Planes de estabilización ¿Qué nos enseña la historia de la Argentina?
En los últimos 40 años la Argentina tuvo tres planes de estabilización que lograron reducir drásticamente la tasa de inflación. El primero es el plan Austral que tuvo un éxito efímero, el segundo es la Convertibilidad que mantuvo precios estables durante una década y el tercero es el programa en curso. El gráfico 1 muestra que la inflación se redujo más rápido en los episodios anteriores (y se ve también la reversión de fines de 1986) pero la inflación de septiembre a noviembre de 2024 ya fue similar a la alcanzada durante la Convertibilidad, entre nueve y 11 meses después de iniciado cada programa.
El gráfico 2 muestra que en todos los casos hubo un salto en el tipo de cambio real, aunque dos meses antes del lanzamiento del plan en el caso de la Convertibilidad y mucho más importante en el programa actual. En todos los casos, luego de ese salto inicial se aprecia el tipo de cambio real, pero desde niveles mucho más altos en el caso del plan Austral. Independientemente de que se observe el tipo de cambio real bilateral con el dólar o el multilateral, a once meses de iniciado el programa el nivel de esta variable estaba más apreciado durante la Convertibilidad que en el Plan del Presidente Javier Milei.
En todos los casos hubo una mejora inicial importante en el balance primario (5% del PBI en el Austral en un año, 3,5% en la Convertibilidad dos años y casi 5% en el programa actual también en un año), pero explicada por mejoras en los ingresos públicos en los casos anteriores y por baja del gasto primario nacional en el programa del Presidente Milei. Esa mejora fiscal se perdió a partir del segundo año del Plan Austral. Sólo en el caso actual se suma a la corrección fiscal la eliminación de los pasivos remunerados del BCRA por casi 9% del PBI. En el Austral se siguió el camino opuesto y los pasivos remunerados se convirtieron en un dolor de cabeza hacia finales de los '80.
El resultado de la cuenta corriente del balance de pagos fue deficitario durante los cuatro primeros años de los programas anteriores y superavitario en el año de lanzamiento del programa actual.
El contexto externo es bastante más desfavorable hoy, al menos comparado con principios de los noventa. En los ochenta el tipo de cambio real multilateral de Estados Unidos estaba también muy fuerte y la tasa de interés real de ese país era bastante superior a la actual, pero los precios de las commodities eran mucho mejores con la soja promediando u$s525 de hoy en los años 1985 y 1986, comparado con un promedio de u$s400 a fines de 2024. Durante la primera parte de la Convertibilidad las condiciones externas eran mucho más favorables: dólar débil, y soja a alrededor de u$s500 de hoy. Eso quizás explique porqué el sector transable toleraba un peso más fuerte.
El final de la Convertibilidad estuvo acompañado de una posición fiscal más débil y la rigidez nominal del 1 a 1 que requería de una deflación interna para acomodar el shock externo negativo originado por una fuerte devaluación del real brasileño y precios de exportación bajos. Hoy tenemos una posición fiscal mucho mejor y no existe una paridad fija por Ley entre el peso y el dólar. Eso da algún margen de maniobra en caso de que la economía requiera de un tipo de cambio real más depreciado si persisten las condiciones externas desfavorables y no son compensadas por los shocks positivos sobre las cantidades exportadas que se observan en energía y minería.