El Málaga, "perplejo" con la cautelar de Dani Olmo: así fue el 'caso Okazaki'
El 'caso Olmo' sigue generando reacciones, y en este caso le ha tocado a un club que precisamente sabe lo que es tener que modificar su plantilla, su planificación y hasta la propia estructura para poder cumplir con los controles de LaLiga.
Se trata del Málaga Club de Fútbol, que ha emitido un comunicado en el que se ha mostrado "perplejo" por la concesión de la cautelar al Barça. En el club entienden que no es comprensible "la inscripción de dos jugadores habiéndose incurrido en una situación similar" a la que el Málaga vivió, y avisan de que este antecedente pone "en serio peligro la integridad de la competición", ya que la rigurosidad de la norma no es "equitativa para todos".
"LALIGA y la RFEF han mantenido una postura común, al igual que en el 2019, pero esta posición del CSD desautoriza a los organismos regidores al no tener en cuenta sus argumentos. Este contexto cuestiona el Control Económico -protegido por la Ley del deporte y con gran prestigio internacional- que es garante de la sostenibilidad de nuestro fútbol", añade la nota oficial.
Y es que, en 2019, la entidad de la Costa del Sol fue protagonista de lo que se conoció como el 'caso Okazaki'. Tras no poder regresar a Primera en el año de su descenso, habiendo hecho uso de las ayudas de LaLiga, el club excedió de forma considerable su límite salarial, por lo que tuvo que realizar un esfuerzo que casi puso en peligro la supervivencia del club.
En julio de ese año, el Málaga fichó a Shinji Okazaki procedente del Leeds inglés. Sin embargo, al encontrarse excedido, LaLiga bloqueó su inscripción. Todavía queda en la retina del Malaguismo la imagen de aquel 31 de agosto, en el último día de mercado, con el propio jugador y su agente en las oficinas de La Rosaleda ofreciéndose a jugar gratis si fuese necesario o, al menos, por el salario mínimo para que su inscripción fuese adelante. LaLiga fue inflexible.
Además de tener que dejar salir al japonés, el Málaga fue sancionado con un límite de 18 fichas profesionales y con la imposición de que cualquier fichaje debía llegar a coste cero y cobrando el salario mínimo. Luego la temporada deportiva fue razonablemente buena, y aquella plantilla fue conocida en la ciudad como "Los Locos del salario mínimo". Además, para poder cumplir las normas económicas de la patronal española, el club tuvo que realizar un ERE con el que decenas de empleados perdieron su trabajo.
Finalmente, el club acabó saliendo adelante, aunque todavía arrastra no pocas secuelas de aquellos hachazos económicos, sumados además a una gestión que todavía están investigando los juzgados desde hace ya varios años por parte de la familia Al-Thani.