea transaccional. Dar sin esperar algo a cambio. Ella limpia casas, oficinas, departamentos y hoteles. Siempre recuerdo mis inicios y de donde vengo, sin importar la fama o el dinero, recuerdo al niño humilde que fui. “Admiro a mi mamá y trabaja muy duro, tiene dos trabajos y es quien me motiva”, cuenta.Aunque tiene la ciudadanía estadunidense, él se considera un mexicano de hueso colorado.Empezó jugando soccer y cuando llegó a la secundaria le introdujeron el baloncesto “Desde entonces me enamoré y empecé a jugarlo, pero nunca pensé que llegaría al nivel universitario”, confiesa. Reyes Muñiz comenzó a darse a notar por ser el primer basquetbolista deorigen mexicanoque entrara a una liga de Nueva York. Mide 1.83 metros y además de ser un atleta ,es actor e influencer. Recientemente participó en la serie “America´s Sports Story” que retrata la historia de la superestrella de la NFL Aaron Hernández, condenado a cadena perpetua por el delito de asesinato, a través de la plataforma Hulu. “Me invitaron para hablar sobre sus inicios de su carrera. Yo empecé jugando fútbol y me tocó ser su amigo en el show”, cuenta. También ha tenido participaciones en Netflix, en la película Summer in Queens, donde aparece jugando basquetbol y ha trabajado con marcas como Nike y Gatorade. “Trabajo mucho con Nike y también Gatorade que era algo con lo que soñé desde niño."La primera vez que trabajé con Nike fue a través de la marca Jordan, fui invitado a un campamento que ellos organizaban y de ahí me fue muy bien, después me invitaron a un comercial por ser un jugador que habla los dos idiomas, inglés y español y se de la cultura mexicana, así que encajé perfecto”, dijo.Es una imagen confiable y eso le ha gustado a las marcas. “En lo primero que se fijan los coaches es que seas buena persona y estés enfocado”, señala. Crecer en el Bronx también lo hizo un apasionado de la moda y es algo que disfruta mucho.“Si te ves bien, te sientes bien y la gente se fija en la primera impresión. Me encanta ir a las thrift shops o tiendas de segunda. Encuentras unas joyas, también me gusta hacer streamings en Youtube al estilo Kai Cenat”. “Crecer en el Bronx fue peligroso, pero me forjó a ser quien soy hoy en día. Tenía que estar alerta de la gente en la calle porque nunca sabes que te puede pasar."Es una ciudad muy rápida y así como me debo de mover rápido en las calles, lo mismo en la cancha, estando alerta de quien me rodea porque no es seguro y con los instintos de ser del Bronx me ha enseñado muchas cosas”, asegura. Para Ángel no hay nada más preciado que honrar a su país, México, al asegurar que lo que más reconoce de los mexicanos es la cultura y los valores familiares. “Es algo muy valioso para mí. Somos guerreros y luchamos mucho para una mejor vida. Somos grandes familias, trabajamos duro y no nos rajamos”. Confiesa que en su carrera como basquetbolista, en ocasiones ha sido víctima de discriminación por su origen mexicano. “Si he sufrido discirminacion por ser mexicano. Me han dicho tu no eres basquetbolista, que haces aquí en la cancha, tu no deberías estar jugando. Creen que los mexicanos no deberíamos estar jugando y en realidad tenemos mucho talento. “Mi familia me ve como un ejemplo y eso me gusta ser para ellos, porque aspiramos a una vida mejor y hay algo más que el hood, que el vecindario, salir de estos bloques y ver el mundo es algo muy bonito."Es algo que muchos deberían experimentar porque el mundo es hermoso”, cuenta.Recientemente visitó a Chihuahua para atender un entrenamiento con jugadores locales. “Amo las quesadillas y son tan baratas. Acá estan muy caras.Amo ir a México por su comida tan buena y natural. Me gusta la cultura, el mexicano es hospitalario, ayuda, hace hermandad, somos buenas personas y seguimos luchando.“En mis planes está volver y ayudar a familias darles algo cambio; retribuirles porque vi niños que no tenían zapatos, pero también quiero darles balones de baloncesto, mochilas y hacer un campamento y darles ropa y todo lo que se merecen”. Ángel no solo tiene ese sueño, planea ser representante de jugadores y tener una agencia de talentos para conectarlos y así puedan ser elegidos por los mejores equipos y consigan patrocinios. “Algo que me ha enseñado Nueva York es que se trata de a quien conozcas para destacar. Las puertas se me están abriendo para ir a jugar a algún equipo de México y estoy platicando con agentes, pero con los pies en la tierra”, agregó.HCM