Navigalia cierra sus puertas consolidándose como la gran apuesta de la Navidad en Sevilla

Por segundo año consecutivo, Navigalia se posiciona como el evento estrella de la Navidad en Sevilla, atrayendo a miles de sevillanos y reafirmándose como una de las ofertas más completas y atractivas de la temporada. Una propuesta del Ayuntamiento de Sevilla y la producción de Acciona Cultural que combina tradición, innovación y entretenimiento para todas las edades, el evento ha conseguido convertirse en una cita imprescindible en el calendario navideño de Sevilla. En su segunda edición, Navigalia ha regresado este año bajo el título « Al Rescate de la Navidad», en una nueva aventura mágica en un magnífico espectáculo audiovisual. La excelente acogida del público no solo confirma el éxito de su organización, sino que también afianza a Navigalia como una experiencia única para disfrutar de la magia de la Navidad junto al río Guadalquivir. Según los datos de la propia organización hasta 12.000 personas al día han podido disfrutar de este espectáculo multimedia proyectado en la zapata de la calle Betis a razón de 2.000 espectadores por cada uno de los seis pases diarios disponibles. Este año, además, todo los asistentes tenían garantizados sus asientos en las gradas colocadas para la ocasión. El espacio principal para disfrutar de Navigalia ha sido el Muelle de la Sal , situado entre el Puente de Isabel II y el Monumento a la Tolerancia de Chillida. Esta zona cuenta con una superficie de 4.250 metros cuadrados,. Además, el muelle ha permitido la instalación de gradas con capacidad para más de 1.200 espectadores. Desde el Muelle de la Sal, el público ha tenido una vista completa del río, donde se desplegaron las pantallas de agua que actúan como lienzo de 1.500 metros cuadrados. La historia tenía protagonistas a un personaje histórico, Fernandus, en un guiño a Fernando III, el Rey Santo, y a Curro, no el de la Expo 92 como en la edición 2023 de este espectáculo, sino un adolescente del siglo XXI con una imaginación sin límite y un sueño: crear el mejor videojuego del mundo. La narración de su proyecto se reflejaba sobre la lámina del río con una mejorada tecnología que dejaba perplejo al auditorio. Lo que pretendía la trama es hacer titilar el corazón del espectador.