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Sevilla entrega sus llaves al Heraldo y abre sus puertas antes que nunca a los Reyes Magos

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Abc.es 
Los Reyes Magos de Oriente ya tienen vía libre para entrar en Sevilla después de que el Heraldo Real , precedido de su séquito de beduinos, haya recogido las llaves de la ciudad en el Ayuntamiento en la tarde de este viernes 3 de enero. Sí, de este viernes 3 de enero en lugar del día 4, jornada previa a la tarde de la ilusión en la que tradicionalmente esta figura recorría las calles hispalenses más céntricas. La amenaza de lluvia llevó al Ateneo a reprogramar tanto la llegada del Heraldo como la de Sus Majestades , adelantándolas 24 horas. La relación de la capital hispalense con el Heraldo Real tiene poco más de un cuarto de siglo . Sin embargo, el recorrido de este emisario por las calles del centro de la ciudad se ha convertido en uno de los eventos más asentados del calendario navideño de los sevillanos. Sin ir más lejos, este mismo viernes, ha habido otra media decena de heraldos recorriendo prácticamente a la vez todos los puntos cardinales de la ciudad, desde Triana hasta la Macarena, pasando por el Porvenir y Sevilla Este. La principal novedad de esta jornada, dejando a un lado el cambio de día, era la presentación del Heraldo Real en la sede del Ateneo unos minutos antes de que la comitiva comenzase a recorrer las céntricas calles que separan ese punto de la Catedral y el Ayuntamiento. El Heraldo, Ángel Cornejo , ataviado con toda la indumentaria característica del emisario de Sus Majestades, salió al balcón de la calle Orfila para saludar a todas las personas que lo esperaban, de forma parecida a como hacen los Reyes Magos en el Rectorado el día de la Cabalgata. En ese sentido, a eso de las cinco y media, con la icónica banda sonora de la agrupación musical Virgen de los Reyes lista para abrir el cortejo, las voces procedentes del balcón del Ateneo en la calle Orfila llegaban hasta las vías adyacentes, desde donde el gentío congregado escuchar con claridad los vivas: «¡Viva Sevilla!», «¡Viva el Heraldo!» e incluso «¡Viva el Ateneo!». Mientras el emisario de Sus Majestades saludaba desde el balcón como si fuera el cuarto mago de Oriente , la presentación aprovechó para comunicar, por si acaso hubiera algún sevillano aún perdido, que los Reyes Magos llegan este año el 4 de enero. Faltaban cinco minutos para la hora prevista, las 15.45, cuando los tambores de la formación musical hispalense comenzaron a tocar para adentrarse en la calle Cuna al ritmo del tema de Aladín seguido de 'Feliz Navidad' mientras los beduinos que encabezaban la comitiva lanzaban los adelantadísimos primeros caramelos. Una pequeña carreta servía como depósito de las cartas de los niños sevillanos para Sus Majestades, que este año no han podido dejar para el último momento la redacción de su lista de deseos dado el adelanto de esta cita que tanto éxito está cosechando en los últimos años. «¡Ahí viene Melchor!» , gritaba con júbilo mientras se acercaba el Heraldo al cruce de la plaza de Villasís un pequeño algo despistado , quizá por el baile de fechas del Heraldo y la Cabalgata. «¡No, es Baltasar!», replicaba instantes después al ver el tono de piel moreno del protagonista, escoltado por dos pajes a caballo y por dos agentes de Policía también sobre los mismos animales. Las Cigarreras de Oriente , nombre que adopta cada año por estas fechas la banda de cornetas y tambores Nuestra Señora de la Victoria, puso rápidamente al personal cantar y tocar las palmas a golpe de 'Ya vienen los Reyes Magos', el 'Pedro, Pedro Pedro' de Raffaela Carrá y 'Mi gran noche' del siempre querido Raphael. Los numerosos integrantes de la banda cerraban el cortejo, que se dirigía al entorno de la Catedral en una tarde muy apacible en lo meteorológico , mucho más de lo que habría cabido esperar hace unos días. Sobre los hombros de sus padres reclamaban algunos críos la llegada del Heraldo a la plaza