Con chándal azul marino y un arnés de seguridad: la Princesa Leonor sube a un palo de Elcano
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Mientras en el muelle principal del puerto de Cádiz se ultiman los preparativos para la tradicional despedida del buque escuela Juan Sebastián de Elcano, los guardiamarinas que emprenderán el próximo sábado el XCVII crucero de instrucción a bordo del bergantín goleta de la Armada, participan en algunos ejercicios donde ponen en práctica todo lo aprendido antes de abandonar aguas gaditanas para poner rumbo a Santa Cruz de Tenerife y Las Palmas, las dos primeras paradas de Elcano antes de cruzar el Atlántico. La Princesa Leonor ya se encuentra a bordo de la embarcación, a la que se incorporó ayer junto con el resto de los 76 guardiamarinas que realizarán con ella el crucero, con el que completará su formación naval. Una de las primeras actividades sobre la cubierta del barco ha tenido lugar este jueves, cuando la Heredera ha subido una de las escalas del trinquete, que es como llaman al palo más cercano a la proa. Ataviada con el chándal azul marino de la Armada y calzado cómodo, la Princesa Leonor ha ascendido muy concentrada por las cuerdas de escalada del mástil, pendiente de donde colocaba cada pie y cogiendo seguridad con cada movimiento, protegida con un arnés de seguridad. Este ejercicio forma parte de las diferentes actividades de instrucción marinera y maniobra que todos los guardiamarinas realizan ates de que el sábado el buque escuela abandone el puerto de Cádiz. En tierra les despedirán sus familias. Entre ellos se encontrarán los Reyes y la Infanta Sofía, que despedirán a la Princesa Leonor antes de comenzar uno de los desafíos más importantes a los que se va a enfrentar durante su formación militar: navegar desde Cádiz hasta el continente americano. Un recorrido de 17.000 millas que durará casi cinco meses y la llevará a visitar ocho países, con paradas en Salvador de Bahía ( Brasil ), Montevideo ( Uruguay ), Punta Arenas y Valparaíso ( Chile ), El Callao ( Perú ), Ciudad de Panamá ( Panamá ), Cartagena de Indias y Santa Marta ( Colombia ), Santo Domingo ( República Dominicana ) y Nueva York ( EE.UU. ). En cada escala que realice Elcano, los guardiamarinas tendrán tres eventos, uno de carácter cultural, otro social y otro militar. Estas actividades no solo se han programado para que los estudiantes de la escuela naval tengan algo que hacer en su tiempo de asueto en tierra, también persiguen cumplir con los compromisos de otra misión de Elcano, un buque que es también la embajada flotante más emblemática de España. La guardiamarina Borbón Ortiz participará en los que le toquen, como al resto de sus compañeros. La consigna es que ella es una estudiante más a bordo y la vida en la embarcación con cesa. A bordo no hay descanso ni días libres porque hay unas fechas programadas para cada travesía que el velero debe cumplir, mientras los guardiamarinas ponen en práctica sus conocimientos junto al resto de la tripulación. Durante todos estos meses, la Princesa tendrá muy presente a su padre, Felipe VI, quien en la Pascua Militar se dirigió a ella para decirle que «esta experiencia te enseñará mucho de lo que fuimos y también lo que somos» : «La mar es un aprendizaje y desafío permanente, en ocasiones intransigente y crudo, sin margen para excusas; y el continente americano -sus países, sus costas y culturas, que empezarás a conocer, con tanta huella española- te enseñará mucho de lo que fuimos y también somos. Así que te deseamos, que aprovechéis al máximo -tú y tus compañeros y compañeras- el conocimiento y la experiencia marinera y humana que ofrece este viaje; porque os seguirá valiendo, como me ha valido a mí, para toda la vida». No será hasta el 21 de julio cuando Elcano esté de vuelta en Cádiz. Desde Nueva York, realizará la travesía de vuelta hasta España, donde visitará los puertos de Gijón, Ferrol y Marín . Pero en esta última singladura no navegará la Princesa, que desde Nueva York volverá a Madrid, donde permanecerá cinco días hasta embarcar de nuevo en una fragata de la Armada, donde permanecerá a bordo durante un mes para completar su instrucción naval. Después volverá a Cádiz a bordo de Elcano junto a sus compañeros desde Marín. Al terminar el ejercicio, la Princesa Leonor y sus compañeros se han dirigido a sus respectivas camaretas y se han cambiado el uniforme para lucir por las calles de Cádiz el de paseo, que no es otro que de guardiamarina de primero, el mismo que lució el pasado 6 de enero durante la Pascua Militar en el Palacio Real, pero sin condecoraciones, ya que a bordo de Elcano ella es una guardiamarina más: la guardiamarina Borbón Ortiz . Una vez en tierra, preguntada por los periodistas que se encontraban en el muelle, la Heredera reconoció que está «muy contenta de estar en Cádiz». Junto a sus compañeros almorzó en un restaurante de la ciudad, antes de volver al puerto. Fue a primera hora de la tarde de ayer cuando la Princesa Leonor subió por primera vez al buque escuela, donde la recibió su comandante, el capitán de navío Luis Carreras-Presas do Campo . Una vez en el interior de la embarcación, mantuvo en la Cámara del Comandante un encuentro con algunos oficiales encargados de su formación. Después se incorporó a la instrucción junto al resto de sus compañeros, que embarcaron mientras ella se encontraba reunida. Mañana, la Princesa Leonor y el resto de guardiamarinas asistirán a una recepción oficial en el Ayuntamiento de Cádiz, visitarán la Escuela de Suboficiales de la Armada de San Fernando y por la noche acudirán a la tradicional despedida junto a sus familias en el Club Naval. Como ya ocurrió hace 38 años, cuando Juan Carlos I y la Reina Sofía asistieron junto a Don Felipe, se espera que ahora el Rey acuda junto a Doña Letizia a esta cena para festejar la partida de la Princesa a bordo de Elcano, que tendrá lugar el sábado por la mañana, cuando toda la ciudad de Cádiz se volcará en el adiós a la guardiamarina Borbón Ortiz.