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¿Por qué Alajuelense se juega su futuro en este torneo?

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Alajuelense inicia este sábado su participación en el Torneo de Clausura 2025, un trayecto de cinco meses que representa mucho más que un campeonato para una institución que, desde 2020, logró consolidar una estabilidad en diversas áreas. Sin embargo, otro fallo en la búsqueda del título nacional podría sacudir los cimientos del club.

Es importante analizar lo que este torneo significa para el ala rojinegra y su entorno.

Contexto político y técnico

El 14 de octubre de 2024, Alajuelense anunció la renovación del contrato con el técnico Alexandre Borges Guimaraes. Dos días después, tras un empate 2-2 en casa frente a Liberia, Guimaraes explicó que extendía su contrato por seis meses más (hasta mayo de 2025) debido a las elecciones presidenciales que el club celebrará a mitad de año: “Uno no sabe qué pasará, y don Joseph fue quien me trajo”, afirmó. Una declaración reveladora, pues refleja la incertidumbre que genera la próxima contienda política manuda, en la cual se renovarán los cargos de presidente, vicepresidente II, tesorero, protesorero y vocal II.

En junio de 2024, la Asamblea de Socios marcó un precedente por su alta participación: casi 400 socios acudieron, y 257 emitieron su voto como socios activos. Tres papeletas fueron aprobadas por el Tribunal Electoral del club: La oficialista, liderada por Enrique Morúa. La de Liga Por Siempre, encabezada por Daniel Salazar. Y una integrada por socios jóvenes de sectores populares, bajo la dirección de Judith Alfaro.

El resultado fue cerrado. La victoria de Morúa, con apenas 16 votos de diferencia sobre Salazar (135 frente a 119), evidenció un panorama político dividido. Esto explica la decisión de Guimaraes de extender su contrato solo hasta mayo, condicionado por lo que ocurra en la asamblea de ese mes.

La urgencia de un título nacional

Para la afición liguista, el título número 31 es más que una meta: es una necesidad. Si se logra, podría garantizar la continuidad del proyecto deportivo liderado por el oficialismo, incluso si Joseph Joseph no sigue como presidente, porque también puede existir la posibilidad de que él quiera un descanso. Esto seduciría a Guimaraes a mantenerse en su puesto.

Por el contrario, un nuevo traspié podría abrir la puerta a un cambio radical en la estructura del club, con un nuevo liderazgo. Cualquiera que sea el escenario, dialogar será clave, especialmente considerando que la infraestructura del CAR pertenece a Joseph Joseph y su familia bajo un contrato de comodato.

Joseph Joseph: ‘No quisiera mezclar política con el CAR’

Herediano, un rival que incomoda

El conteo de títulos es otro factor que presiona a Alajuelense. La derrota en la Gran Final del Apertura 2024 permitió que Herediano igualara a los rojinegros con 30 campeonatos, un golpe que dejó cicatrices profundas, evidentes en la reacción de los aficionados tras el pitazo final.

El Clausura 2025 es crucial no solo para evitar que Herediano logre su título 31, sino también para romper con una década en la que Alajuelense ha ganado un solo campeonato de los últimos 20 disputados.

Además, Saprissa llega al 2025 tras un semestre en el que no ganó nada por lo que compitió y sin duda quiere evitar un nuevo fracaso que le agriete la relación con la afición.

Más allá del título

Más allá de los fracasos en la cancha, Alajuelense sigue siendo una institución muy bien estructurada en otras áreas:

- Finanzas saludables.

- Un sistema robusto de ligas menores que combina fútbol y educación.

- Protagonismo regional como bicampeón de la Copa Centroamericana.

- Presencia constante en la Liga de Campeones de Concacaf.

- Un proyecto femenino que suma ocho campeonatos al hilo y nueve desde que nació el equipo. Además, unas ligas menores femeninas con más de 100 niñas y adolescentes.

Sin embargo, para sus socios y aficionados, estos logros se ven eclipsados por la sequía de títulos nacionales. El deseo de volver a alzar la copa es inmenso y cada torneo sin éxito profundiza esa sed de gloria.

El primer semestre de 2025 no solo es una oportunidad para conquistar el título 31, sino también para consolidar la estabilidad institucional o abrir la puerta a un cambio significativo. Alajuelense se juega mucho más que un trofeo: se juega su futuro.