de San Francisco mientras agitaban en el aire las cartas que deben llegar a los Reyes Magos antes de la noche del 5 de enero. A las puertas de Cajasol sonaba un tema más veraniego que navideño, '¡A por ellos!' , quizá una invitación musical para que los espectadores se lanzasen a atrapar al vuelo los caramelos de los beduinos. La sonada ovación de los transeúntes por el encendido de las luces en la avenida de la Constitución coincidió con la siempre esperada aparición del banderín de Virgen de los Reyes en la calle Alemanes. Varias golosinas disparadas a discreción llegaron desde la desembocadura de Hernando Colón hasta la misma puerta del Perdón de la Catedral, en cuyas gradas se disponían familias con niños para poder ver con perspectiva el cortejo de beduinos sin que las cabezas de los adultos obstaculizaran su contemplación. Tampoco faltaron en ese entorno los ya habituales turistas extranjeros con los ojos abiertos de par en par que no tenían ni idea de lo que estaban viendo. El carro de la correspondencia real iba acumulando poco a poco sobres mientras los pajes a caballo que franqueaban al emisario real recorrían una calle Fray Ceferino más desahogada para el público, en la que se podía recorrer el cortejo con facilidad. El Heraldo saludaba a un lado y otro mientras sus acompañantes premiaban con caramelos a pequeños y mayores antes de afrontar la recta de la avenida que los conduciría al Ayuntamiento. A pocos metros del Consistorio, el primer componente de Virgen de los Reyes, altavoz en mano , iba dando las órdenes al público para que siguieran el 'Chuchuwá' que iba tocando la banda para delirio de los más marchosos, que curiosamente eran más adultos que niños. El factor nostalgia y el fervor charanguero de muchos de los asistentes, entre ellos los que más canas peinaban, sirvió para ambientar las inmediaciones del arquillo a sones de un popurrí de los Payasos de la Tele, cañones de confeti incluidos. Una grada entera de ositos de peluche disfrutó desde la altura de un edificio en la entrada de la calle Fernández y González del momento en que el Heraldo Real llegó al Ayuntamiento , donde fue recibido por la Corporación Municipal sobre un pequeño escenario preparado para ello. Marcaban las siete y cuarto de la tarde en el reloj de la casa consistorial cuando el enlace directo de Sus Majestades recibía de manos del alcalde de Sevilla, José Luis Sanz , las llaves de la ciudad para que Melchor, Gaspar y Baltasar puedan entrar este sábado en la capital hispalense pese a no ser la víspera del día de Reyes. Previamente, Sanz le había dado la bienvenida al emisario, así como a todo el cortejo de «la mejor Cabalgata del mundo». También le pidió que no se olvide de la ciudad de Sevilla y que los Reyes traigan mucha salud, mucha felicidad y mucha ilusión a todos los sevillanos. El Heraldo se dirigió a los niños y niñas de Sevilla, cuyas cartas prometió entregar a Sus Majestades. También tranquilizó a quienes no hubieran podido llevarlas, puesto que sus familiares las dejarán donde ellos puedan recogerlas esta noche. La comitiva de la Cabalgata, que estaba sesteando «en las laderas del Aljarafe», efectuará su entrada en la capital hispalense en la tarde del 4 de enero después de que el público de la Avenida respondiera con un sí rotundo a la pregunta del Heraldo. En palabras suyas, los Reyes «quieren entrar por Triana, donde brilla más su estrella» y «desde arriba de la Giralda verán todas vuestras casas» además de derramar una lágrima al ver los hospitales en los que entregarán «el regalo más importante: salud» . Con varios vivas a Sevilla, el Ateneo y los Reyes Magos terminó su pregoneril intervención un entregado Heraldo que, al terminar el acto en el Ayuntamiento, emprendió el camino de regreso a la calle Orfila mientras llovían presentes desde el balcón del Grupo ABU y María del Monte obsequiaba al público de la calle con juguetes lanzados desde la ya mencionada grada de los peluches. Todo esto ocurrió un 3 de enero que quiso jugar a vestirse de día 4.